Monday, December 08, 2008

Esperando la mano de nieve




©Luca Gilli

"Esperando la mano de nieve" es una muy afortunada metáfora, de Gustavo Adolfo Becquer:

«Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueño tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa.

¡Cuanta nota dormía en sus cuerdas!,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve que sabe arrancarlas».

También fue el título de un buen libro de poemas de un gran admirador suyo, el muy controvertido José Bergamín.

Pero este verso, que últimamente, como a veces suele suceder, sale repentinamente del silencio y se nos aparece repetidamente en periódicos y en post, hasta su nuevo regreso a la oscuridad, sólo es el verso feliz que introduce esta otra noticia de nuestra Ars Poética. José Luis García Martín, en su columna en ABC De las Artes y de las Letras, comenta:

"Habría que comenzar por la plaga de los poetas, que se quejan de haber sido expulsados de las librerías, pero que se cuelan por todas partes. ¿Cuántos libros publican al año? En el 2007, unos 1.215. ¿Y cuántos vendieron más de doce ejemplares? Unos 127. El resto no interesó a nadie".

En fin, si uno echa cálculos y quita a la familia y a los amigos, ambos resignados defensores de nuestra Ars Poética nacional, sólo nos resta esperar la mano de nieve.

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