Thursday, April 21, 2011

¿Noruega, el país más antisemita de Europa (con permiso del país del buen rollito)?


Jostein Gaarder: A buenas horas, mangas verdes. Nada menos que cinco años después. Por cierto, web (Norway, Israel and the jews) absolutamente recomendable


Dando sentido al antisemitismo noruego - Benjamin Weinthal - JPost

En una entrevista en un abrir y cerrar de ojos, Bruce Bawer, un escritor, poeta y crítico literario americano que reside en Noruega, además de un agudo crítico del antisemitismo europeo y del Islam radical, nos explica para el JPost el brote de odio anti-judío y anti-Israel en su país de residencia.

- Bruce Bawer es el aclamado autor de “Mientras Europa dormía y se entrega”. Su reciente artículo "Alan Dershowitz y el antisemitismo noruego" publicado en Pajamas Media, ha atraído una intensa atención. ¿Por qué las universidades noruegas boicotearon al profesor Dershowitz?

BB - Algunas de ellas no han dicho nada, otra dijo que era "controvertido”, y otra afirmó que sólo deseaban que hablara del caso OJ Simpson (fue su abogado), pero no de Israel. El hecho es que las universidades noruegas están ansiosas por dar la bienvenida a los críticos de Israel, a los apologistas del terrorismo, a los islamistas de línea dura y a los relativizadores del Holocausto, pero no a los defensores de Israel.

Estas universidades se consideran una especie de faros de la Ilustración y de la diversidad. Pero estar a favor de Israel resulta, para ellos, sobrepasar lo admisible.

- ¿Qué hay de contemporáneo en este antisemitismo noruego? ¿Cómo explicaría la propagación tras el Holocausto de este odio dirigido contra Israel y los judíos?

BB - Es un fenómeno de una especie que nunca he encontrado en todos mis años en los EEUU, y que pensaba que había sido desterrado al basurero de la historia. Es más virulento entre la élite cultural – académicos, intelectuales, escritores, periodistas, políticos y tecnócratas -. Todos ellos son mayoritariamente de izquierdas, e intensamente hostiles a Occidente, al capitalismo, a los EEUU y a Israel. Antes de la caída de la URSS, un porcentaje extraordinario de ellos eran comunistas. Ahora han sustituido su afinidad por la Unión Soviética por su simpatía por la mayor ideología totalitaria de nuestro tiempo: el islamismo. Así que idealizan a los palestinos y desprecian a Israel.

Parte de la motivación de este antisemitismo proviene de la entrada en Noruega durante las últimas décadas de miles de musulmanes de Pakistán, Irak, Somalia y otros lugares. El multiculturalismo ha enseñado a la élite cultural noruega a casi no ejercer la crítica, siendo incluso serviles ante los aspectos más controvertidos de la cultura y la creencia musulmana. Cuando los líderes musulmanes lanzan sus diatribas contra Israel y los judíos, la respuesta de esta élite multiculturalista es unirse a ellos en sus desvaríos. Eso lo denominan solidaridad.

Además, la reciente historia de Noruega también juega un papel en todo esto. El antisemitismo tiene una larga y muy arraigada tradición aquí. Noruega nunca fue un país cosmopolita, ninguna nación europea tenía menos diversidad étnica o religiosa. Noruega era una nación remota y rural, llena de agricultores montañeses caracterizados por su piedad luterana, y cuya constitución a principios del siglo XIX prohibía la estancia de los judíos de su territorio.

Con unas pocas excepciones notables, los noruegos no se cubrieron exactamente de gloria durante la ocupación nazi. A diferencia de sus homólogos de Dinamarca, los noruegos no realizaron demasiados esfuerzos a la hora de proteger a sus vecinos judíos. Sin duda, en las décadas posteriores a la guerra, Noruega fue un firme aliado de los EEUU e Israel, pero su arraigada élite izquierdista hizo su trabajo a través de las escuelas, universidades y medios de comunicación, y finalmente produjo una generación de noruegos que entienden que ser virtuoso y sofisticado significa, intelectualmente y entre otras cosas, considerar a los musulmanes como "víctimas" y menospreciar a los israelíes como "matones".

En la versión en Oslo de la calle Fleet Street, existe un bar que es el lugar de reunión de los periodistas y que se llama Stopp Pressen (Alto a la Prensa). Pues bien, durante años estuvo colgada en una de sus ventanas la fotografía de un sonriente y beatífico Yasser Arafat. De la forma en que fue retratado, habría pensado que era un Albert Schweizer. Me cruce con esa imagen casi todos los días durante años. Era un buen recordatorio de la enfermedad que aquejaba a la élite de esta sociedad.

- ¿Cómo se expresa el antisemitismo moderno en Noruega?


BB - Los académicos noruegos han tratado de prohibir los contactos con las universidades israelíes. Activistas noruegos han alentado el boicot de los productos israelíes. De vez en cuando, un profesor o un activista de alto perfil, o algún autor famoso como Erlend Loe o Jostein Gaarder [N.P.: el autor de “El mundo de Sofia”, una especie de Antonio Gala más juvenil y en plan filósofo, pero más virulentamente anti-judío en algunos de sus artículos, sin pasión turca ni nardos árabes que lo exculpen, al estilo Saramago) escriben un virulento artículo de opinión o pronuncian un enojado discurso denunciando a Israel e insultando a los judíos como pueblo. Nada de lo que dicen es novedoso, al contrario, todo es pura ortodoxia de la élite cultural.

Por otra parte, nadie podría estar más seguro en este país que esta gente diciendo tales cosas, ya que nadie les va ocasionar ningún tipo de trastorno. Al contrario, sus tonterías antisemitas les proporcionan los aplausos de sus colegas. Aún así, son tratados como gente audaz, valiente y original que “se arriesgan al decir la verdad”.

- ¿Puede explicarnos lo que está impulsando al Partido de la Izquierda Socialista de Noruega - un miembro de la actual coalición de gobierno - para preconizar la utilización de las fuerzas armadas noruegas en contra de Israel?

BB - El Partido de la Izquierda Socialista es el hogar espiritual de la mayor parte, si no de la mayoría, de la élite cultural noruega. Muchos de sus miembros estuvieron antaño asociados con los comunistas y eran simpatizantes de la Unión Soviética. Ellos desprecian a los EEUU y odian el hecho de que Noruega esté en la OTAN. En su momento, hubieran preferido con mucho gusto que Noruega formara parte del Pacto de Varsovia, y es que en su opinión la gran fuerza maligna del mundo actual es el capitalismo. Ahora se muestran ansiosos por abrazar a los jihadistas y a los terroristas por la misma razón.

- Los noruegos parecen anhelar conmemorar el Holocausto y a los muertos judíos, pero al mismo tiempo ignoran la lucha contra el letal antisemitismo dirigido contra los judíos de Israel y contra los judíos de la diáspora por su apoyo a Israel.

BB - Sí. Las personas que son profesionales comprometidos con la memoria del Holocausto lo conmemoran y lo lamentan, pero a la vez te explican que los musulmanes son los judíos de hoy y los israelíes los nazis. Una vez más, y en gran parte, esto creo que puede explicarse por la historia. Se trata de aliviar la conciencia de muchos noruegos por los cuestionables comportamientos morales de sus padres y abuelos durante la guerra, y así poder decirse a si mismos que "bueno, eso pasó hace ya mucho tiempo, y hoy en día Noruega es una nación virtuosa portadora de paz e Israel un país belicista sediento de sangre”.

- ¿Considera usted que Noruega tiene los niveles más altos de antisemitismo entre los países escandinavos?

BB - Están muy cerca, pero si tuviera que apostar por el peor país de ellos, creo que me quedaría con Noruega.

- ¿Cómo es de peligroso el Islam político y radical en Noruega?

BB - Terriblemente peligroso. Y lo que le hace más peligroso es el afán de la élite cultural de encubrirlo. Los islamistas son acogidos benevolentemente por esa élite. En los últimos años, un islamista de un alto perfil se ha convertido en un importante columnista del periódico más vendido, mientras que otro se ha convertido en un destacado miembro de uno de los principales partidos políticos, y se ha establecido como una figura importante dentro de la sociedad noruega. Estos hombres son invitados por la Embajada de los EEUU y disfrutan de unas estrechas relaciones con los principales miembros del gobierno de Noruega y de la familia real. Parece claro que están siendo preparados para un futuro e importante cargo político.

Luego están nuestros terroristas residentes, el mulá Krekar y su familia, que durante mucho tiempo han sido presentados por una prensa y una TV serviles de una manera simpática y amable, como meras víctimas (se trata del hombre que fundó el grupo terrorista Ansar al-Islam, y que se sabe que es culpable de asesinar y torturar a niños).

Hace dos años, supuestamente en respuesta a las acciones de Israel contra Hamas, los musulmanes se amotinaron en el centro de Oslo, por lo que una gran parte de la ciudad se convirtió en una especie de Beirut o Sarajevo, en uno de los momentos más violentos de su historia moderna. La violencia estaba fuera de control y hubo extensos daños. Sin embargo, casi todos salieron impunes.

A principios del año pasado, en la misma Plaza de Oslo, donde Quisling y sus secuaces celebraban sus manifestaciones, decenas de musulmanes radicales se reunieron para escuchar un nuevo mensaje nazi de odio contra los judíos, los homosexuales, la democracia secular, Estados Unidos, Occidente, Israel... Los discursos fueron escalofriantes. Sin embargo, los que los pronunciaron siguen siendo tratados con respeto por las autoridades noruegas.

- ¿Qué tipos de alianzas existen entre las partidos izquierdistas noruegos y los grupos islámicos?

BB - Alianzas muy acogedoras. Ellos comparten enemigos comunes.

- ¿Cómo pueden combatir las autoridades noruegas el antisemitismo de derecha, de izquierda e islámico?

BB - En las próximas elecciones, los votantes noruegos podrían entregar las riendas del gobierno al Partido del Progreso - el único de los partidos importantes de Noruega que es realmente amistoso con Israel, y el único que es remotamente honesto ante de las realidades del islamismo -. De lo contrario, no pasará nada.

En cuanto a la pequeña comunidad judía de Noruega, estimada en unas 2.000 personas, la ventaja del affaire Dershowitz es que su enfado ante el trato miserable que se le otorgó en Noruega - y a los judíos en general -, parece haber despertado al menos a algunos de los miembros de la comunidad judía de Oslo.

Baila Odidort, un reportero de una web judía, asistió a un desayuno en la Casa de Chabad de Oslo en la que Dershowitz se reunió con los líderes judíos. "Para los judíos locales, acostumbrados a mantener un perfil bajo", escribió Odidort, “la intrepidez de Dershowitz fue una impresionante revelación. Después de tantos años de vivir aquí y de escuchar como la gente afirma que el día es la noche y la noche el día, había dejado de gritar que eso no es cierto", afirmó uno de los invitados al desayuno en la Casa de Chabad que prefiere permanecer en el anonimato. “Ahora bien, el Sr. Dershowitz llegó y abrió la ventana, y nos dijo que era un hermoso día”.

- ¿Cuál es la explicación de esa reticencia entre los judíos noruegos a la hora de flexionar sus músculos en favor de Israel, mostrando al mismo tiempo firmeza frente al moderno antisemitismo noruego?

BB - Son muy pocos en número y temen por futuro de sus hijos. Pero su silencio no es la solución. Sus hijos no tienen futuro aquí a menos que hablen.

- En el caso de Noruega, ¿sus judíos consideran la posibilidad de hacer aliyah?

BB - Sí.

- El Dr. Daniel Pipes, un destacado experto estadounidense sobre el Islam, habla de la posibilidad de una emigración de un millón de judíos europeos comparable a la expulsión, antes y después de 1948, de los judíos orientales que residían en los países árabes, y que finalmente se instalaron en el Estado de Israel.

Daba a entender que los judíos europeos podrían terminar abandonando Europa a causa de la hostilidad de los inmigrantes musulmanes y del antisemitismo europeo. ¿Ve posible un éxodo similar entre los judíos europeos en un futuro inmediato?

BB - Eso ya está sucediendo.

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