Wednesday, April 11, 2012

Esos asentamientos que no cesan de crecer – Petra Marquardt-Bigman - Warped Mirror



La semana pasada, James Zogby, el fundador y presidente de la Instituto Árabe Americano (AAI), publicó un post titulado "La política de Palestina" con las habituales lamentaciones acerca de la opresión sin fin infligida a los palestinos por parte de Israel (y de sus seguidores en EEUU), y, por supuesto, hacía la referencia inevitable a los "crecientes asentamientos" que hacen que los palestinos se sientan "cada vez más en un espacio más angosto".

El hecho de que Zogby, con mucha razón, pueda suponer que incluso las personas que tienen muy poca idea sobre el Oriente Medio Oriente consideren que estos "asentamientos” cada vez mayores son el gran obstáculo para una solución pacífica del conflicto palestino-israelí ilustra perfectamente cuan divorciada de la realidad están tanto gran parte de su post como el debate acerca de dicho tema.

Como Zogby sabe muy bien, "los crecientes asentamientos" no han crecido durante muchos años. El veterano negociador palestino, Saeb Erekat, así lo reconoció públicamente cuando afirmó en una entrevista en noviembre pasado que "a pesar de la continua política de Israel de ocupación y de construcción de asentamientos, una fotografía aérea proporcionada por fuentes europeas mostraba como los asentamientos que se han construido representan aproximadamente el 1,1% del territorio de Cisjordania".

Incluso anteriormente, esto no era un secreto para nadie – a pesar de los intentos de ocultar este hecho: un informe de mediados de 2010 que apareció en el Haaretz anunciaba en su titular que "los asentamientos israelíes controlan el 42% de Cisjordania", mientras que el subtítulo afirmaba que "el 21% de los asentamientos en zonas urbanizadas se encuentran en tierras privadas palestinas", y todo ello para reconocer finalmente que "la superficie construida de asentamientos representa solamente un 1% del territorio".

Años atrás, un informe publicado en enero de 2003 sobre los grupos que vigilan la construcción de asentamientos como Peace Now y B'Tselem, estimaba que los asentamientos ocupaban entre el 1.4 a 1.7% de Cisjordania. El informe también señalaba que:

"Desde su creación hace casi tres décadas, los asentamientos han sido la causa más célebre entre esos críticos de Israel que tratan de atribuir la persistencia del conflicto únicamente a las políticas israelíes. La crítica se divide en dos categorías: los argumentos morales y políticos, que consideran que los asentamientos son unos 'obstáculos para la paz'; y las reclamaciones legales de que los asentamientos son ilegítimos o una violación de las normas internacionales. La generalización de este tipo de aseveraciones, que funcionan como pantallas o máscaras, nos indican que, tras un examen más detallado de ellas y comprobar que sus alegaciones son falsas en gran medida, ocultan la verdadera fuente de reclamaciones y fervor ideológico que alimentan este conflicto".

Cuando Saeb Erekat, el principal negociador palestino, reconoció en el otoño pasado que sólo un 1,1% del territorio de Cisjordania anterior a 1967 había sido devorado en más de cuarenta años de “implacable expansión” de los asentamientos israelíes, Evelyn Gordon afirmó en su blog de Commentary: "Así que si los asentamientos sólo cubren un 1,1% de Cisjordania. Entonces, ¿por qué todo el mundo en Occidente los considera el principal obstáculo para la paz". Respondiendo a su propia pregunta sostenía:

"Debido a que admitir que los asentamientos no son el principal obstáculo para la paz obligaría a Occidente a hacer frente a una verdad difícil de aceptar: que el verdadero obstáculo para la paz es la negativa palestina a aceptar un Estado judío sobre cualquier fronteras.

Y no es que esta evidencia resulte difícil de detectar. En julio, por ejemplo, una encuesta mostraba que el 66% de los palestinos consideraban que la solución de dos estados era un mero trampolín para la erradicación de Israel. El mes pasado en otra encuesta la friolera del 89,8% de los palestinos dijeron que se oponían a renunciar al "derecho de retorno" - su demanda para erradicar al Estado judío demográficamente inundándolo con cinco millones de descendientes de los refugiados - "aunque hubiera un acuerdo de paz que celebrar".

Igualmente, resulta revelador el hecho de que en esa entrevista a Erekat, además de reconocer que los asentamientos ocupan sólo el 1,1% de Cisjordania, también reconocía "que el ex primer ministro israelí, Ehud Olmert, había ofrecido un acuerdo de paz definitivo que incluía una concesión territorial equivalente a toda la Ribera Occidental, el retorno de miles de refugiados palestinos(*) y la división de Jerusalén”. Sin embargo, el presidente palestino Abbas explicaba en una entrevista al diario The Washington Post de mayo del 2008 que no había aceptado las propuestas de Olmert debido a que existían "lagunas muy importantes" (temas sin una clara solución).

En este contexto, es también digno de mención que, en el inicio de las negociaciones, Abbas hubiera declarado explícitamente que los palestinos estaban abiertos a realizar ajustes sobre las líneas de 1967 siempre y cuando garantizarán un equivalente a los "6.205 kilómetros cuadrados" de territorio que poseían la Cisjordania gobernada por los jordanos y la Franja de Gaza controlada por Egipto antes de la de guerra de los Seis Días de 1967. Sin embargo, cuando Olmert presentó una oferta que cumplía con estas exigencias Abbas todavía se sentía justificado para afirmar que existían "lagunas muy importantes".

Ni que decir tiene que nada de esto impidió a los palestinos y a sus partidarios seguir repitiendo el popular mantra del impacto devastador del "crecimiento de los asentamientos". Pero alguien realmente interesado en la paz tendría que comenzar a abordar los problemas del pueblo palestino, con una población "refugiada" cada vez mayor – por el crecimiento natural de la población y por el hecho de que se “hereda” dicha condición de refugiado de padres a hijos, a nietos... - y que consta de millones de palestinos que alimentan la fantasía de que pueden reclamar un "derecho de retorno" a los lugares que dejaron sus abuelos o bisabuelos cuando los estados árabes fracasaron en su intento de impedir el establecimiento de Israel en 1948.

[*Nota: El retorno de los refugiados palestinos a Cisjordania sería algo decidido por los palestinos, por lo que la alusión de Erekat, presumiblemente hacía alusión la oferta de Olmert de aceptar algunos miles de refugiados palestinos en Israel]

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