Sunday, December 16, 2012

La peligrosa miopía de los líderes judíos americanos - David Gordis



De costa a costa, los rabinos estadounidenses progresistas que continúan apelando por la paz, revelan inadvertidamente su trágica incapacidad para reconocer que ese mundo sobre el que una vez formularon sus posiciones con respecto a Israel ha cambiado de manera casi irreconocible. La enorme desconexión que existe entre el mundo imaginario que estos rabinos habitan y el que existe realmente hace que su mensaje sea tanto irrelevante como peligrosamente miope. Si bien el objetivo del liderazgo religioso es conseguir que la gente se movilice y actúe, sin embargo, actuar así al tiempo que se niega la realidad sólo puede conducir a graves, y, tal vez irremediables, equivocaciones.

Los judíos no suelen abandonar fácilmente sus esperanzas de paz. Pero cada vez más, a partir de la Segunda Intifada, los israelíes han llegado a dudar de la viabilidad de la oferta de "tierra por paz". Esa duda aumentó cuando los habitantes de Gaza votaron a Hamas y lo llevaron al poder después de que Israel se retirara de Gaza en 2005. En los últimos años, cada vez más israelíes han llegado a la conclusión de que no tiene sentido tratar de apaciguar a los habitantes de Gaza, quienes se consideran descendientes de los refugiados de 1948 del Neguev y de la llanura costera, precisamente los mismos lugares bombardeados desde Gaza  durante el reciente conflicto, por lo que la perdida de esperanza israelí se ha visto reforzada.

Que la situación es a la vez peligroso y deprimente es innegable. Pero el liderazgo responsable no niega la realidad, por muy triste que sea. En primer lugar, reconoce lo que existe, y sólo entonces trata de imaginar lo que podemos hacer para crear un mundo mejor.

Sin embargo, eso es precisamente lo que demasiados líderes progresistas judíos estadounidenses se niegan a hacer. Cuando la Operación Pilar de Defensa estaba en su apogeo, la rabino de Ikar en Los Angeles escribió a su comunidad diciendo que lo que Israel tenía que hacer era "comprometerse seriamente y de inmediato en las negociaciones de paz con la Autoridad Palestina", demostrando una absoluta falta de comprensión del equilibrio de poderes entre Hamas y Fatah, o del odio hacia Israel que ahora es sistémico en la vida palestina. Cuando la Asamblea General de Naciones Unidas votó a favor de mejorar el estatus de los palestinos al de no miembro observador, los rabinos de Bnei Jeshurun ​​en Nueva York escribieron a su comunidad diciendo que "El voto en la ONU [era] un gran momento para nosotros, como ciudadanos de el mundo... Esta es una oportunidad para celebrar el proceso que permite a una nación a presentarse y pedir el reconocimiento".

¿Estos rabinos se imaginan en sus sueños más salvajemente buenistas que cualquier sentimiento paralelo saldrá de la otra parte? La tinta apenas se secó en la carta de los rabinos de Bnei Jeshurun, cuando el jefe político de Hamas, Khaled Meshal, afirmó que "Palestina es nuestra desde el río hasta el mar y desde el sur hacia el norte. .No habrá ninguna concesión sobre una sola pulgada de la tierra..., no habrá ninguna legitimidad para Israel", y Meshal prosiguió con "Vamos a liberar Jerusalén pulgada a pulgada, piedra por piedra. Israel no tiene derecho a estar en Jerusalén".

¿Hay alguien que realmente se imagine que las concesiones israelíes en Cisjordania pueden poner freno a este tipo de odio? ¿Puede algún israel bien dispuesto ignorar y hacer abstracción de los puntos de vista de Meshal y ver su popularidad fortalecida, o debilitada, en Israel? Poco después, se informaba de que las fuerzas de la Autoridad Palestina en la Ribera Occidental han cesado todas las operaciones destinadas a reducir la influencia de Hamas en la Ribera Occidental. ¿Alguien puede poner en duda lo que esto significa?

Algunas voces responsables de judíos estadounidenses están llegando a un acuerdo con esta nueva realidad. Leon Wieseltier escribió recientemente en The New Republic que "ya no creo que la paz entre israelíes y palestinos se produzca en lo que me queda de vida. No he cambiado mis puntos de vista, sólo he perdido mis esperanzas".

Wieseltier piensa, por desgracia, como la mayoría de los israelíes. Mientras, las voces progresistas judío estadounidenses, por desgracia, se sitúan en un lugar muy diferente. "Estamos profundamente arraigados a nuestras narrativas del bien y el mal, de la víctima y del agresor", escribió la rabino de Ikar, mostrándose poco dispuesta a tomar una postura sobre si Hamas era bueno o malo, víctima o agresor, mientras que los rabinos de Bnei Jesurún afirman en su nota que la votación en la ONU fue un gran momento para ellos "como ciudadanos del mundo".

Los judíos siempre se han visto a si mismos como ciudadanos del mundo. Sin embargo, la clave para la supervivencia del judaísmo ha sido la capacidad de emparejar y hacer compatibles la preocupación universal con una evaluación clarividente de los desafíos y peligros a los que se enfrenta el mundo judío. La marca del gran liderazgo religioso no es simplemente su capacidad para imaginar un mundo mejor, sino imaginar cómo podríamos llegar a ese mundo desde el que realmente existe. Sabremos que surge ese gran liderazgo religioso progresista cuando veamos que el mundo que nos describen por lo menos soporte y se asemeje a uno en el que Israel pueda sobrevivir.

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