Sunday, June 02, 2013

La maldición del escéptico (el affaire Al-Dura) - Shmuel Rosner - NYTimes



A finales de septiembre de 2000, al comienzo de la Segunda Intifada palestina, el canal de TV francés France 2 transmitió unos 60 segundos de una grabación que supuestamente mostraba el asesinato de un niño palestino en la Franja de Gaza.

Muhammad al-Dura, que tenía 12 años por aquel entonces, y su padre, se veían atrapados en medio en un intercambio de disparos entre soldados israelíes y combatientes palestinos. El chico se encontraba parapeteado detrás de su padre, mientras se oían los crepitantes disparos al fondo. El humo, de repente, bloqueaba la visión, y cuando finalmente se despejaba el niño aparecía caído, sin sentido, mientras que su padre, recostado contra un pared, aparentaba graves daños físicos. Estas imágenes pronto se convirtieron en unas de las más memorables y más desgarradoras del sangriento conflicto entre israelíes y palestinos.

Nadie sabe lo que pasó exactamente en el cruce de Netzarim ese día. La emisora francesa afirmó que fueron los disparos procedentes de los soldados israelíes los que mataron al muchacho. Esa versión de los hechos inmediatamente se convirtió en el relato oficial palestino. Israel ni se hizo responsable, ni negó estar involucrado. Y así, esta narrativa francesa-israelí ganó las mentes.

Pero este domingo, el Ministerio de Asuntos Estratégicos israelí dio a conocer un informe que socava esa narrativa. El documento concluye que hay "fuertes evidencias" de que Muhammad y su padre "no fueron alcanzados en absoluto por las balas durante las escenas filmadas y emitidas". También detalla muchos errores, omisiones y cuestiones abiertas de esa narrativa aceptada del affaire.

Me enteré de que podría haber un problema con la historia de al-Dura poco después del incidente. Yo era el jefe de la división de noticias del Haaretz en ese momento, y un joven periodista se me acercó para decirme que un funcionario de alto rango de las Fuerzas de Defensa de Israel quería reproducir lo sucedido frente a un equipo de "60 Minutos", para así probar que, respecto al origen de los disparos mortales, los cronistas franceses y palestinos se equivocaban.

El reportero y yo pensamos que el ejército estaba loco para intentar hacer una cosa así, pues se vería como un ejercicio de blanquear su presunta responsabilidad. Esta historia se publicó el 7 de  Noviembre del 2000 con un titular que indicaba el carácter "dudoso" del asunto. El artículo además presentaba a uno de los hombres detrás de la investigación, el físico Nahum Shahaf, como una persona excéntrica e incluso extraño. De acuerdo a un crítico de nuestro artículo, "lo atacamos ferozmente".

Me declaro culpable: yo creía en la historia inicial acerca del affaire al-Dura, y consideraba muy sospechosas las motivaciones de cualquiera que tratara de probar lo contrario. En este caso, los partidarios de Israel parecían excesivamente argumentativos, por motivos políticos, incluso de complicidad. (Shahaf también había investigado el asesinato de Yitzhak Rabin).

Sin embargo, desde el principio, existían muchas preguntas sin respuesta . Las imágenes no eran continúas y los momentos clave - por ejemplo, cuando el niño aparentemente es golpeado por las balas - no se mostraban. También estaba el caso de un médico israelí que fue absuelto de los cargos de difamación por un tribunal francés el año pasado: había sido demandado por el padre de Muhammad, Jamal, por aseverar que las cicatrices en el cuerpo de Jamal, supuestamente causadas por las  balas israelíes, habían sido provocadas muchos años antes del incidente (parece ser que atendió al padre cuando se produjeron).

Con el tiempo, con cada nuevo informe de investigación - había tantos que eran demasiados para mí seguir su pista - y con cada nuevo detalle revelado, mi inquietud creció. Aunque desde luego deseaba creer que Israel no tuvo la culpa, no podía superar mis sospechas acerca de los intentos de limpiar su nombre. Por otro lado, el relato original tenía demasiados agujeros como para ignorarlos.

Y ahora el nuevo informe del gobierno israelí afirma que la emisión de las imágenes fue "editada y narrada" de una manera engañosa. La voz en off dice, por ejemplo, que "Jamal y su hijo Muhammad son el blanco del fuego que provenía de la posición israelí" y que "Muhammad está muerto y su padre herido de gravedad". Sin embargo, según el informe de gobierno, "en las escenas finales el chico aún no está muerto. En los últimos segundos de la grabación, el niño levanta el brazo y vuelve la cabeza".

No es que esto resuelva el rompecabezas con exactitud, sobre todo porque los autores del informe no entrevistaron a Jamal y a los ejecutivos de la TV francesa, y no se ha exhumado el cuerpo de Muhammad para su examen. Sin embargo, mi pensamiento ha cambiado. Empecé a creer en la versión dominante de los acontecimientos en gran parte porque permanecía escéptico ante los intentos de Israel por salvar su piel, ahora, acepto la posibilidad de que el informe del gobierno israelí podría ser correcto después de todo.

Esta evolución me produce alivio: Quiero ser capaz de confiar en lo que dice mi gobierno. Pero eso conlleva su propio problema: ¿qué pasa con mis propias motivaciones? ¿He estado muy influido por las nuevas pruebas, o finalmente estoy cediendo a un profundo deseo de exonerar a Israel de este incidente?

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