Lecciones para Israel del caos iraquí - Uzi Dayan - Israel Hayom

¿Cuál es el significado del caos que se desarrolla en Irak? Dos días después de que Mosul fuera invadido por el grupo terrorista salafista del Estado Islámico de Irak y del Levante, Tikrit - el lugar de nacimiento del ex dictador iraquí Saddam Hussein y del legendario Saladino - cayó también. Los sunitas están ahora controlando áreas que van desde la capital iraquí de Bagdad a la ciudad siria de Alepo; y como la respuesta de los militares iraquíes se tambalea, las fuerzas kurdas se han apoderado de Kirkuk.

Washington ha prometido su asistencia, Turquía ha llamado a una sesión de emergencia de la OTAN, y de acuerdo con informes de prensa, Irán ha enviado una fuerza de la Guardia Revolucionaria para ayudar en la lucha al régimen iraquí. El Oriente Medio, al parecer, se ha hundido de nuevo en el caos.

Este tipo de incertidumbre regional por lo general requiere el ejercicio de dos reglas: la primera, estar preparado para hacer frente a las capacidades del enemigo, no a sus intenciones; y la segunda, proteger diligentemente tus activos estratégicos, especialmente unas fronteras defendibles.

Unas fronteras defendibles deben permitir a Israel una profundidad estratégica básica y la protección contra la amenaza de la guerra convencional, así como la capacidad de luchar contra el terrorismo.

En el sector sur, en gran parte gracias a la desmilitarización del Sinaí, y en el sector norte, gracias a la firme negativa de Israel a ceder los Altos del Golán, Israel tiene unas fronteras defendibles. En el sector oriental, sin embargo, sólo tiene una frontera que satisfaga las necesidades de seguridad de Israel y es la que se extiende a través del Valle del Jordán.

La distancia entre el Valle del Jordán y el mar Mediterráneo es de 64 kilómetros (40 millas), por lo que es una profundidad estratégica mínima. El valle, entre el río Jordán y las colinas que lo dominan desde el oeste, constituye un teatro de defensa insustituible contra un potencial frente oriental. Sólo el valle puede servir como una zona de protección contra una entidad terrorista potencial en Judea y Samaria.

Una perspectiva para el futuro inmediato proyecta varios escenarios posibles: el terrorismo yihadista se extenderá más allá de Siria; Hamas tiene en la mira una toma de control de la Autoridad Palestina; la desintegración de Irak continuará y será dividida entre los grupos sunitas; los kurdos pueden declarar la independencia (lo que es bueno para Israel), y los chiíes unirán sus fuerzas con Irán que, por su parte, seguirá burlándose de Occidente, ya que refuerza su arsenal nuclear.

Frente a estas realidades, ¿pueden esos que señalan que "la topografía y el control territorial no tienen virtualmente sentido en un mundo moderno y tecnológico", afirmar que "no existe un frente oriental y nunca lo habrá" y que "sólo la paz traerá seguridad", y tener la absoluta certeza de que tomar el riesgo no calculado y ceder, aunque sea parcialmente, el control de la seguridad del Valle del Jordán, resulta una buena idea?

La situación en Irak es difícil y confusa, pero una cosa es cierta: sólo el pleno control israelí sobre todo el valle jordano del Rift, como una zona de seguridad que se extiende a lo largo de la frontera con Jordania, le brindará a Israel una verdadera seguridad.