Saturday, July 12, 2014

Lo que no se quiere reconocer, ni mentar: ¿Acaso quiere Obama 20 Gazas más? - Jonathan Tobin - Commentary



En declaraciones del viernes, el primer ministro israelí Netanyahu prometió no cesar las operaciones militares de Israel contra los terroristas de Hamas hasta que la gente de su país tengan "la garantía de tranquilidad", como las existentes antes de las andanada de cohetes desde Gaza desde hace una semana. Pero al explicar su posición, levantó una cuestión importante que trasciende a la confrontación inmediata: ¿los EEUU no esperarían realmente que Israel tolerara que una situación como esta se duplicará en Cisjordania?

Aunque los Estados Unidos ha expresado su apoyo al derecho a la legítima defensa frente a una lluvia incesante de cohetes dirigidos contra la población civil de Israel, el gobierno de Obama se mantiene firme en su negativa a sacar algún tipo de conclusión sobre estos acontecimientos.

Como señalé anteriormente esta semana, la administración Obama comenzó la semana con la emisión de una denuncia mordaz del gobierno de Israel entregada en mano y en persona por un alto funcionario de la Casa Blanca en un foro israelí (El "Congreso de la Paz" del Haaretz). A pesar de que los cohetes del grupo islamista estaban aterrizando en todo el Estado judío, Philip Gordon, el coordinador de la Casa Blanca para el Oriente Medio, elogió a los socios de Hamas, Fatah, en el gobierno de unidad palestino y criticó a los líderes de Israel por la falta de paz. Instó a Israel a renunciar a Cisjordania como parte de una solución de dos estados que pondría fin al conflicto.

Como suele suceder, la mayoría de los israelíes están de acuerdo en que esa sería la mejor opción. Pero la razón por la que no hay mucho apoyo a las sugerencias de Washington está directamente relacionada con los acontecimientos de esta semana. Como declaró Netanyahu, el actual callejón sin salida de Israel de cara a Hamas en Gaza es el resultado de la decisión de seguir el consejo de los Estados Unidos sobre el valor innato de una retirada territorial. En 2005, el entonces primer ministro Ariel Sharon sacó hasta el último soldado y civil israelí de los asentamientos de la Franja en un vano esfuerzo por avanzar hacia la paz. Aunque son muy pocos los israelíes que tienen algún deseo de volver a recuperar Gaza, entienden que la creación de lo que es, para todos los efectos, un estado palestino independiente, lo es en todo menos en el nombre.

En Gaza, Hamas no sólo ha creado una fortaleza terrorista donde pueden esconderse detrás de una población civil general. Han excavado innumerables túneles y subterráneos donde almacenan el armamento, como los misiles que disparan contra las ciudades israelíes, así como más de 1.200 túnleles que entrecruzan la frontera con Egipto.

Como Hamas ha demostrado esta semana, los intentos de Israel de limitar el daño que pueda ocasionar este grupo islamista pueden complicarse por su capacidad al mismo tiempo de aumentar el alcance de sus cohetes, dependiendo de la renuencia del Estado judío a participar en una guerra sin cuartel, con el gran sufrimiento añadido, para acabar con la amenaza terrorista. Pero la mayoría de los israelíes asumen que, tarde o temprano, Hamas dejará de disparar y que podrán volver a su vida normal.

Pero a menos que haya un cambio radical en la opinión palestina que haga posible que sus líderes acepten el final del conflicto y el reconocimiento de la legitimidad de un Estado judío, sin importar dónde se trazan sus fronteras, es difícil imaginar cómo cualquier gobierno israelí posiblemente pudiera estar de acuerdo con la petición de EEUU de permitir replicar el experimento de Gaza en una Cisjordania mucho más grande y mucho más estratégicamente situada.

Hablando por el presidente Obama, su representante Philip Gordon afirmó que Israel cometía un error negando la soberanía de los palestinos de Cisjordania, así como su seguridad y dignidad. Pero el problema aquí no es la renuencia de Israel a ceder territorio. Lo ha hecho antes y, si se le das garantías razonables de que no va a volverse contra ellos, puede hacerlo de nuevo. Pero de alguna manera nadie dentro de la administración Obama parece creer que lo ocurrido en Gaza después de la retirada israelí debe influir y determinar su opinión sobre lo que vendría después, si Israel cediera el control de la seguridad en Cisjordania. Como bien ha dicho Netanyahu, es muy posible que, a pesar de la fe de la administración Obama en la dedicación del líder de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, por la paz, esa retirada posiblemente significaría la creación de 20 Gazas más.

Los críticos de Israel ven en la insistencia de Netanyahu en su promesa de que no cederá el control de la seguridad del territorio al oeste del río Jordán, como mera intransigencia. Pero es una posición que tiene un apoyo mayoritario en Israel, ya que, ya sea porque les guste Netanyahu o apoyen los asentamientos, han visto lo que sucede cuando Israel cede territorio a los grupos palestinos que todavía están comprometidos con la destrucción del Estado judío, o bien cuando Israel confía su seguridad en los demás.

Más que cualquier arreglo o declaración de Netanyahu o incluso más que la evidente reticencia de Abbas a firmar un acuerdo de paz a pesar de los halagos que le dedica Obama, los cohetes desde Gaza están matando la esperanza de lograr una solución de dos estados en un futuro previsible. Gaza no es sólo un problema militar de enormes proporciones para los israelíes, sino también un desafío para aquellos que desean ver a los palestinos viviendo en paz sin ser empujados a guerras destructivas por unos líderes islamistas que están empeñados en fomentar más violencia, y que se oponen a cualquier avance hacia la reconciliación. En suma, es un adelanto de lo que sería un estado palestino independiente. Los cohetes y la negativa a dedicar recursos palestinos a cualquier otro esfuerzo, salvo a la perpetuación del conflicto, es una garantía de que la paz no es posible a corto o incluso a largo plazo.

Aunque la mayoría de los israelíes desean la paz y pagarían un alto precio por ello, la próxima vez que Obama elija reiterar su demanda de una retirada israelí, debería pensar en lo sucedido esta semana. Los ciudadanos del Estado judío nunca permitirán la creación de otra Gaza, y mucho menos de 20 más.

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2 Comments:

Blogger Marlowe said...

http://www.imemc.org/article/68429

felicidades !

1:47 PM  
Blogger José Antonio said...

Felicite más bien a los que se esconden en subterráneos debajo de escuelas y hospitales y a los que disparan los cohetes y a continuación se mezclan con la población civil.

Y mira que se habla del orgullo árabe

7:39 PM  

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