Wednesday, July 09, 2014

¿Por qué estamos luchando contra Gaza otra vez? - David Horovitz - Times of Israel


Bienvenidos al último episodio de la realidad surrealista de Israel en este vicioso, inestable y religiosamente extremista Oriente Medio.

En nuestro norte, somos testigos de la anarquía en Siria, que intermitentemente se derrama sobre nuestro territorio. Más de 150.000 muertos ante la indiferencia mundial y los propios médicos sirios que envían a sus pacientes a Israel para tratamiento y así salvar sus vidas.

Hacia nuestro este, nos enfrentamos con unos extremistas palestinos demostrablemente capaces de aprovechar y matar no sólo a nuestros soldados, sino también a nuestros adolescentes civiles. Más hacia el este, los extremistas del Estado islámico, tan brutales como para que otros grupos terroristas parezcan relativamente leves, obtiene sus logros en Irak y trata de amenazar a Jordania. Cerca de allí, el régimen iraní que tanto odia a Israel, y que según sus propios cálculos ha multiplicado por 20 el número de sus centrifugadoras, es cortejado por una comunidad internacional que quiere permitirles un programa nuclear "pacífico".

Y ahora, en el sur, nos encontramos atraídos a otra gran ronda de conflictos con Hamas, que insiste, sin una razón remotamente creíble, en el lanzamiento de cohetes cada vez más profundamente contra Israel, hasta enclaves en los que no hay presencia del ejército israelí o incluso presencia civil alguna.

Todavía estamos en el primer día de lo que el ejército israelí ha bautizado como Operación Roca Solida, y ya en los contornos del pensamiento internacional somos predeciblemente los culpables: dado que hay personas que están muriendo en Gaza y, hasta ahora, nadie ha perdido la vida en Israel, parece claro que la respuesta de Israel es una reacción exagerada y agresiva.

Llega a ser agotador, conflicto tras conflicto, aunque resulte necesario, instar a los responsables políticos y a los formadores de opinión en el extranjero para que hagan solamente un pequeño esfuerzo, para que miren las cosas un poco más de cerca, y así ejerzan solamente una pizca de honestidad intelectual. Y así reconocer al menos la conclusión que se impone: Si no hubiera una lluvia de cohetes desde ese enclave palestino no disputado, no habría respuesta israelí, y nadie estaría muriendo.

El hecho lamentable es que, tanto antes como después de la retirada de Israel de Gaza en el 2005, los terroristas palestinos de ese enclave costero han estado disparando cohetes indiscriminadamente contra Israel, presumiendo cuando mutilan a israelíes y llorando ante la comunidad internacional cuando Israel devuelve el golpe y, sin querer, hiere a esos mismos civiles de Gaza a quien los grupos terroristas han puesto en peligro.

Que los israelíes no mueran en mayor número no tiene nada que ver con Hamas y con  otros grupos terroristas. Ellos están realizando su mejor esfuerzo para matarnos. Ellos han estado contrabandeando asiduamente armamento y fabricándolo de modo que ahora tienen cientos de misiles que pueden llegar hasta Jerusalén, Tel Aviv y más allá, mientras imploraban a la comunidad internacional que acabara con el bloqueo de seguridad de Israel, para que así pudieran importar aún más potentes medios para asesinarnos.

Nosotros no estamos siendo asesinados en mayor número gracias a que Israel ha mantenido el bloqueo, a un precio terrible para su prestigio internacional, y porque en lugar de poner a nuestros ciudadanos en la línea de fuego al estilo de Hamas, para ganarse la simpatía internacional, Israel ha construido sistemas de alarma, refugios antiaéreos, áreas protegidas y los sistemas de defensa de misiles más sofisticados del mundo, todo ello para tratar de mantener a su gente a salvo.

Gaza podría haber florecido después de que Israel expulsara a los 8.000 civiles israelíes de los 20 asentamientos que existían allí en 2005. Los habitantes de Gaza podrían haber construido una isla de democracia. La inversión podría haber crecido, como lo hizo en la década de 1990, cuando algunos expatriados inversores palestinos, que creían que unos mejores tiempos estaban al alcance de la mano, alimentaron un breve auge de la propiedad. Las doradas playas de Gaza podrían haber sido una prometedora zona de turismo. Si Gaza se hubiera convertido en una zona aparentemente estable, Israel incluso podría haber experimentado la suficiente confianza en los palestinos como para intentar una retirada unilateral similar en Cisjordania.

Pero la hostilidad hacia Israel era tan profunda, que los habitantes de Gaza no pudieron ni siquiera contenerse durante el tiempo suficiente para tratar de engañarnos y confiar en ellos. Tan pronto como se fueron los colonos y el ejército, los residentes locales destrozaron los invernaderos que los colonos habían dejado atrás, destrozando su propio potencial económico. Y los cohetes comenzaron a volar hacia Israel. Y en 2007, Hamas, abiertamente comprometido con la destrucción de Israel, expulsó a las fuerzas relativamente moderadas del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, y tomó el control.

Es un lugar común que es fácil empezar una guerra y bastante más difícil saber cuando puede acabar. Ahora miramos con inquietud como el recurso a la fuerza toma su curso impredecible. Los últimos días han visto a los dirigentes israelíes buscando claramente no quedar atrapados en otra gran ofensiva contra Hamas, pero su oferta, su ofrecimiento, de "calma para la calma", fue ignorada. Ahora nos lanzan misiles sobre Tel Aviv y Jerusalén, y agonizan las contrapartidas a una ofensiva terrestre.

Los analistas plantean que Hamas está disparando parte de su vasto arsenal de cohetes porque ya no tiene nada que perder, pues ha perdido el apoyo de Egipto, no puede conseguir el dinero para pagar los sueldos de su gente, está tomando represalias por la muerte de varios de sus agentes terroristas cuando el túnel por el que trataban de infiltrarse en Israel se derrumbó sobre ellos, después de que Israel tuviera la osadía de atacarlo, y además está tratando de reafirmarse como la única "resistencia" creíble a Israel ...

Pero en realidad, y una vez más, ¿por qué la necesidad de "resistir" a un Israel que no tiene presencia en Gaza, y que desde hace tiempo ha interiorizado la necesidad imperiosa de buscar un acuerdo con los palestinos en Gaza y Cisjordania, si se puede conseguir sin poner en peligro la propia existencia de Israel? ¿Por qué? Porque para Hamas, la hostilidad hacia el hecho mismo de la existencia de Israel todavía es mucho mas importante que cualquiera y que todos los demás intereses juntos.

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