Sunday, July 20, 2014

¿Un conflicto intersunita?: Un "eufórico" Hamas necesita interiorizar que Israel puede derribarlo de Gaza si es necesario - Avi Issacharoff - Times of Israel


La iniciativa de alto el fuego de Qatar ilustra cómo la continua escalada del conflicto en Gaza tiene poco que ver en realidad con el propio Israel. Lamentablemente, Israel se ha visto enredado en una batalla de proporciones mucho más amplias, una guerra entre dos ejes que compiten dentro del mundo musulmán sunita.

Por un lado se encuentran Egipto y la Autoridad Palestina, con Jordania y Arabia Saudita propensos a unirse a ellos en los próximos días. Por otro lado, Qatar, Turquía y Hamas, así como otros partidarios globales de los Hermanos Musulmanes.

Esta es una guerra por el poder a todos los efectos. No se equivoquen, Hamas sigue comprometido con la destrucción de Israel. Pero Hamas está disparando misiles contra Tel Aviv y enviando terroristas a través de túneles en el sur de Israel mientras que el objetivo, en esencia, es el El Cairo. En ello está respaldado por Doha y Ankara.

Lo que surge de este estado de cosas, y de las demandas sin fundamento de Hamas, tal como aparecen en la propuesta de alto el fuego de Qatar, es que esta crisis está lejos de terminar.

Hamas se muestra confiado, incluso eufórico. En los últimos días, las personas que estuvieron en contacto con los líderes de la organización terrorista palestina informan de que lo que están transmitiendo es que Hamas está sitiando Tel Aviv, y que pronto comenzarán la invasión de Israel, es decir, nada que ver con que el ejército israelí esté golpeando duramente Gaza, que tenga a sus tropas en tierra golpeando a Hamas dentro del propio enclave palestino, y que esté castigando nuevamente la infraestructura terrorista de Hamas, como el jefe del IDF Benny Gantz expuso en la noche del viernes.

En una reunión con el presidente palestino Mahmoud Abbas, celebrada este miércoles en El Cairo, Moussa Abu Marzouk, el subjefe del buró político de Hamas, rechazó las súplicas de Abbas respecto a un alto el fuego, y explicó que "qué son 200 mártires en comparación con el levantamiento del sitio [en la Franja de Gaza ?]". Abu Marzouk dijo más tarde en Twitter que no habrá tregua si no se reconocen las demandas de la "resistencia", y que es "mejor que Israel ocupe la Franja de Gaza que el asedio continúe". No hace falta decir que Abu Marzouk reside en El Cairo, lejos de la amenaza de ataques aéreos israelíes.

Todo esto exige que Israel reconsidere sus nociones preconcebidas y sus planes de acción con relación a Hamas. El concepto básico que ha guiado a Israel en los últimos años es que el control de Hamas de la Franja es manejable, incluso "bueno, finalmente, para los judíos", y plantea, al final del día, menos riesgos para la seguridad que cualquier escenario alternativo. Pero Israel ya no puede darse el lujo de transmitir el mensaje de que la "calma implica calma".

Hamas ha estado operando bajo la suposición básica de que Israel finalmente obrará de tal modo que, finalmente, tratará de preservar el control de Hamas sobre la Franja. De ahí la confianza actual de Hamas, incluso su euforia. Hamas cree que Israel no quiere derribará o asesinará a sus líderes.

Por lo tanto, con el fin de obligar a los líderes de Hamas a que reconsideren su postura, Israel solamente puede cambiar su tono, y rápido. Hamas tiene que entender que las reglas del juego han cambiado y que Israel está dispuesto a derribarlo y a eliminar su régimen, incluyendo apoderarse de toda la Franja de Gaza, si fuera necesario. Tzipi Livni dio un primer paso en esa dirección, para sorpresa de sus entrevistadores, al contar en el canal 2 de la noche del viernes que no descarta derribar a Hamas si eso resulta necesario para restaurar una calma sostenida.

Esta no es una recomendación para que el ejército israelí vuelva a ocupar Gaza. Sin embargo, para poner fin a este conflicto, Hamas debe creer que su desaparición puede estar a la vuelta de la esquina si no guarda sus armas. Por cierto, no creo que lo haga rápidamente.

La propuesta de alto el fuego de Qatar expone más o menos los mismos términos que Hamas ha estado exigiendo desde el inicio de la operación, con algunas exigencias adicionales, incluyendo la liberación de los presos liberados en el acuerdo de intercambio de Gilad Shalit que fueron detenidos nuevamente en la reciente redada en Cisjordania de la IDF; la apertura del cruce de Rafah; la construcción de un puerto marítimo en Gaza, y más cosas. Estas demandas han de ser satisfechas en paralelo con un alto el fuego.

Estos términos fueron transmitidos al Gobierno estadounidense, que fue requerido por Qatar para negociar con Israel. Uno de los objetivos, aunque no el único, era mantener a Egipto fuera de los esfuerzos de alto el fuego.

El manejo por parte de los estadounidenses de este tema, sin embargo, fue típicamente vacilante y confuso. Washington coqueteó con ambos, con Doha y El Cairo. Sólo después de que Israel exigiera que Qatar eliminará de la foto a los EEUU, estos últimos anunciaron su apoyo a la iniciativa egipcia, con unas cláusulas que ignoran en gran medida las demandas de Hamas, y que Israel, la Liga Árabe y los EEUU. y otros apoyaron rápidamente.

La firma de Qatar y su apoyo continuo a Hamas, explican su denegación radical de la propuesta egipcia. El ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Sameh Shukri, entendió esto y directamente acusó a Doha y a Ankara de intentar socavar deliberadamente sus esfuerzos de un cese del fuego. Turquía respondió con fiereza, con el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, llamando el presidente egipcio, Abdel-Fattah el-Sissi, un dictador.

Y así se libra una guerra intersunita y se vuelve más remota la posibilidad de un alto el fuego entre Hamas e Israel. Abbas todavía está tratando de cerrar la brecha entre las partes: Qatar, Turquía y Egipto, es decir; nada de entre Hamas e Israel. Pero es dudoso que él sea el hombre que una a un mundo suní amargamente dividido.

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