Friday, August 22, 2014

"Martillear" a los jefes de Hamas gracias a la información de inteligencia abre un nuevo marco en la guerra, mientras las críticas se agudizan en el gabinete - Debka



El hecho de que, después de seis semanas de guerra en Gaza, Israel no tenga ninguna victoria que mostrar y que Hamas todavía pueda disparar 100-150 cohetes al día, ha desatado un motín ministerial en contra de la forma en que la guerra es dirigida por el primer ministro Binyamin Netanyahu y el ministro de Defensa Moshe Yaalon. Las respuestas ofrecidas por los dos planificadores de la guerra en una conferencia de prensa televisada la noche del miércoles 20 de agosto, no ha logrado satisfacer a sus críticos. Una entrevista de radio a uno de esos críticos a la mañana siguiente, el ministro del Interior Gideon Saar, demostró que la oposición a Netanyahu era una bola de nieve que iba más allá de los ministros más derechistas, Avigdor Liberman y Naftali Bennett. Se había unido a favor la pro-diplomacia ministra de Justicia, Tzipi Livni, jefa de Hatnua, así como miembros del gabinete del propio Likud.

Las preguntas difíciles que están formulando incluye otra: ¿Por qué favorecer en primer lugar a la diplomacia con el grupo terrorista Hamas, cuando es obvio que Israel tendría que hacer importantes concesiones que reforzarían aún más la fuerza de Hamas en la Franja de Gaza? ¿No sería preferible permitir al ejército israelí expulsar a Hamas fuera de Gaza y deshacerse de un régimen terrorista que abusa de su gente y amenaza a Israel?

Netanyahu respondió a sus oponentes dando a la guerra una nueva dirección, que calificó de "martilleo contra desgaste", la cual sería su respuesta a la guerra de desgaste lanzada por Hamas. En otras palabras, el primer ministro ha optado una vez más por llevar la guerra de Gaza hacia una nueva fase en lugar de ir directamente hacia una clara victoria.

El IDF se embarcó en esta nueva fase la noche del martes 19 de agosto, poco después de que Hamas reanudara los ataques con cohetes contra Israel en violación del alto el fuego, y los negociadores israelíes abandonaran El Cairo para una ausencia indefinida.

Utilizando a la inteligencia militar, los bombardeos israelíes atacaron un edificio en el barrio de Sheikh Radwan, donde Muhammed Deif, el jefe militar de Hamas, había ocultado a su familia. Netanyahu y Ya'alon anunciaron la noticia de la muerte de Deif en su conferencia de prensa del miércoles. Pero esto no sería así, pues hasta la fecha oficialmente solo murieron la esposa y un hijo de corta edad de Deif. Sin embargo, Hamas ha envuelto de tantas capas de secretismo y desinformación el incidente, que nadie puede decir si su jefe militar salió vivo del bombardeo.

Privado de esta carta de triunfo, el primer ministro se apresuró a golpear de nuevo. El jueves por la mañana, la Fuerza Aérea de Israel actuó sobre la base de inteligencia precisa y atacó una casa de cuatro pisos en el barrio de Tel Sultan de Rafah, matando a tres altos mandos del comando sur de Hamas:  Ra'ad al-Atar (Abu Ayman), comandante de la Brigada de Rafah, Mohammed Abu Shamala (Abu Khalil), comandante de la Brigada Sur; y Mohammed Barhoum. Los tres estaban profundamente comprometidos en el desarrollo de las capacidades de Hamas, incluyendo la excavación de túneles a Israel y el contrabando de armas hacia Gaza.

Así pues, la campaña de "martilleo" de Netanyahu había comenzado a desarrollarse singularizándose en el asesinato de líderes y comandantes militares de Hamas, y es difícil decir si se hubiera detenido si Deif hubiera sido golpeado con éxito.

No obstante, es lógico pensar que el ejército israelí podría haber atacado a los tres comandantes de Hamas durante la última semana de julio, durante su operación de castigo por el asesinato del teniente Hadar Goldin por Hamas y el secuestro de sus restos.

Pero la activación de esta lista de jefes de Hamas como blancos en la tercera semana de agosto da a la guerra una dirección que Netanyahu y ​​Ya'alon se negaron a aprobar hasta ahora. También cierra su solución preferida del conflicto: un acuerdo diplomático basado en la iniciativa egipcia que conduciría inevitablemente a un nuevo horizonte político que el primer ministro prometió el miércoles que esperaba para Israel.
Netanyahu también denunció a los ministros que inapropiadamente expresan sus objeciones a la política del gobierno en medio de una guerra.

Gideon Saar rechazó estas quejas. También hizo hincapié en que las negociaciones de El Cairo no deben ser revividas porque el único ganador del proceso sería Hamas, quien utilizaría unas ganancias innecesarias para llevar a la sumisión a su rival Fatah encabezada por Mahmoud Abbas. "Hamas debe ser derrotado por Israel para así obtener un nuevo horizonte político. Y el gabinete está de nuevo en términos de negociación con una organización terrorista palestina".

Si las palabras del ministro del Interior son significativas, Netanyahu y Ya'alon ya no tienen un respaldo mayoritario dentro del mini gabinete de seguridad sobre la forma de llevar la guerra, y posiblemente tampoco dentro del gabinete al completo.

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