Saturday, September 06, 2014

Retorno al Muro de Hierro – Emmanuel Navon – i24news



Cuando Ariel Sharon anuncio su "plan de retirada" de Gaza en la Conferencia de Herzliya del 2003, afirmo que "el propósito del plan de desconexión era disminuir el terrorismo y proporcionar seguridad a los ciudadanos de Israel", y que su plan "mejoraría nuestra calidad de vida y a impulsaría nuestra economía".

Desde la implementación del plan en agosto de 2005, más de 12.000 cohetes han sido disparados contra Israel y mas de 5 millones de israelíes están viviendo bajo la amenaza de los ataques con cohetes. Alrededor de la Franja de Gaza, los israelíes viven con el temor constante de un aterrizaje de misiles en su casa y de los terroristas irrumpiendo cerca de su sala de estar a través de un túnel subterráneo.

Israel ha tenido que luchar tres guerras para hacer frente a los efectos de la retirada de 2005 (Operación Plomo Fundido en 2008, la Operación Pilar de Defensa en 2012 y Operación Margen Protector recién finalizada). En cuanto a la economía, Hamas ha demostrado su capacidad de cerrar el aeropuerto de Ben-Gurion y de poner a la industria turística de Israel de rodillas. Se estima que la Operación Margen Protector Servicio costara 3,600,000,000 $ (gastos militares directos y daños indirectos a la economía israelí). Cuando Sharon presento el plan de retirada a sus electores del Likud en un referendum (cuyos resultados aún se ignoran), afirmó que "después de la retirada, la comunidad internacional ya no será capaz de afirmar que la Franja de Gaza esta ocupada".

Toso esto ha demostrado ser una suposición delirante.

Israel se retiró de Gaza, pero Israel nunca salió de Gaza. De hecho, Gaza es mas letal desde fuera que desde dentro.

Sharon llegó con su plan de retirada para sorprender a sus enemigos desde la retaguardia, tal como lo hizo tres décadas antes cuando cruzó el Canal de Suez. En el 2003, Sharon estaba bajo una investigación criminal por corrupción y su renuncia forzada podría haberse convertido en una conclusión inevitable. Además, la Iniciativa de Ginebra le había puesto a la defensiva. Su movimiento táctico-cínico resulto magistral: el fiscal del estado, de repente y misteriosamente, retiro todos los cargos contra él, y los medios de comunicación de izquierda de Israel rebautizaron a su bestia negra de hasta cinco minutos antes en el mas grande estadista de Israel desde que Ben-Gurion.

Pero el plan de retirada de Sharon también expresaba el espíritu de la época en la Conferencia de Herzliya, reflejando un consenso emergente entre los israelíes. Después de que Arafat hubiera rechazado la propuesta de Camp David en julio de 2000 y los parámetros de Clinton en diciembre de 2000, la mayoría de los pacifistas se restregaron los ojos, e incluso los de Israel se sintieron totalmente horrorizados y desilusionados. En octubre del 2000, Shlomo Avineri, un entusiasta partidario del proceso de Oslo, publicó una carta abierta a Edward Said en The Jerusalem Post diciendo: "Tenias razón, Edward: el compromiso no funciona... Gracias de nuevo por su honestidad".

Benny Morris, quien inicio su carrera académica como un "nuevo historiador" en el espectro de la extrema izquierda política israelí, dijo en una entrevista con el Haaretz en 2004: "Cuando los palestinos rechazaron la propuesta del primer ministro Ehud Barak en julio de 2000 y la propuesta (parámetros) de Clinton en diciembre del 2000, comprendí que no estaban dispuestos a aceptar la solución de dos estados. Lo querían todo. Lod, Acre y Jaffa".

La desconexión unilateral estaba destinada a resolver una ecuación de dos variables: A = Alcanzar un acuerdo de paz entre Israel y la OLP se había demostrado imposible; B = Mantener el status quo podría significar la perdición a nivel demográfico de Israel. En teoría, la retirada unilateral era inteligente. En la práctica, fue un desastre.

Con el reciente intento fallido, una vez más, de llegar a un acuerdo con la OLP, algunos han estado vendiendo la idea de retirarse unilateralmente de Judea y Samaria. Como el precedente de Gaza ha demostrado sin lugar a dudas, una retirada unilateral de Judea y Samaria traería yihadistas, cohetes y túneles a las inmediaciones de Jerusalén, de Tel-Aviv y del aeropuerto internacional Ben-Gurion. Con unos yihadistas psicóticos haciéndose cargo paulatinamente de Irak y Siria, y dirigiéndose hacia Jordania, y con un Irán a punto de alcanzar el umbral nuclear, la idea de repetir la desconexión solo para aliviar las supuestas preocupaciones demográficas de Israel, sería el equivalente de tratar un dolor de cabeza con una guillotina.

La izquierda realista ha reconocido el error conceptual de Oslo en 2000, y ahora reconoce que ese unilateral Plan-B también debe dejarse de lado.

En la década de 1930, el conflicto provocado por la revuelta árabe instigada por Hadj Amin al-Husseini, la traición de Gran Bretaña al sionismo, y el ascenso del hitlerismo en Alemania, convenció a David Ben-Gurion de que los judíos no podían hipotecar su autodeterminación esperando un imposible consentimiento de los árabes.

Esta fue la idea que subyace en el artículo desarrollado por Zeev Jabotinsky en 1923, "El Muro de Hierro", una idea que Ben-Gurion terminó avalando. Hoy en día, incluso el ex "nuevo historiador" Benny Morris defiende el ethos del "Muro de Hierro" a falta de mejores opciones.

"¿Para ser un izquierdista, suena usted muy parecido a un derechista, no le parece?", le preguntó Ari Shavit a Morris en la ya mencionada entrevista del Haaretz. "Me identifico con Albert Camus", le respondió Morris. "Fue considerado un izquierdista y una persona de elevada moral, pero cuando se refirió al problema argelino situó a su madre por delante de la moralidad. Preservar a mi gente es mas importante para mí que los conceptos morales universales".

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