Saturday, October 04, 2014

Las lecciones de la expulsión de la universidad palestina de Birzeit de la periodista israelí más pro-palestina del Haaretz, Amira Hass - Evelyn Gordon - Commentary



Si el mundo aún no ha comprendido por qué los palestinos no están interesados ​​en la paz, ciertamente no es porque los palestinos hayan estado trabajando duro para ocultarlo. El discurso del "genocidio" de Mahmoud Abbas en la ONU la semana pasada, logró captar la atención momentáneamente sobre ese hecho al ser demasiado público para ignorarlo por completo. Pero un incidente aún más revelador ha sido casi completamente pasado por alto: la expulsión de ls periodista pro-palestina del Haaretz Amira Hass - una mujer que ha pasado décadas promoviendo la causa palestina - de una conferencia en la Universidad de Bir Zeit, cerca de Ramallah, y solamente por el hecho de que ella es una judía de Israel.

Nadie, en Israel o en el mundo occidental, es más pro-palestina que Hass. Según mi conocimiento, es la única periodista israelí que, como consecuencia de su dedicación a la causa palestina, ha instalado su hogar entre ellos durante décadas, primero en Gaza y luego en Ramallah. Ella informa sin descanso sobre el sufrimiento palestino bajo el "régimen de ocupación" y es una apologista incansable de hábitos palestinos tan poco atractivos como el lanzamiento de piedras contra los judíos. Su último artículo de opinión, por ejemplo, era una apología del discurso del "genocidio" de Abbas, y su informe sobre su propia expulsión de Birzeit fue igualmente indulgente con la política intolerante palestina que prohíbe a todos los judíos israelíes - aunque no a los árabes israelíes - su presencia en los campus, simplemente porque son judíos israelíes. Así que si los estudiantes y profesores de Birzeit, el buque insignia de la universidad palestina, ni siquiera puede tolerar a Hass en su campus, ¿qué nos dice esto acerca de la disposición palestina a hacer las paces con la mayoría de Israel, que no comparte la creencia de que su propio país es el demonio y que toda justicia está del lado de los palestinos?

Después de todo, las universidades son el lugar donde se nutre la próxima generación de líderes, y esto hace que la posición de Birzeit sea mucho más importante que la de Abbas, con sus 79 años de edad y ahora en el décimo año de su mandato de cuatro años. Abbas se irá pronto. Pero los estudiantes y graduados de Birzeit serán una fuerza influyente en la sociedad palestina en las próximas décadas.

Entonces, ¿cómo es posible la paz cuando en Birzeit se educa a los futuros líderes palestinos a creer que todos los judíos de Israel deben ser evitados, simplemente porque son judíos de Israel? ¿Y cómo es posible la paz cuando estos futuros líderes ni siquiera escuchan cualquier visión del conflicto que contradice la suya propia, como la que un judío de Israel podría proporcionar (aunque no desde luego Amira Hass)?

Huelga decir que éste es el polo opuesto a cómo actúan las universidades israelíes: sus facultades, abrumadoramente favorables a una solución de dos estados, educan en consecuencia, y los estudiantes palestinos son bienvenidos, independientemente de sus puntos de vista. Incluso el propio Omar Barghouti, el líder del movimiento BDS, quien hipócritamente obtuvo su título de maestría en la Universidad de Tel Aviv y ahora está llevando a cabo su doctorado allí mismo, pero eso sí, en sus viajes al extranjero insta a otros a boicotear dicha institución.

Bajo la presión de sus muy influyentes fans, incluyendo la fundación alemana Rosa Luxemburg que patrocinó la conferencia de la que fue expulsada, la universidad de Birzeit señaló más tarde que haría una excepción a su regla de únicamente "partidarios de la lucha palestina" con Hass. Pero eso no altera fundamentalmente su política intolerante, o su falta de voluntad para escuchar a cualquier persona que pudiera desafiar la narrativa palestina.

Tampoco es Birzeit tan excepcional en este sentido. En junio, por ejemplo, el profesor Mohammed S. Dajani Daoudi fue obligado a dimitir de otra importante institución palestina, la Universidad Al-Quds, por haberse atrevido a llevar a algunos de sus estudiantes a Auschwitz para enseñarles sobre el Holocausto. Si una de las principales universidades palestinas ni siquiera dejan que sus estudiantes aprendan sobre el Holocausto, ya que supuestamente podría aumentar su empatía por los judíos de Israel, ¿qué nos dice todo esto acerca de las perspectivas de paz?

Como el blogger del Haaretz Matthew Kalman señaló agudamente, la paz no es la única víctima de la conducta de Birzeit: la falta de voluntad de las universidades palestinas a confrontar a los estudiantes con cualquier perspectiva que pudiera desafiar las opiniones preexistentes - dictadas allí mismo -, también ha obstaculizado el desarrollo económico palestino, ya que los estudiantes no están desarrollando las habilidades críticas necesarias para tener éxito en la economía de alta tecnología de hoy. Pero eso es un problema de los palestinos.

La educación en el odio y el prejuicio de Birzeit, por el contrario, debe ser el problema de cualquiera que diga que se preocupa por la paz entre israelíes y palestinos. Por desgracia, la mayor parte del mundo preferirá mirar hacia otro lado.

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