Sunday, November 02, 2014

El affaire del "gallina (cobarde)" Netanyahu según la visión de Shmuel Rosner



No hace falta decir que el verdadera “gallina” es el alto funcionario de la administración Obama que llamó “gallina (cobarde)” al primer ministro Netanyahu mientras se escondía detrás del anonimato. No hace falta decir que este fue uno de los incidentes más idiotas de los últimos tiempos. No hace falta decir que las citas que aparecen en el artículo del Jeff Goldberg donde se revelaron su palabras dicen más sobre este funcionario bocazas (los juegos de adivinanzas ya han comenzado, y muchos funcionarios israelíes creen conocer su identidad) que sobre el gobierno de Netanyahu. Consideren esto: no hay nuevos hechos que fueran revelados en ese artículo que arrojen más luz sobre las tensas relaciones entre Estados Unidos e Israel, sólo la mezquina animosidad, alguna justificada, otra fuera de lugar.

He oído expresiones peores que "gallina" de parte de funcionarios israelíes que hablaron conmigo sobre la administración Obama y sus políticas. Pero nunca me dieron permiso para dar a conocer los términos más duros que utilizaron. Es un signo de madurez poder aguantarse, y no usar un lenguaje grosero, incluso cuando existe un grave desacuerdo entre las dos administraciones. Es un signo de madurez ser capaz de controlar el lenguaje grosero y asegurarse de que, incluso cuando se utiliza, no vaya a ser utilizado públicamente. En este caso, el lenguaje soez estaba destinado a que fuera publicado, lo que nos plantea la pregunta: ¿se trata de una vuelta a la mala estrategia - que simplemente no funciona - de intentar hacer daño a Netanyahu, ahora que algunos identifican signos de próximas elecciones en Israel, diciendo a los israelíes que políticamente Netanyahu daña la alianza EEUU-Israel? O tal vez no es una estrategia, sólo un síntoma de frustración juvenil y de incapacidad por mantenerla bajo control.

David Bernstein apunta al precedente de la mala estrategia con trasfondos electorales. También debo señalar que cuando el ministro Yaalon llamó al secretario Kerry "mesiánico", él no tenía intención de que fuera publicitado [N.P.: más bien, el periodista del Ynet publicó los comentarios off the record para así provocar el daño].

En este caso, la autorización para dar a conocer los términos que se utilizaron, entre ellos el ya famoso de “gallina”, justifica la afirmación de que estamos ante un nuevo nivel de animosidad. El artículo y las citas se suman a la ansiedad de los que se preocupan por las relaciones Estados Unidos-Israel y quieren conservarlas. Si bien estoy en desacuerdo con la sensacional evaluación de David Horovitz de que "estamos asistiendo a la caída de una alianza", estoy de acuerdo con él en que lo que vemos hoy en día es a dos administraciones aborreciéndose la una a la otra en la medida en que "ya no ponen mucha dedicación a tratar de ocultarlo".

De hecho, si se me permite alardear sobre un logro altamente cuestionable, esto es exactamente lo que escribí en agosto después del incidente (también sobrevalorado) de la demora en el envío de los misiles Hellfire: "No veo un caso claro aquí para decir que 'Obama ya no se preocupa por la seguridad de Israel'. Pero veo otra cosa que es bastante inquietante: a Obama ya no le importa si la gente dice que él ya no se preocupa por la seguridad de Israel".

Es evidente que los "altos funcionarios" de Obama tomaron nota, y a ellos tampoco parece importarles mucho más ocultar su hostilidad hacia Netanyahu.

Puede ser que incluso hayan detectado que se han pasado un tanto. La Casa Blanca, comprendiendo la naturaleza inadecuada de los comentarios y la forma en que se reflejan sobre el propio carácter de su administración, se desvinculó de ellos. Si he entendido bien, la Casa Blanca también conoce el nombre del "alto funcionario" que puso la "gallina" en el expediente.

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