Friday, November 07, 2014

El sarcasmo genial de Preoccupied Territory: "Los bloques de hormigón en las estaciones de Jerusalén provocan que John Kerry afirme que son unos hechos inaceptables sobre el terreno"



El pueblo de Israel tiene la simpatía del gobierno de los Estados Unidos ya que se enfrenta a una creciente tensión y violencia. Pero la respuesta a esa violencia mediante la colocación de bloques de hormigón en las estaciones de tren sólo crea hechos sobre el terreno que hacen que una solución negociada al conflicto sea más difícil de lograr.

Cada movimiento de Israel tiene un impacto en el resultado de las negociaciones, y el gobierno de Israel tiene la responsabilidad de no perjudicar el resultado de esas negociaciones. La colocación de bloques de hormigón en las estaciones de tren ligero, aparentemente para evitar que los conductores palestinos sigan asesinando e hiriendo a pasajeros israelíes, hace que sea mucho más difícil llegar a un acuerdo, ya que cada bloque se convierte en una "estructura o asentamiento" que amenaza las perspectivas de un acuerdo.

Una respuesta preferible a esa avalancha de víctimas peatonales desde la perspectiva de los Estados Unidos, sería restar importancia a esos lamentables incidentes, o simplemente ignorarlos. Es por eso que llamamos a la familia de ese joven palestino de nacionalidad estadounidense especializado en el lanzamiento de coctel molotov, y el cual fue asesinado por las fuerzas israelíes la semana pasada mientras practicaba dicha especialidad, para expresarles nuestras condolencias, mientras que no hicimos lo mismo por la familia del bebe judío de tres meses de edad asesinado por un conductor palestino, a pesar de que también tenía la ciudadanía americana. Y lo mismo haremos con la familia de ese rabino que agita la situación con su pretensión de que los judíos puedan orar en el Monte del Templo, y que aunque sea un ciudadano estadounidense, tiene que aprender a ignorar ciertas cosas o nunca ponerlas en marcha. Además, si hubiéramos realizado esas llamadas telefónicas a esas familias judías, estableceríamos unos peligrosos precedentes que son sumamente difíciles de deshacer.

Esta administración ha hecho todo lo posible para alentar a Israel y a los palestinos a llegar a una solución negociada, ya que la ausencia de dicho acuerdo definitivo alimenta la desesperación y el radicalismo tan frecuente en el Oriente Medio, de hecho en todo el mundo, como hemos visto en los últimos semanas y meses. El peligro de medidas tales como los bloques de hormigón es que se priva a los palestinos de la perspectiva de que tienen un impacto real sus "esfuerzos por construir un estado", y sin la esperanza de poder cumplir sus sueños no se puede esperar que ningún pueblo lleve a cabo unas negociaciones.

Instamos a Israel a retirar los bloques de hormigón de una sola vez. Tal medida de fomento de la confianza no sólo demostraría que Israel se toma en serio el cumplimiento de las aspiraciones nacionales de los palestinos; también disminuirá algo el oprobio diplomático que ese país ha vuelto a  ganar con este tipo de construcción en Jerusalén. Los frutos de su eliminación pueden entonces servir como un trampolín para un retorno a las negociaciones.

El presidente Obama y yo no albergamos ilusiones conociendo la dificultad de eliminar las construcciones ya existentes, pero Israel ya lo ha hecho antes, y como resultado de ello, se abrió una "nueva era en los intercambios directos con los palestinos de la Franja de Gaza". No estropeamos el futuro por apegarnos a patrones familiares. La paz requiere coraje. Les animamos a demostrar el coraje de no establecer tales hechos sobre el terreno.


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