Thursday, December 04, 2014

Altamente recomendable: El hogar de los judíos - Dror Eydar - Israel Hayom



El proyecto de ley sobre el "Estado judío

La controversia pública que rodea el proyecto de ley sobre el "Estado judío" - un proyecto de ley que busca definir constitucionalmente a Israel como el Estado-nación del pueblo judío - simplemente no tiene sentido. Está lleno de mentiras y de propaganda.

El Estado de Israel es el hogar nacional del pueblo judío, y sólo del pueblo judío. No es "también" el hogar de cualquier otro pueblo. Lo dice la Declaración de la Independencia y hasta los documentos anteriores a ella. Lo dicen todos los documentos en toda la historia del estado. Israel ofrece igualdad de derechos a todos sus ciudadanos, incluidos los que no son judíos. Estos derechos iguales son una parte integral del carácter judío del Estado, y no, como afirman los opositores al proyecto de ley, un esfuerzo por disminuir el valor de la democracia. Entre las Leyes Básicas de Israel, y que sirven como una constitución de facto, está la Ley Fundamental: dignidad y libertad humanas. El proyecto de ley del Estado judío no estaría en contradicción con ella si se convierte también en Ley Fundamental. Sólo sería complementaría.

Esta semana, el The New York Times también se subió al carro y trató de predicarnos a nosotros diciendo que sería "desgarrador" ver al gabinete israelí aprobara un proyecto de ley que "erosiona la posición de Israel entre las naciones democráticas". ¿Y que ejemplo podía utilizar el The New York Times para ello? Pues el maltrato de los afroamericanos en los propios EEUU. Igualando estas dos cosas, el autor del editorial nos demuestra que no tiene ninguna comprensión de la esencia del proyecto de ley, y que probablemente ha extraído su argumentación del montón de propaganda anti-israelí del Haaretz. El autor también evidentemente no comprende la diferencia entre Israel y los EEUU.

La identidad nacional estadounidense es una identidad civil. El pueblo de los Estados Unidos lo conforman individuos que aceptan los principios políticos del país y poseen el estatus de ciudadanía. Su origen étnico, sus países de origen ancestral y los recuerdos históricos que trajeron de otros países no tienen relación con su americanismo, sólo su ciudadanía. ¿Las minorías en los Estados Unidos que lucharon por la igualdad de derechos buscan derechos nacionales? Por supuesto que no. Ellos lucharon por los derechos individuales, los derechos civiles y los derechos humanos.

Ese no es el caso de Israel, y de una larga lista de otros estados nacionales fundados en elementos étnico-nacionales. La historia nacional es crítica en nuestro caso, al igual que el fondo cultural común, la religión y las tradiciones compartidas y así sucesivamente. En estos países, las minorías de otras etnias tienen derecho a plenos derechos individuales y civiles, pero no pueden hacer valer su nacionalismo y sus derechos nacionales. El nivel de democracia en estos Estados-nación se mide por el nivel de los derechos individuales y por los derechos civiles que gozan los ciudadanos, los mismos derechos otorgados a la comunidad afroamericana en los Estados Unidos, pero no de los derechos nacionales. ¿Un "Estado de todos sus ciudadanos"? Israel ya lo es, sólo que no es un "Estado de todos sus nacionalidades". Israel es el hogar nacional solamente del pueblo judío.

Aquí hay algunas preguntas para los intelectuales y diputados árabes israelíes que han saltado de manera agresiva en contra del proyecto "Estado judío": ¿Reconocen a Israel como la patria histórica del pueblo judío? ¿Reconocen el derecho legal, religioso e histórico de los judíos de afirmar su nacionalidad específicamente en Israel? Por lo menos, ¿reconocen el derecho de los judíos "a esta tierra"?

Estas preguntas se entrelazan con el proceso diplomático en curso entre nosotros y nuestros vecinos. Al presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas y a otros líderes árabes se les pide respuestas a estas preguntas una y otra vez. Con el fin de hacer la paz con nosotros, deben reconocer primeramente nuestro derecho, como judíos, a nuestra tierra, "a una parte de nuestra tierra, a alguna parte al menos". Me encantaría escuchar a un líder árabe declararlo en un foro público.

Y otra cosa: cada vez que a la izquierda no le gusta una decisión del gabinete surge la eterna pregunta: "¿Y por qué ahora?". Bueno, díganme ustedes, ¿por qué era tan urgente traer a una banda de terroristas a la tierra de Israel y luego armarlos en el supuesto de que nos iban a proteger del terrorismo? ¿Por qué era tan urgente expulsar a los inocentes agricultores judíos de Gush Katif en Gaza, y con ello convertir a los residentes del sur de Israel en rehenes de Hamas? ¿Por qué ahora, señores de la izquierda?

Varias versiones del proyecto de ley sobre el "Estado judío" han estado rodando alrededor de la Knesset durante más de una década. El tema ha cobrado más importancia desde el comienzo de la Knesset de 2009. Así que, ¿por qué ahora? La respuesta se puede encontrar en los 2.000 años de antigüedad de las palabras de Hilel: "Si no es ahora, ¿cuándo?".

La libertad de expresión tiene su precio

El cantante israelí Amir Benayoun escribió una canción de protesta. Eso es todo. Expresó su frustración privada y sus sentimientos acerca de la reciente ola de espantosos ataques terroristas árabes contra los judíos. No me gusta la letra o la melodía, si lo desean saber. El arte superficial no suele ser muy conmovedor.

Pero siempre y cuando él no esté instando a la violencia, es su derecho escribir lo que quiera. Ese es el precio que pagamos por la libertad de expresión. El equipo formado por el matrimonio de Alona Kimhi y Izhar Ashdot también escribió una canción de protesta (también muy superficial) en la que los soldados israelíes eran descritos como asesinos. El escritor Yitzhak Laor recientemente recibió un prestigioso premio por su poesía, a pesar de que su poema "Himno al Gush (Emunim)", donde pinta a los colonos como poniendo la "sangre de los niños palestinos" en el matzot. Ese poema también es malo, pero parte de la poesía de Laor es excelente.

Oí a la locutora de radio Yael Dan y a Mordechai Kremnitzer opinar como recientes expertos en poesía. La polémica se centró en que la supuesta generalización de los árabes por parte de esa canción era una generalización ofensiva, Dan y Kremnitzer trataron de formular una denuncia penal que involucraba incitación a la violencia. Una y otra vez se hace más y más evidente que las convocatorias a silenciar opiniones provienen de la izquierda. Se trata de una tendencia ascendente.

Bueno, se puede argumentar que la apelación a "Ahmed" de Benayoun - que se presenta una vez como un estudiante y luego como un trabajador en el centro de Israel - es un nombre genérico para todos los árabes israelíes. Tal vez se refiera solamente a los terroristas entre esta población. Pero es sin duda legítimo leer esas palabras no como una generalización, sino como la historia particular de un individuo. Es de mal gusto, tal vez, pero no hay incitación. En cualquier caso, la libertad de expresión es lo suficientemente amplia como para ser capaces de adaptarse a las canciones de protesta, incluso cuando provienen de la derecha.

ISIS en el Monte del Templo

Ahora les presento un auténtico ejemplo de incitación real, infinitamente peor que el ejemplo anterior, y que en última instancia dio lugar a una verdadera tragedia, y que sin embargo no parece que Yael Dan, o alguien como ella en los medios israelíes, vaya abordarlo prontamente. El predicador árabe-palestino Ali Abu Ahmad hizo las siguientes declaraciones en Al-Aqsa el viernes pasado (tres días después de que dos residentes árabes de Jerusalén oriental asesinaran a cinco israelíes en una sinagoga en Jerusalén):
"¿Quién va a venir en ayuda del Islam si no nosotros? ¿Quién va a ir en ayuda de Jerusalén si no nosotros? Queremos un califato en el camino del Profeta que protegerá vidas, defenderá el honor de la mujer y liberará Jerusalén de los judíos, las más viles de las criaturas". 
"Oh siervos de Allah, no recurran a la comunidad internacional o al Consejo de Seguridad, ya que son los que trajeron a los judíos a la tierra de Palestina. Ellos comparten la culpa de sus bárbaros crímenes contra los musulmanes en Palestina. Busca refugio en Allah el Todopoderoso, el vengador. Sólo Dios puede romper la espalda de América y los judíos". 
"No te dejes engañar por la arrogancia de los judíos, o por sus crímenes contra los musulmanes de Palestina. Esto no es más que el preludio de su eliminación, si Allah quiere, a manos de los muyahidines leales dentro de Palestina y en el extranjero". 
"Oh Allah, aniquila a América y a su coalición. ¡Oh Allah, permitenos cortarles la cabeza. Oh Allah, ayuda a nuestros hermanos, a los muyahidines en la tierra de Irak y Siria".
Tenga en cuenta cómo él nunca mencionó árabes o palestinos o Israel, solamente musulmanes y judíos (y Palestina). Este es el quid del conflicto, y la raíz de la controversia. Este "hombre justo musulmán" oró por la destrucción de la coalición de Estados Unidos (en la que nos incluyen, por supuesto) e hizo una petición modesta: cortarles la cabeza. ¿Qué me dicen? ¿Es una amenaza y una incitación suficiente para Yael Dan y la Policía de Israel? ¿Están escuchando?

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