Saturday, January 03, 2015

¿Qué debemos esperar del centro-izquierda tras el rechazo a negociar de los palestinos? - Ben-Dror Yemini - Ynet



No había necesidad de un cambio más a la derecha, en la estela de las primarias, para mostrar claramente que el Likud posee un núcleo fuerte - una mayoría tal vez - que se opone a un Estado palestino. Benjamin Netanyahu solo forma parte del escaparate.

 Las posiciones presentadas por el primer ministro durante las negociaciones con John Kerry son una bandera roja a los ojos de Danny Danon, Tzipi Hotovely, Zeev Elkin, Yariv Levin y otros likudniks. En un gobierno con Tzipi Livni y Yair Lapid, y custodiado por un manto de secreto, Netanyahu podría permitirse a sí mismo aproximarse a las fronteras de 1967, y ampliar también la empresa de los asentamientos, pero solamente dentro de los límites de los ya existentes grandes bloques de asentamientos.

Esto no habría ocurrido bajo una coalición de derecha con los partidos ultra-ortodoxos. La evolución hacia un estado bi-nacional habría continuado. La posición internacional de Israel, que ha sufrido una serie de golpes en los últimos meses, habría recibido una paliza mucho más grave.

No obstante, los palestinos han fracasado esta semana en las Naciones Unidas. Pero es un fracaso a corto plazo. Un cambio en la composición del Consejo de Seguridad asegura una victoria palestina en la siguiente ronda. Y no está muy lejos.

A favor de Netanyahu se puede decir que sí se dio cuenta de los peligros. Estuvo más del lado de Livni y Lapid que del lado de Hotovely y Elkin. La prueba más fiable en este sentido la proporcionó hace tan sólo unos días la propia Livni. Se suponía que debía haber hablado mal de Netanyahu. Se suponía que debería haber argumentado que él es un adversario de la paz. Podía incluso haberlo culpado del fracaso de la última ronda de conversaciones con los palestinos. Pero, para su crédito, ella hizo algo completamente diferente.

Hace una semana, Roger Cohen en el New York Times publicó una serie de detalles de una conversación que tuvo con Livni. Y el informe estaba lleno de sorpresas. El tema, por supuesto, era el proceso de paz. ¿Quién tiene la culpa?, le preguntó Cohen. La posición estándar de cualquier persona que no forma parte del círculo íntimo del primer ministro israelí es que Netanyahu tiene la culpa. Fuentes estadounidenses de muy alto rango también han hecho su parte señalando con el dedo a Netanyahu. Y he aquí que Livni ahora se niega a subirse al carro. La persona responsable del tropiezo de las conversaciones de paz, aclara Livni, fue Mahmoud Abbas. La fórmula para futuras conversaciones ya estaba preparándose.

Era un acuerdo que incluía la liberación de otros prisioneros palestinos, de un congelamiento total o parcial de la construcción en Judea y Samaria, y la liberación de Jonathan Pollard. Pero los palestinos llevaron todo a derrumbarse con su apelación ante la ONU, lo cual contradecía todos sus acuerdos con la administración estadounidense.

Livni también menciona la reunión en la Casa Blanca, el 17 de marzo de 2014, con Abbas y Saeb Erekat. De acuerdo con un informe publicado en The New Republic, Obama aprovechó la oportunidad para presentar el borrador de la propuesta estadounidense al equipo palestino. No es que Netanyahu hubiera dicho a todo que sí; tenía sus reservas. Pero él al menos no había dicho que no. Se había acordado continuar las negociaciones sobre la base de ese mismo proyecto de propuesta. ¿Y los palestinos? Según Livni, evadieron el tema. De acuerdo con The New Republic, los palestinos respondieron de forma negativa, a pesar de que el proyecto que Obama presentó a Abbas incluía la división de Jerusalén.

Decir estas cosas en el período previo a las elecciones es sin duda un acto de valentía por parte de Livni, que ahora parece no unirse a la danza de los demonios contra Netanyahu. Al mismo tiempo, lo que se ha sabido requiere un examen de conciencia de Livni y de su aliado, Isaac Herzog. Después de todo, ellos no van a ofrecer a Abbas más que lo que le ofrecieron Obama y Kerry. Y todos sabemos cual será su respuesta. Ellos sin duda elevarán la posición internacional de Israel, lo que es importante. Pero ellos también se encontrarán con una posición de rechazo de los palestino. Y entonces, ¿a dónde irán ellos?

Sabemos que el Likud, a pesar de Netanyahu, continuará arrastrándonos hacia un estado bi-nacional, una auténtica catástrofe. Pero el centro-izquierda tiene que admitir que no tiene una respuesta seria. Su planta se basa en Abbas; y esa es una base inestable. Uno querría esperar algo más de ellos.

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