Tuesday, April 07, 2015

¿Confiás en Obama con respecto a Irán e Israel? Tres breves comentarios de Pascua - Shmuel Rosner - Jewish Journal



1. Irán - una cuestión de confianza

Es reconfortante ver como el presidente Barack Obama habla de "las profundas afinidades que siento por el pueblo de Israel y por el pueblo judío". Ya, si uno realmente se lo cree, eso es otro asunto. Obama está ahora en campaña para vender un acuerdo con Irán. El acuerdo no es fácil de tragar. El presidente calculó que mostrar su lado más cálido hacia Israel es la mejor táctica para venderlo en estos momento, por lo que está haciendo ese esfuerzo (que mostraba el mismo lado cálido, por la misma razón, cuando se habla de Bob Corker).

Obama podría tener éxito en convencer a algunos legisladores y algunos votantes en que el diablo no es tan amenazante como Israel lo hace parecer. Pero no logrará dar la vuelta a la creencia de que un mal acuerdo es un buen negocio. Zalmay Khalilzad (y muchos otros) explican por qué el acuerdo es alarmante, y él encuentra cuatro "errores fatales": primero, la utilización de la llamada fatwa (contras las armas nucleares) por el líder supremo Jamenei de Irán como un indicador de las verdaderas intenciones de Irán, presente y futuro, es una error; incluso si el presidente Obama tiene razón en que el acuerdo coloca a Irán a un año de la producción del material fisible suficiente para un arma nuclear, eso implica riesgos sustanciales; el presidente confía en la eficacia de las inspecciones a la hora de evitar trampas o engaños iraníes, creyendo que serían descubiertos y expuestos de manera oportuna, lo que permitiría a los Estados Unidos y a sus socios evitar que Irán adquiera armas nucleares fraudulentamente; el acuerdo marco supone que si Irán viola el acuerdo, las sanciones que fueron levantadas se podrían volver a imponer, o pueden cerrarse de nuevo en su lugar.

Miren esos cuatro errores y la mayoría de otros defectos de los que hablan otros escritores. Muchos de ellos se centran en el tema de la confianza: ¿confían en que Irán hará lo que dice que va a hacer?; ¿confían en la comunidad internacional para poner en práctica el acuerdo de la manera adecuada?; ¿confían en la comprensión del presidente Obama de la situación y de los intereses y las acciones de Irán...?

Obama dice que tiene a Israel en su corazón.

Obama dice que va a asegurarse de que Irán cumple el acuerdo.

Si uno tiende a confiar en el presidente, y a creerle, entonces uno está bien posicionado para convencerse gradualmente de que el acuerdo del presidente con Irán es la mejor opción disponible para los Estados Unidos y, como él sostiene, para Israel. Si uno cree que el presidente no tiene ninguna comprensión real del actual Oriente Medio, que su instinto no es bueno en lo referente a los Asuntos Exteriores, y que no tiene una estrategia con Irán, entonces no es probable de que estén convencidos de que este acuerdo sea bueno para nadie.

2. La próxima coalición de Israel 

Presten atención a los cambios de estado de ánimo y al cambio de perspectiva de Israel sobre el resultado de las elecciones. Dos semanas antes de las elecciones una mayoría de la población judía se oponía a un gobierno de unidad. La oposición a dicha coalición era especialmente alta entre los votantes de izquierda. "En una encuesta realizada por Menachem Lazar", escribía en un artículo, "el 55% del público se oponía a un gobierno de unidad, con sólo el 28% apoyándolo. Por otra parte, Lazar analizó a petición mía la división de opiniones según el campo político y se acercó a un hallazgo un tanto sorprendente: la oposición a la unidad era generalizada entre todas las facciones israelíes. La oposición en la izquierda - 68% - era más alta que la oposición de la derecha - el 58% -. Pero incluso en el centro de Israel había una mayoría - 53% - en contra de un gobierno de unidad. Sin la presión del público, no está claro a cualquier líder querría hacer un movimiento hacia la unidad".

Pero esto ya no parece ser así: la encuesta del Índice de Paz de la semana pasada encontró que hay un creciente apoyo a la unidad, sobre todo especialmente en la izquierda. Los votantes de Yesh Atid (83%) y la Unión Sionista (73%) se muestran favorables. Esto es significativo. En este momento, no está del todo claro que Netanyahu quiera la unidad, más bien parece que está jugando sus cartas con cuidado y que agotará a sus futuros socios en esas negociaciones.

Pero en base a ambos cálculos políticos y a la realidad con la que Israel tiene que tratar, no es irracional sospechar que Netanyahu esté considerando la opción de la unidad con los laboristas (Unión Sionista). Un gobierno de unidad va a ser más estable internamente y más eficaz a nivel internacional.

Pero los obstáculos para tener un gobierno de unidad son muchos, y uno de los más notables es el temor de que, mientras Netanyahu puede cerrar un trato con el laborista Yitzhak Herzog, Herzog no podría ser capaz de cerrar el trato con su propio partido y llevar a sus miembros a bordo. Por lo tanto, una encuesta que muestra ese elevado apoyo a un gobierno de unidad entre los votantes laboristas es significativo. Herzog ahora puede mostrar a sus amigos que unirse a un gobierno de unidad está en línea con lo que los votantes quieren - los votantes laboristas -.

3. La oposición e Irán

El gobierno de Obama quiere que usted crea que "nunca podremos convencer al primer ministro Netanyahu" de que un acuerdo con Irán es un buen negocio. Es conveniente para la administración Obama tratar de retratar la oposición de Israel al acuerdo como un problema personal de un primer ministro de línea dura. Pero tengan en cuenta que la oposición israelí tampoco parece aprobar el acuerdo con Irán. Herzog - y Tzipi Livni - no lo critican tan duramente como lo hizo Netanyahu, pero parecen estar lejos de aceptarlo como un gran logro para cualquiera. De hecho, el candidato de Herzog para ministro de Defensa, el general Amos Yadlin, llegó a la conclusión de que el acuerdo es "un compromiso que se inclina hacia el lado iraní" (hebreo).

Entonces, ¿qué es lo que piensan? Pues que el acuerdo no es muy bueno, y que Israel debe encontrar una manera de convencer a los estadounidenses de que el acuerdo final debe ser mejor. Su enfoque no es de confrontación, es acomodaticio. Es lo que es y vamos a trabajar para mejorarlo. Si Netanyahu no tiene ninguna confianza en Obama y está poniendo todos sus huevos en la canasta del Congreso, Herzog trataría de convencer al Presidente y a su equipo de que algunas cosas necesitan ser cambiadas.

En un gobierno de unidad, podrían tener su oportunidad de probar este enfoque.

Mi predicción: el enfoque no es probable que tenga éxito.

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