Tuesday, October 13, 2015

Tres israelíes muertos en dos ataques terroristas en Jerusalén en cuestión de minutos. La teoría de los "lobos solitarios" en cuestión - DEBKA





Dos palestinos abrieron fuego y utilizaron un cuchillo este martes 13 de octubre en un autobús, en el distrito Armon Hanatziv de Jerusalén, matando a dos israelíes e hiriendo a 16, por lo menos seis de ellos seriamente. Hombres armados les dispararon, muriendo uno de ellos y el otro resultando herido. Este fue el primer ataque terrorista con armas de fuego de la actual ola de violencia. En el centro de Jerusalén, y en cuestión de minutos, un palestino lanzó su coche contra un grupo de peatones que esperaban en la parada de autobús Malchei Israel. Luego saltó del coche para apuñalar a las víctimas. Una de ellas murió, rabino ​​hasídico Rabí Yeshayahu Krishavsky, de 59 años, quien se dirigía a su lugar de estudio. Además tres fueron heridos antes de que el asesino fuera muerto a tiros.

La pareja que atacó el autobús, confesó más tarde haber tratado de apoderarse del autobús para tomar a los pasajeros como rehenes o asesinarlos.

Anteriormente, cinco israelíes resultaron heridos en Raanana, al norte de Tel Aviv, tras dos ataques con apuñalamiento por parte del mismo terrorista.

En total, a la mediodía del martes tres israelíes habían sido asesinados y 27 heridos.

Portavoces de la Policía admitieron por primera vez que los dos ataques de Jerusalén se sincronizaron y se prepararon deliberadamente, abandonando finalmente la teoría del "lobo solitario" obstinadamente atribuida hasta ahora por las autoridades israelíes a la actual ola de terror. Todos los asesinos venían del distrito Jebal Muqaber de Jerusalén, y uno estaba en la nómina de Bezec, la mayor compañía de telecomunicaciones de Israel.

Dos enlaces de la carretera de Jerusalén - Rtes 1 y 443 - fueron cerrados brevemente al tráfico en ambas direcciones debido a que las fuerzas de seguridad temían que coches sospechosos con objetivos terroristas fueran a mezclarse con el tráfico interurbano.

Esta nueva oleada de apuñalamientos palestinos en Jerusalén se inició después de que un árabe israelí de Umm al-Fham lanzara su coche y luego apuñalara a cuatro israelíes en el centro de Israel, colocando a los árabes israelíes en el mismo sendero de violencia sangrienta que el de los palestinos, mientras que a la vez ese mismo sector lanzaba una huelga general en contra de Israel el martes.

La violencia del lunes comenzó en la Puerta de los Leones, donde los guardias fronterizos policía detuvieron a un palestino que actuaba sospechosamente. Sacó un cuchillo y apuñaló a uno de los hombres de la policía. La hoja rebotó en su chaleco antibalas y el terrorista fue muerto a tiros.  

Al mediodía, una mujer terrorista infligió heridas moderadas a otros dos oficiales de la Guardia de Fronteras enfrente de la sede de la Policía Nacional, en el norte de Jerusalén. Ella fue detenida mediante disparos y seriamente herida.

Poco tiempo después, más al norte, en Pisgat Zeev, dos terroristas trabajaron en tándem en una calle. Derribaron a un niño israelí de 13 años de su bicicleta y lo apuñalaron. Él aún está luchando por su vida en el hospital Hadassah, en el Monte Scopus. Uno de los terroristas atacó a un segundo israelí, causándoles grandes heridas de arma blanca. La policía acudió al rescate y detuvieron su violencia por disparos. Uno de los atacantes murió a causa de los disparos.

El agresor de Umm al-Fahm, Ali Riad Ahmed Ziwad, de 20 años, quien tuvo que ser contenido por la policía y los transeúntes la noche del domingo, asumió un aire de inocencia sorprendida después de su detención. "Fue sólo un accidente de tráfico", dijo, después de lanzar su coche contra unos paseantes judíos, hiriendo críticamente a un joven de 19 años de edad, y tras atacarles de nuevo esta vez con un cuchillo hirió gravemente a una niña israelí tras apuñalar a otros tres.

Esta actitud de negar los hechos es típica de la táctica palestina de asumir el papel de víctima después de cometer violentos atentados terroristas.

Los líderes de la comunidad árabe-israelí (aproximadamente algo más de una décima parte de la población de Israel), y que incluye a sus miembros electos en el parlamento, se han embarcado en una huelga general para este martes 13 de octubre, a la que seguirá este miércoles una performance de los diputados árabes en Al Aqsa, acompañados por una bandada de periodistas israelíes e internacionales.

Estos diputados y pirómanos tienen un montón de micrófonos donde proclamar lo mal que son tratados y, sobre todo, donde seguir difundiendo sus habituales y demostradas falsedades, como por ejemplo las "profanaciones israelíes en la mezquita musulmana de Al Aqsa", las cuales han proporcionado a los palestinos su emblema más evocador y unificador en la mayor parte del siglo pasado.

Hace setenta y nueve años, el 19 de abril, 1936, cuando Facebook, las televisiones y el Estado de Israel eran realidades muy lejanas, el Alto Liderazgo árabe de Palestina declaró una huelga general que rápidamente desencadenó en ataques terroristas contra los judíos y los británicos, evolucionado hasta convertirse en la Gran Revuelta Árabe.

Por aquel entonces el lema de guerra para la movilización también era "La mezquita está en peligro", todo ello para activar a su gente para que "quemará un millar de edificios en Tel Aviv". Cuando hubo terminado en 1939, 600 judíos, 200 funcionarios británicos y 5.000 árabes habían muerto, y muchos de este último grupo lo hicieron por peleas o diferencias tribales intestinas.

Ese mismo grito de guerra ha seguido siendo utilizado desde las campañas palestinas de terror.  La "Intifada Al Aqsa" convocada por Yasser Arafat el 1 de octubre de 2000 vio el primer uso intensivo de los ataques suicidas de terror, costando la vida a 1.178 israelíes y a 50 extranjeros, con 8.022 heridos civiles. Los palestinos tuvieron 3.333 muertos y 30.000 heridos, siendo bastantes de ellos auto-infligidos.

Nadie puede decir cómo se desarrollará la última huelga árabe-israelí. Sus líderes están haciendo todo lo posible para inflamar las pasiones y ya han incitado el primer ataque con coche y cuchillos de un árabe-israelí, en sintonía con los terroristas palestinos.

Los líderes árabes israelíes se ven poseyendo un comodín entre sus manos, y están tratando de utilizar la debilidad del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, para establecer el ritmo de los acontecimientos para los palestinos.

El gobierno israelí está tratando de verter petróleo en estas turbulentos aguas, echando mano del proceso legislativo, de tan lento movimiento, como medio de lucha contra el terror palestino, mientras refuerzan a las fuerzas policiales que parecen apenas capaces de mantener el ritmo de los ataques con cuchillos.

Los funcionarios israelíes y los periodistas siguen insistiendo en la "ausencia de una mano controladora" detrás de la violencia, a pesar de las evidencias de un despliegue incremental de los ataques, de una etapa a otra. El policía herido el lunes en la Puerta de los Leones, les contó a los periodistas desde su cama del hospital que, "tras estar de servicio en varios sectores, he podido comprobar un incremento y una organización sistemática detrás de los apuñalamientos, con los terroristas surgiendo a un ritmo constante y controlado".

Los estrategas israelíes no se están moviendo rápidamente o de manera suficiente y sin vacilar para evaluar correctamente las peculiaridades de este enemigo, para atacarlo en buena medida en sus debilidades.

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