Sunday, June 12, 2016

Terror palestino en Tel Aviv: respondiendo a un odioso ataque - Shmuel Rosner



Fue agradable disponer de un par de semanas de relativa calma en el frente del terror, pero ningún israelí medianamente cuerdo estaba bajo la ilusión de que el terrorismo palestino había sido eliminado. Existía cierta calma al contemplar como la Intifada de cuchillos - como las Intifadas anteriores - era un fenómeno pasajero. Fue una ola, y luego de alguna manera se fue deshaciendo. Un incremento en la seguridad provocó que la violencia palestina fuera más complicada, al igual que la respuesta de los israelíes la hizo menos atractiva para los propios palestinos, además de tener un impacto cero a nivel positivo en la vida de los palestinos o en sus perspectivas de progreso.

Así que, por ahora - y hay que tener cuidado en no hacer predicciones sobre las tendencias futuras de la violencia palestina - los cuchillos están fuera y las armas están de vuelta.

Cuatro inocentes israelíes fueron asesinados brutalmente por armas de fuego en el centro de Tel Aviv en una noche tranquila. Les dispararon desde corta distancia, ya que estaban sentados bebiendo café o tomando un sándwich al calor de la noche, o bien chateando, ligando o soñando despiertos. Una de las víctimas era una madre de cuatro hijos. Otra un ex-comando que trabajaba para Coca Cola y cuyos dos hijos, según los informes, estaban con él cuando le dispararon. Su esposa también fue herida. Hace unos días, su foto apareció en los carteles publicitarios como parte de una campaña de agradecimiento a los soldados en la reserva israelíes. Él no murió cuando servía como un soldado de élite. Tampoco murió siendo un soldado de la reserva excepcional. Fue asesinado sentado en un café en el centro de Tel Aviv. Desarmado, desprevenido, disfrutando de sus últimos momentos con su familia.

Hamas se hizo responsable de este crimen atroz. En algunas ciudades y pueblos palestinos bastantes personas celebraron la noticia del ataque cuando comenzó a extenderse. En Israel hubo relativa calma. El gabinete ha comunicado sopesar sus opciones y escuchar de las agencias de seguridad más detalles sobre el ataque.

Esta es la primera prueba para el ministro de Defensa recién instalado, Avigdor Lieberman. Y lo que será una prueba para él es un alivio para el primer ministro Binyamin Netanyahu: después de este ataque no hay nadie a su derecha que pueda criticar sus políticas y su supuesta falta de determinación en la lucha contra el terrorismo. Todos los partidos de la derecha son los miembros de su coalición. Su principal ex crítico - el hombre que dijo no hace mucho tiempo que el líder de Hamas, Ismail Haniyeh, estaría muerto a las 48 horas de ser ministro de Defensa - está ahora a cargo de la elaboración de la respuesta al ataque.

¿Qué puede hacer Lieberman y qué puede hacer el gabinete? Puede preguntar a los servicios de inteligencia y a las fuerzas de seguridad para investigar a fondo cómo y por qué los terroristas fueron capaces de deslizarse a través de la red de seguridad. Pueden pedirles que trabajen más a fondo en la tarea de impedir que los palestinos no autorizados puedan entrar en Israel. Es un hecho bien conocido que Israel está haciendo un pésimo trabajo a la hora de detener la infiltración de los trabajadores ilegales de Cisjordania. Es un hecho bien conocido de que no sólo llegan trabajadores, sino también ladrones y,, a veces terroristas.

El ataque sirve como un recordatorio doloroso de que el conflicto entre Israel y Palestina no ha terminado. Sirve como un recordatorio de que el terrorismo no ha terminado. Sirve como un recordatorio de que el gobierno de Israel, tan de línea dura como sea, tan agresivo como pueda ser retratado en Occidente, tan ingenioso como pueda intentar ser, no es necesariamente mejor, ni peor, en la lucha contra el terrorismo palestino que muchos gobiernos anteriores. El primer ministro prometió una respuesta "determinante" para el ataque. Y también debería ser decisiva. Atención, no una "public relations" decisiva, sino más bien inherentemente decisiva. Es decir: medida, profesional y no populista.

El público israelí respondió al ataque con un simple gesto: el jueves, los cafés de Tel Aviv estaban tan llenos como los de todos los jueves por la noche.

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