Friday, July 15, 2016

El baby boom judío altera la dinámica del conflicto entre Israel y Palestina - Yaroslav Trofimov - WJS





El campo de la paz israelí y sus aliados internacionales han utilizado durante mucho tiempo un argumento crudo, pero poderoso: Los árabes tienen más hijos que los judíos y a menos que se cree un Estado palestino independiente, una bomba de tiempo demográfico convertirá a los judíos en una minoría decreciente similar a los blancos sudafricanos.

Esa perspectiva ciertamente parecía real cuando el proceso de paz de Oslo se inició en la década de 1990. La fecundidad entre los judíos israelíes se situaba en un promedio de 2,6 hijos por mujer, en comparación con el 4,7 entre los musulmanes de Israel y Jerusalén Este, y los 6.0 entre los palestinos en Gaza y Cisjordania. Yasser Arafat en esos momentos pronunció la célebre frase de que la matriz de la mujer palestina era el arma más potente de su pueblo.

Sin embargo, durante la última década se ha producido una revolución demográfica con consecuencias políticas de larga duración. Las tasas de la natalidad judía en Israel se han disparado, mientras que las tasas de la natalidad árabe en los territorios palestinos y en otros lugares en el Oriente Medio han declinado. Este baby boom tan poco probable ha provocado que muchos judíos de Israel tengan mucho menos miedo de ser superados en número, una de las poco apreciadas razones de por qué los votantes del país han recompensado constantemente a los políticos que se oponen a un Estado palestino y a renunciar a la tierra.

"Cuando estás motivado por el miedo, buscas preservar la demografía utilizando la geografía", explicó Yoram Ettinger, un ex embajador de Israel y un activista de derechas que ha estado muy activo a la hora de dar a conocer el impacto del aumento de la natalidad judía en Israel. "Pero si se examina la demografía de Israel de manera realista, no hay necesidad de pensar en esos términos", finaliza Yoram Ettinger.

La tasa de fertilidad judía en Israel es 3,11 por mujer en 2014, el último año completo del que se dispone de datos, mientras que entre los ciudadanos árabes de Israel y los residentes de Jerusalén Este apenas es de 3,17, según la oficina de estadísticas de Israel. Las tasas de fecundidad palestinos han caído a 3,7 en Cisjordania desde los 5,6 en 1997, y al 4,5 en la Franja de Gaza tras sus previos 6,9 ​​hijos, todo esto según la oficina de estadísticas palestinas.

"No habrá una bomba demográfica", afirmó el ministro de Defensa y dirigente de la derecha de Israel, Avigdor Lieberman , en una entrevista antes de su reciente nombramiento. "Las tasas de natalidad en los sectores árabes y judíos continuarán convergiendo, mientras que también esperamos que una parte considerable de los judíos de Europa Occidental, y también de América del Norte sigan emigrando". La Inmigración judía del año pasado, procedentes de países como Francia y Ucrania, estaba en su nivel más alto desde 2003.

Sin embargo, "basar las decisiones políticas sobre la demografía y las tasas de natalidad supone perderse por completo el punto el tema de la naturaleza del conflicto de Oriente Medio", afirman los izquierdistas israelíes y algunos palestinos.

"Los palestinos son un pueblo segregado, y no importa cuántos de ellos hayan para tratar de alcanzar sus objetivos nacionales, serán suficientes para continuar el conflicto nacional entre nuestros dos pueblos para los próximos 100 años", comentó Ksenia Svetlova, un legislador del partido de centro-izquierda Unión Sionista, el mayor partido de la oposición. "La pregunta es si queremos que este conflicto continúe"

El ex negociador de paz palestino Diana Buttu estuvo de acuerdo. "El problema no es si los palestinos representan el 51%, el 40% o incluso el 30%. Israel está gobernando a millones de palestinos sin darles los mismos derechos, y es un sistema que deberíamos cambiar".

A pesar de sus implicaciones políticas, el baby boom de Israel representa una excepción desconcertante para las tendencias demográficas existentes en el mundo. Por lo general, cuando los países se enriquecen y las mujeres se integran cada vez más en la fuerza de trabajo, las tasas de fecundidad se desploman, a veces muy por debajo del nivel de renovación natural, como ocurrió en países desde Japón a Italia.

Pero en Israel, así como el ingreso per cápita se ha elevado por encima del promedio de la Unión Europea durante la última década, las familias comenzaron a tener más hijos. Esto le dio al país, con mucho, la tasa de fecundidad más alta entre las economías avanzadas del mundo. Los judíos de Israel hoy en día tienen más hijos, en promedio, que los egipcios, iraníes o libaneses.

"Esta es una singularidad de Israel que no encontrará en ninguna otra sociedad en el mundo. Es un hecho de la vida, somos diferentes", afirma Arnón Soffer, un profesor de la Universidad de Haifa y uno de los principales demógrafos del país.

Sorprendentemente, este baby boom está ocurriendo principalmente entre los judíos seculares y los moderadamente religiosos: de hecho, durante la última década las tasas de fecundidad se han reducido en la comunidad ultraortodoxa.

Una de estas madres israelíes es Debora Hofman, una maestra de 50 años que vive en Timrat, un pueblo del norte de Israel que atrae a empleados en su mayoría seculares del creciente sector de la alta tecnología del país. Ella ha perseverado tras tener cinco abortos involuntarios hasta tener su cuarto hijo, ahora de siete años de edad.

Los temas geopolíticos, tales como la necesidad de mantener una mayoría judía en una tierra en disputa o reponer las pérdidas del Holocausto "han pasado por mi mente", comenta Debora Hofman. "Pero esa no es la razón por la que hemos tenido a mis hijos. Me encantan los niños".

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