Wednesday, October 12, 2016

Benny Morris desenmascara a los colaboradores del Haaretz que malinterpretan y adulteran conscientemente sus obras para hacerle decir lo que él nunca ha dicho



Israel no llevó a cabo una limpieza étnica en 1948 - Benny Morris

En la parte final de su artículo de la semana pasada y titulado, "Netanyahu, esta es una auténtica limpieza étnica", el profesor Daniel Blatman se describía a si mismo como un "historiador". En ese caso, Blatman traicionaba a su profesión cuando me atribuye cosas nunca que he dicho y distorsionaba los acontecimientos de la guerra de 1948.

En primer lugar, a través del artículo Blatman se ignora el hecho básico de que los palestinos fueron los que iniciaron la guerra cuando rechazaron el plan de compromiso de las Naciones Unidas, y fueron ellos quienes se embarcaron en actos hostiles en los que 1.800 judíos fueron asesinados entre noviembre de 1947 y mediados de mayo de 1948. (En eso por cierto, los judíos se diferencian de los serbios - la analogía sugerida -, quienes fueron los que comenzaron las guerras yugoslavas de la década de 1990, y que de hecho llevaron a cabo la limpieza étnica en Bosnia y en otros lugares).

En cuanto a la segunda etapa de la guerra de 1948, Blatman afirma que los países árabes invadieron el pre-estado de Israel con el fin de rescatar a sus hermanos palestinos de la limpieza étnica que los judíos habían puesto en marcha, y que la mayoría de ellos atacaron el nuevo Estado de Israel con el fin de detenerla. Durante esta supuesta limpieza de "más de 400.000" árabes que, según Blatman suponían más de la mitad de la población árabe palestina, fueron expulsados ​​de sus hogares y obligados a huir antes del 14 de mayo (En realidad, había alrededor de 1,2 millones a 1,3 millones de árabes en el país en esos momentos).

El número real de los que huyeron y se vieron obligados a huir aparentemente fue más pequeño, pero más importante aún, los países árabes atacaron al Estado de Israel en gran parte para perjudicarlo, si no fue para destruirlo definitivamenrte. El hecho es que sus líderes amenazaron con invadirlo, incluso antes de la resolución de la ONU que fue aprobada el 29 de noviembre de 1947, y antes de que un solo árabe hubiera sido arrancado de su hogar. Y ellos siguieron amenazando con una invasión en los siguientes meses, hasta mayo de 1948, cuando la hicieron efectiva.

No fue por lo tanto la tragedia de los palestinos lo que motivó la invasión de los países árabes. La verdad es que la huida y expulsión de los árabes de sus hogares en el pre-estado Israel, especialmente desde principios de abril hasta el 14 de mayo de 1948 (a este respecto, la captura de Jaffa, Tiberias y Haifa y la masacre de Deir Yassin, siempre se han mencionado), fomentó el extremismo entre las poblaciones árabes circundantes al pre-estado de Israel y fueron una de las razones de que los líderes árabes decidieron invadirlo en la víspera del 15 de mayo.

Pero hubo factores más importantes que influyeron en la decisión de los líderes árabes: por ejemplo, el rey jordano Abdullah quería expandir las fronteras de su país; el rey egipcio quería negar al rey jordano los principales logros territoriales; y los líderes de Siria, Irak y Egipto temían la reacción en casa si no invadían Israel. La preocupación por el bienestar de los árabes en el pre-estado Israel no fue el principal motivo para la invasión árabe.

Según afirma Blatman, yo digo en mis libros que "más de medio año antes de que la invasión árabe comenzara", los líderes del Yishuv, la comunidad judía en la Tierra de Israel, aspiraba a ampliar las fronteras del país más allá de las decididas en la resolución de la Asamblea General de la ONU, "y además tratar de minimizar" el número de los árabes que permanecerían en el estado judío.

Esto no sólo no tiene sentido, sino que es una distorsión de mis palabras y de la historia. Por supuesto, los líderes judíos en los primeros años del país están interesados ​​en la ampliación del territorio del país, pero hay una gran diferencia entre las aspiraciones personales y las políticas.

En términos políticos, la aspiración de los líderes del Yishuv de ampliar el área del estado comenzó únicamente alrededor de marzo-abril de 1948, no a partir de noviembre de 1947. Y esto ocurrió solamente después de cuatro meses de ataques árabes contra la Yishuv, por lo cual se puso en marcha una defensa estratégica. Y sucedió sólo después de que los líderes árabes afirmaran claramente por la mañana, tarde y noche que tenían la intención de atacar al Estado judío cuando se fueran los británicos.

En cuanto a minimizar el número de los árabes en el pre-estado de Israel, en ningún momento de la guerra de 1948 existió una decisión ejecutiva tomada por la dirección del Yishuv o del estado de "expulsar a los árabes", ni en la Agencia Judía, ni en el gobierno de Israel, ni en el mando general de la Haganá, ni en el Estado Mayor General de las Fuerzas de Defensa de Israel. Tampoco ninguno de las partidos importantes en la Yishuv, incluyendo los revisionistas, adoptaron una política de este tipo en su plataforma.

Es cierto que en la década de 1930, y a principios de los 40, David Ben-Gurion y Chaim Weizmann apoyaron un traslado de árabes de la zona del futuro estado judío. Pero más tarde apoyaron la decisión de la ONU, cuyo plan dejaba a más de 400.000 árabes en el pre-estado de Israel.

También es cierto que a partir de un determinado momento durante la guerra, Ben-Gurion dejó que sus oficiales entendieran que era preferible que el menor número de árabes que fuera posible permanecieran en el nuevo país, pero nunca se les dio una orden de "expulsar a los árabes". (En julio de 1948 se decidió incluso ir en contra de una expulsión de los árabes de Nazaret, mientras que con poco entusiasmo fue ordenada la expulsión de los árabes de Lod y Ramle).

La atmósfera de transferencia de poblaciones que prevalecía en el país y que comenzó en abril de 1948, no se tradujo en una política oficial, por lo que hubo oficiales que expulsaron árabes y otros que no lo hicieron. Ninguno de los grupos fue reprendido o castigado.

Al final, en 1948 alrededor de 160.000 árabes permanecieron en el territorio israelí - una quinta parte de la población árabe -. Durante décadas, este número ha aumentado hasta los cerca de 1,6 millones actuales. (Este mes, sus líderes decidieron no asistir al funeral de Shimon Peres, que trató de promover un compromiso basado en una solución de dos estados)

Si Blatman hubiera leído bien mis libros aprendería que ya el 24 de marzo de 1948, Israel Galili, el segundo de Ben Gurion en el futuro Ministerio de Defensa, y cabeza de la Haganá, ordenó a todas las brigadas de la Haganá que no desarraigaran a los árabes del territorio designado para el estado judío. Las cosas cambiaron a principios de abril debido a la condición inestable del Yishuv y a la inminente invasión árabe. Pero no existió una política global de expulsión. Hubo gente que fue expulsada, otra que no lo fue, y en su mayor parte los árabes simplemente huyeron ante la cercanía de los combates.

Es cierto que a mediados de 1948 el nuevo Estado de Israel adoptó una política de impedir el retorno de los refugiados, esos mismos refugiados que meses y semanas antes había tratado de destruir al estado naciente de Israel. Pero sigo considerando esta política lógica y justa.

No acepto la definición de "limpieza étnica" a lo que los judíos del pre-estado de Israel hicieron en 1948. (Si se tiene en cuenta a Lod y Ramle, tal vez podemos hablar de una limpieza étnica limitada y parcial) Y ciertamente, no existió una de las limpieza étnicas "más exitosas del siglo XX", tal como informa Blatman.

Al final, 160.000 árabes permanecieron en el territorio israelí, y no todos los que trataron de regresar desde los países árabes después de 1948 fueron rechazados, tal como afirma Blatman. Muchos fueron expulsados, y muchos regresaron, y de alguna manera, se les permitió permanecer y se convirtieron en ciudadanos del Estado judío.

Por cierto, los países árabes sí llevaron a cabo una auténtica limpieza étnica y expulsaron a todos los judíos, hasta el último, de cualquier territorio que capturaron en 1948, por ejemplo eso hicieron los jordanos en Gush Etzion y la Ciudad Vieja de Jerusalén, y los sirios en Masada, Shaar Hagolán y Mishmar Hayardén. Los judíos, por el contrario, dejaron que permanecieran los árabes en sus hogares de Haifa y Jaffa, y en los pueblos a lo largo de las grandes vías de comunicación del país - la carretera Jerusalén-Tel Aviv y la carretera Tel Aviv-Haifa -, un hecho que desde luego no cuadra con la afirmarción de una limpieza étnica "exitosa".

En cuanto a la preocupación actual por el sujeto, es absurdo, por decirlo suavemente, afirmar que el desarraigo de comunidades judías de Cisjordania es una "limpieza étnica", pero hay una lógica en la presencia de judíos en las zonas árabes, al igual que los árabes que viven en el Estado judío. En las circunstancias actuales, la empresa de los asentamientos en Judea y Samaria es un obstáculo para una posible paz entre nosotros y los palestinos. Siempre me he opuesto a esta empresa, debido a que una división en dos estados para dos pueblos es la solución justa y lógica.

Por desgracia, Benjamin Netanyahu tiene razón cuando dice que el principal obstáculo para la paz es la falta de voluntad de los árabes de ambos lados de la Línea Verde de firmar y respetar un compromiso sobre la base de dos estados para dos pueblos, además de su rechazo a la legitimidad de la empresa sionista y del Estado de Israel.

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