El optimismo tiene muchas formas - Daniel Gordis - JPost

Hace unas semanas, me encontré en la cena con un rabino americano de visita. Fue un par de días después de que los dos policías fronterizos israelíes hubieran sido asesinados a sangre fría en la Ciudad Vieja, y los detectores de metal acababan de ser instalados como respuesta. Esa noche, por lo menos, parecía que la decisión del gobierno de instalarlos había funcionado. Muchos de nosotros, erróneamente, soltamos un suspiro de alivio.

Aunque no era el caso del caballero sentado junto a mí en la cena. Nuestro visitante americano pensaba que los detectores de metales eran una mala idea, pero no por las razones que citaba la inteligencia israelí. "Los detectores de metal pueden salvar vidas israelíes", nos dijo, "pero no traerán la paz más cerca, eso es seguro".

Ah, el estribillo de la paz. Se ha convertido en algo aburrido, lo confieso, esta noción de que un Israel envuelto en un conflicto es un Israel que estos líderes judíos americanos no pueden abrazar. Obviamente, el actual conflicto de Israel con los palestinos es agobiante y doloroso para todos. Es, sin duda, corrosivo para el carácter moral de Israel y es probablemente una bomba de tiempo demográfica y diplomática. Y sin embargo, me preguntaba, ¿por qué el conflicto debe ser el objetivo principal a través del cual tantos de estos líderes judíos americanos que nos visitan ven al Estado judío?

Así que le dije: “Bueno, usted entiende que, si bien ambas partes pueden y deben hacer mejor las cosas con respecto a la otra parte, si un acuerdo de paz formal es todo lo que importa, usted y yo vamos a estar decepcionados. Ninguno de nosotros va a vivir para verlo".

Me miró, aturdido. "¿Cómo es posible que las personas que viven aquí se levanten por la mañana creyendo que no vivirán para ver la paz? ¿Y qué piensa usted entonces de lo que habrá aquí en 10 años o 20 años?".

En 10 años, le dije, no me sorprendería si las cosas se verán bastante como ahora. Los israelíes pueden elegir un gobierno aún más a la derecha, pero el compromiso internacional con una autonomía palestina de algún tipo no va a desaparecer. Sin embargo, incluso un gobierno radicalmente de izquierdas del Meretz, con una sólida coalición tras él, tampoco tendría ningún impacto significativo en la recalcitrante calle palestina. Independientemente de quién sea elegido aquí en Israel, nada va a cambiar el hecho de que, en general, los palestinos prefieren lanzar un conflicto contra Israel que sentar las bases para el estado que dicen buscar y querer. (Tenga en cuenta la respuesta a los detectores de metal) Es por eso que lo que vemos hoy es probable que esté muy cerca de lo que veremos en 10 años.

"Esa es la cosa más pesimista que he escuchado decir a alguien en años", me dijo.

Pero le dije que pensaba que era una opinión muy optimista. Y cuando se mostró aún más perplejo, se lo expliqué. Es optimista porque muchas de las razones más importantes para crear un Estado judío ya se han realizado.

Suponiendo que las cosas permanezcan más o menos igual, ¿qué vamos a tener?

Tendremos un mundo en el cual los judíos no vivirán sujetos a los caprichos de sus anfitriones. No más 1290, cuando Inglaterra decidió desalojar a todos sus judíos. No más 1492, cuando España decidió que los judíos podían salir del país, convertirse o ser perseguidos y quemados en la hoguera. No más 1930, cuando Berlín se convirtió de una tierra de oportunidades aparentemente ilimitadas para los judíos, al núcleo del plan para erradicar a nuestro pueblo. No más Francia de la antigüedad, donde si los judíos sentían que necesitaban irse, no tenían a dónde ir. Dentro de diez años, los judíos determinarán dónde viven los judíos. Y ya sólo por eso, Israel será un éxito.

Hace unos 150 años, todos aquellos que en el mundo hablaban un hebreo fluido podrían haber cabido cómodamente en uno de los hoteles más grandes de Jerusalén. Hace unos 150 años, prácticamente nadie fuera del mundo judío podría nombrar a un solo escritor judío. Hoy en día, sin embargo, los escritores israelíes - que reflejan un renacimiento del pensamiento, la creatividad y la escritura judía - ganan premios como el Man Booker y el Nobel. La gente del libro - y ahora también la gente de la pantalla - tiene el oído de las élites intelectuales de todo el mundo. La cultura judía florece en Israel de una manera que no sucede en ningún otro lugar. Incluso si el conflicto persiste, el Estado judío seguirá siendo el epicentro de un renacimiento cultural judío mundial.

En 10 años, los judíos seguirán reimaginando al "nuevo judío" tan central para el sionismo clásico. Los judíos,dentro de la vida israelí claro está, tienen muchas probabilidades de ser de color (etíopes, mizrahim) como son blancos (asquenazies). Nuevas sinagogas producirán la fusión de los ritos europeos y mizrahim, algo que ya sucede hoy. Los debates sobre los currículos de las escuelas públicas serán realmente cuestiones de identidad judía. ¿Cuánto se necesita saber para ser un participante significativo en una conversación judía? Sólo en Israel puede existir una conversación nacional.

Y dentro de 10 años, si nada ha cambiado, de vez en cuando nos veremos desgarrados por la visión de un soldado israelí en un juicio por el uso excesivo de la fuerza. Sin duda, estaremos en desacuerdo con el veredicto, pero seguiremos orgullosos de que ante el cinismo universal sobre prácticamente todo, seguimos creyendo que el "Código de Ética del IDF debería ser - y es - diferente del de otras fuerzas armadas".

¿Sería mejor la vida aquí si el conflicto pudiera resolverse? Por supuesto. Pero como eso no es probable que ocurra en nuestras vidas, vale la pena señalar - en particular ahora, después de Tisha Beav, que hemos entrado en las "Siete Semanas de Consolación" - que el Estado judío es un éxito mucho mayor que cualquier cosa que sus fundadores hubieran imaginado.

Incluso si nada cambia, esos fundadores se hubieron quedado atónitos, entre maravillados y orgullosos. Imaginen un mundo en el que los judíos pudieran sentir lo mismo.