Saturday, September 22, 2018

La izquierda de Israel como una amante abandonada - Martin Sherman - JNS



 La izquierda en Israel se comporta como una persona que no puede aceptar que el objeto de su amor haya elegido a otro en su lugar.
... el amor no correspondido no muere; solamente es derrotado y dirigido hacia un lugar secreto donde se esconde, acurrucado y herido... y se vuelve amargo y cruel... -  Elle Newmark,  The Book of Unholy Mischief
"... el amor es algo aterrador. Si no es correspondido, puede convertir a una persona en un monstruo" -  Michele Young-Stone,  The Handbook for Lightning Strike Survivors
Es, por supuesto, indiscutible que una buena parte de lo que se denomina como la "izquierda" israelí tiene reservas arraigadas en cuanto al concepto de un Estado-nación judío. De hecho, muchos incluso albergan una resistencia resuelta a la validez, legitimidad y/o deseabilidad de tal idea. En realidad, para todos los efectos, tal rechazo es el punto central de su credo político antisionista abiertamente declarado. En consecuencia, tienen poco deseo de ver que se desarrolle y prospere.

Sin embargo, eso no es necesariamente cierto para todo el espectro de la autoproclamada "izquierda" dentro de la política israelí. Creo que un número considerable de "izquierdistas" están imbuidos de lo que perciben como fuertes sentimientos sionistas, y realmente creen que su política de apaciguamiento político y retirada territorial es lo mejor para Israel, y ayudará a preservarlo como el Estado-nación del pueblo judío.

Sin embargo, lo que es particularmente desconcertante - y perturbador - es que a menudo hay muy poca diferencia entre la retórica peyorativa de algunos de los detractores más vehementes de Israel y la de la supuesta "izquierda sionista" en su censura a Israel - o al menos, de su gobierno elegido democráticamente y sus representantes legítimamente designados -.

Esto fue particularmente evidente en el reciente alboroto que estalló sobre la legislación del Proyecto de Ley del Estado-nación. Sorprendentemente, la semántica empleada para burlar y repudiar dicha ley por elementos abiertamente antisionistas, que rechazan a Israel como el Estado-nación del pueblo judío, fue indistinguible, en sustancia, alcance y estilo, de los supuestos sionistas de la izquierda, quien supuestamente lo apoya como tal.

Sin embargo, si bien era de esperar la vehemente condena de los primeros, es mucho más difícil de comprender (y aceptar) cuando proviene de los segundos. Después de todo, ellos son a fin de cuenta por su propia mano, o retórica, cómplices en socavar el edificio ideológico en el que dicen estar comprometidos.

Además, aunque los cáusticos gritos de crítica de la "Izquierda Sionista" alcanzaron un crescendo cacofónico  con el Proyecto del Estado-nación, ese no es el único tema sobre el cual las posiciones que articulan son sorprendentemente similares a las de los oponentes más virulentos del sionismo. ¡De hecho es lo contrario! Lo mismo es cierto en una variedad de otros temas, tales como la presencia de los judíos en partes de la antigua patria judía, los métodos empleados en los esfuerzos antiterroristas, las actitudes hacia el legado y la tradición judíos, por nombrar solo algunos.

Sin embargo, a pesar de todo, todavía tiendo a pensar - aunque con una dificultad creciente - que muchos de los que integran la "Izquierda Sionista" tienen una fuerte y sincera convicción de que su prescripción política maximizará los beneficios para Israel y contribuirá mejor a su desarrollo, seguridad y prosperidad, a pesar de la falta total de corroboración objetiva de tal creencia.

Entonces, ¿cómo es posible explicar el comportamiento perverso y paradójico de aquellos que profesan amor por el Estado judío mientras se alinean con sus enemigos más inicuos?

  • "... el amor no correspondido... se vuelve amargo y cruel..."

Una posible explicación la proporciona tal vez el trabajo de dos autoras contemporáneas estadounidenses, que abordan la cuestión del amor no correspondido y sus consecuencias. Así, en The Book of Unholy Mischief, Elle Newmark (1946-2011) advirtió: " ... el amor no correspondido no muere; solo es derrotado y llevado a un lugar secreto donde se esconde, encrespado y herido... y se vuelve amargo y cruel".

En una línea similar, Michele Young-Stone advirtió en The Handbook for Lightning Strike Survivors comentaba; "... el amor es algo aterrador. Si no es correspondido, puede convertir a una persona en un monstruo".

No es difícil diagnosticar los síntomas distintivos de estas tendencias perniciosas en la conducta de la "izquierda sionista" en los últimos años, recordando inquietantemente a alguien que no está dispuesto a aceptar el hecho de que su amante palestino ha elegido a otro en su lugar.

(Aclaración políticamente correcta: el uso del género masculino es simplemente por simplicidad estilística. Sabiendo muy bien que "el infierno no tiene tanta furia como una mujer despreciada", estoy seguro de que la analogía también es válida para el otro género).

Por lo tanto, a pesar de su amor por el objeto de su devoción, impulsado por el insulto y la angustia lo difama en público, calumniando su moralidad y hasta incluso se prepara para causarle daño físico. El protagonista de ese amor no correspondido no puede entender cómo prefería a alguien que, en su opinión, es menos digno, menos articulado y menos refinado que él. En su dolor, él se burla de su inteligencia y habilidad, a pesar de sus logros manifiestos.

Aunque su belleza no se desdibuja, de hecho muchos la consideran ahora más madura y atractiva que antes, cuando se burlaban de ella por ser fea y perder su atractivo. Por frustración, inventan mentiras sobre los defectos de su carácter y su conducta indecorosa; regularmente menospreciando sus logros mientras exagera sus fallas.

Todo esto recuerda fuertemente la forma en que la autodenominada "Izquierda Sionista" se conduce a sí misma con respecto a Israel. A pesar del impresionante récord de logros de Israel en prácticamente todos los ámbitos de la actividad humana, la izquierda persiste en degradar su valor. A pesar de las libertades individuales y el bienestar material que proporciona a sus ciudadanos, incluso aquellos con empatía para sus enemigos más acérrimos, la "izquierda sionista" a menudo respalda las mendaces acusaciones de quienes niegan el derecho de Israel a existir, validando acusaciones mendaces con sus propias afirmaciones falsas sobre un imaginario "incipiente fascismo" y manifestaciones ficticias de "racismo".

Sin embargo, exactamente como nuestro amante despechado no comprende que al ennegrecer el nombre de su amor perdido  se asegura virtualmente que nunca lo reconquistará, entonces la "Izquierda Sionista" no capta que su mancillamiento del nombre del estado judío hace que las posibilidades de reafirmar sus normas sean cada vez más remotas.

Pero lo mismo ocurre con los amantes abandonados, supongo.

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