Saturday, April 13, 2019

Al igual que Corbyn (y los antisemitas izquierdistas americanos), Lenin tenía su propio equipo de judíos antisionistas - Colin Shindler - TheJC



El grupo declaradamente pro Corbyn Jewish Voice for Labor (al igual que las versiones americanas de Jewish Voice for Peace y en cierta medida IfNotNow) tiene muchos antecedentes en la historia judía: representa, tal como hacen, a los pocos y no a los muchos, y son abrazados de manera entusiasta por una elite gobernante o ideológica.

Algunos se han opuesto ideológicamente al sionismo, como los bundistas y los haredim, otros han sido sionistas socialistas desilusionados. Algunos incluso han sido judíos accidentales, en el sentido de que su judeidad o judaísmo nunca estuvo en el centro de su identidad, mientras que otros están especializados, en palabras de Howard Jacobson, en ser miembros de la cofradía de los "judíos avergonzados (por los otros judíos, o sea, por la enorme mayoría)".

El historiador y biógrafo marxista de Trotsky, Isaac Deutscher, dio una charla en la Semana del Libro Judío en 1958 titulada "El judío no judío". Deutscher argumentó que los revolucionarios judíos simbolizaban a "los ideales más altos de la humanidad", tal como existían en los márgenes de las diferentes civilizaciones, religiones y culturas. Desde posiciones tan ventajosas, el Sr. Deutscher creía que los "judíos no judíos" podían ver el futuro y la verdad con absoluta claridad, modelar científicamente el futuro y, por lo tanto, guiar a los desposeídos y desfavorecidos.

El episodio seminal que dio forma a tales judíos fue la toma del poder por parte de los bolcheviques en 1917. Cabe destacar que la Declaración Balfour y la revolución de octubre sucedieron a unos días entre sí. Ambos eventos resonaron dentro de la tradición judía. Uno para restablecer una comunidad judía después de dos milenios, el otro supuestamente para romper las cadenas de la esclavitud y reparar el mundo.

El camino a seguir planteaba un tremendo dilema para los muchos judíos que se regocijaron con el derrocamiento del zar antisemita.

Cuando los bolcheviques pasaron a ser vistos como un poder permanente, muchos sionistas recurrieron al comunismo. ¿Por qué construir Sión en Palestina cuando se estaba produciendo aquí y ahora la redención en Moscú?

Vladimir Lenin, un noble ruso de menor entidad, tenía poca comprensión de las masas judías trabajadoras. Nunca consideró al sionismo marxista de Ber Borokhov, sino que predicó la asimilación porque estaba rodeado de judíos cuyo judaísmo se definía "por huir del judaísmo y de la judeidad".

Los escalones superiores del partido comunista estaban compuestos por judíos altamente asimilados (Trotsky, Zinoviev, Kamenev, Sverdlov, Radek), mientras que las masas judías se dirigieron hacia los mencheviques socialistas.

Sin embargo, había que pagar un precio por tal cambio. Mientras Theodor Herzl quería que el judío se convirtiera en un tipo diferente de judío, Lenin quería que el judío se convirtiera en un tipo diferente de no judío.

En enero de 1918, Semyon Diamanshtein, el Comisario de Asuntos Judíos y un graduado de Telz, Slobodka y Lubavitch Yeshivot, estableció la Yevsektsia, la sección judía del partido comunista. Deseaba desentrañar la trama de la vida judía convencional y "llevar a cabo la dictadura del proletariado en la calle judía".

Sin embargo, las elecciones para la Asamblea Constituyente en noviembre de 1917 otorgaron en la votación para sus secciones judías el 88% para los sionistas y los religiosos.

Pero los bolcheviques abolieron la Asamblea Constituyente y, para 1919, los yevsektsias habían usado su influencia y autoridad para cerrar oficinas y publicaciones sionistas. En abril de 1920, una conferencia sionista fue detenida por la Cheka (la precursora de la KGB) y sus participantes encarcelados temporalmente.

La Yevsektsia luego dirigió su atención hacia el cierre de las escuelas hebreas y la prohibición de una floreciente literatura hebrea. El yidish, según se proclamó, era el idioma de la clase obrera judía y el hebreo el idioma de los clérigos y la burguesía.

Mientras que la Yevsektsia pintaba al sionismo con una apariencia anticomunista, las autoridades soviéticas no estaban tan seguras. El Comité Ejecutivo Central de los Soviets de toda Rusia, emitió un decreto en julio de 1919 que establecía que la organización sionista no era contrarrevolucionaria y que sus actividades no deberían interrumpirse. Pero los yevsektsia no estaban interesados en respetar ese decreto.

Hubo varios ejemplos de importantes figuras soviéticas que se mostraron perplejas ante la virulencia demostrada por los yevsektsias. Esto incluyó a Félix Dzerzhinsky, el jefe de la Cheka, quien cuestionó la opinión de sus subordinados de que las organizaciones sionistas realmente desafiaban el control del Kremlin.

Doce de los principales escritores y poetas hebreos, incluidos Chaim Nachman Bialik y Shaul Tchernikovsky, eligieron la emigración a Palestina. El Comisario de Educación y Cultura, Anatoly Lunacharsky, aceptó hablar en el banquete de despedida de Bialik en Moscú, pero se opuso a la Yevsektsia. El banquete fue cancelado por temor a que la Yevsektsiya tuviera éxito en la revocación de la visa del Sr. Bialik.

Los yevsektsias también intentaron usar su influencia para cortar los fondos estatales al grupo teatral hebreo, Habimah. Sólo la intervención del escritor Maxim Gorky impidió su liquidación.

Cuando los yevsektsia se atrincheraron, se volvieron con entusiasmo contra sus antiguos compañeros. En septiembre de 1924 tuvo lugar el arresto y el exilio de 3.000 sionistas, la mayoría de los perecieron en el Gulag. Unos pocos lograron sobrevivir hasta que surgió un movimiento de emigración masiva de los judíos soviéticos después de 1967.

Pero la revolución también devoró a sus hijos judíos. El 20 de agosto de 1938, Stalin firmó la sentencia de muerte de Diamanshtein y, una década más tarde, en una serie de juicios espectáculos, encontraron a los antiguos y leales comunistas judíos culpables de "sionismo", y también tuvieron su final en una lista de ejecución.

Durante los últimos 100 años, el epíteto 'yevsektsia' se ha convertido en una etiqueta despectiva para los grupos judíos periféricos ubicados en la extrema izquierda. Siempre minúsculos, pero políticamente útiles, son un producto continuo de la historia y la identidad. La mayoría de los judíos conservan sus ideales, pero han templado sus sueños con lecciones aprendidas del pasado. Lo que cuenta es la venida del mesías, no su llegada real.

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