Friday, September 06, 2013

Redescubriendo al verdadero Bar Kokhba - Eli Kavon - JPost



Yigael Yadin, el destacado arqueólogo y estadista israelí, hizo un extraordinario descubrimiento en el desierto de Judea, cerca de Ein Gedi, en 1961. Yadin y su equipo de excavación encontraron unas cartas en una grieta del cañón firmadas por Simon Bar Kosiba.

Las cartas confirman que Bar Kosiba era el líder de un Estado judío independiente que se rebeló contra el Imperio Romano durante tres años años, del 132 a 135 d. C.

El descubrimiento de Yadin derramaba luz sobre la historia de la rebelión encabezada por Bar Kosiba, proporcionando además una información que faltaba sobre la insurrección dirigida por el hombre que es más conocido hoy en día como "Bar Kokhba”.

En la festividad de Lag Ba’omer, los judíos en Israel tienen la costumbre de construir hogueras y conducir durante unos días al campo a los estudiantes para que conozcan y celebren la revuelta contra Roma y las hazañas de Bar Kokhba.

Bar Kokhba es especialmente importante en el Israel de hoy porque fue el último líder de un Estado judío soberano en Israel antes del surgimiento del sionismo en la época moderna.

Conocemos poco de los orígenes de la rebelión liderada por Simón Kosiba. Esto supone un gran pérdida para los historiadores actuales - no hubo ningún cronista de la talla de Josefo para describir la segunda gran rebelión contra Roma -. Conocemos mucho de la Gran Rebelión del 66 al 70 d. C, porque el historiador judío Josefo escribió su relato siendo testigo de los hechos acontecidos en “Las Guerras de los Judíos”.

Desgraciadamente, Josefo estaba muerto en el momento de la segunda rebelión encabezada por Bar Kosiba. El antiguo historiador romano Dio Cassius, una de las pocas fuentes que tenemos de esta segunda rebelión, afirma que la revuelta judía contra Roma fue encendida por el plan provocativo del emperador romano Adriano, quién pretendió levantar un templo a Júpiter en el Monte del Templo de Jerusalén, y convertir de paso la antigua capital judía en una colonia romana.

Según otras fuentes antiguas, el plan de Adriano también comprendía prohibir la circuncisión - una prohibición general de toda forma de automutilación, tal era la percepción del emperador - fue la causa de la revuelta. Las fuerzas judías combatieron contra el poder del Imperio Romano durante tres años. La revuelta no fue una escaramuza menor. Adriano convocó a las legiones de Bretaña para aplastarla. Los arqueólogos han descubierto monedas acuñadas durante la rebelión que nos indican el control judío de la ciudad santa de Jerusalén durante el tiempo de la guerra. Las cartas encontradas por Yadin hace más de 50 años refuerzan la imagen de un Bar Kokhba como un líder militar capaz, que exigía la máxima obediencia de sus tropas. Pero una carta en particular, es interesante por el conocimiento que proporciona de la vida de Bar Kokhba como un judío religioso.

Bar Kokhba escribía a un tal "Yehuda bar Menashe". El jefe militar había enviado dos asnos para Yehonatán bar Be'ayan y a Masabala a fin de que empacaran y enviaran en ellos a su campamento "ramas de palma y limones".

Bar Kokhba quería que Yehudah enviara otros animales que trajeran "mirtos y sauces". Sus últimas palabras son una orden de que paguen el "diezmo y lo envíen a su campamento... Sería lo correcto".

Bar Kokhba estaba requiriendo las cuatro especies que forman parte de las fiestas de Succot. El jefe militar no era sólo un líder militar, sino un judío con gran fe. Tomó un descanso en su importante labor de planificación estratégica y política para poder celebrar la fiesta de peregrinación judía en su fortaleza de Betar. Bar Kokhba no fue solamente un precursor de Moshe Dayan y Ariel Sharon - a pesar de que no comparta el heroísmo de ellos -. Bar Kokhba, de hecho, era mucho más que un "sionista religioso", si es que realmente podríamos llamarlo "sionista".

El sionismo es un movimiento moderno, pero sus raíces en la historia judía y en la Biblia hebrea son profundas. Bar Kokhba es un presagio del fenómeno moderno del sionismo religioso, especialmente tal como fue expresado por el genio del movimiento, Abraham Isaac Kook.

Este aspecto de la carrera de Bar Kohba ha sido ignorada por los sionistas. El énfasis sionista secular se ha centrado únicamente en las hazañas militares de Bar Kokhba. Un ejemplo de ello es la carta de junio de 1903 enviada al Bar Kokhba Club de Gimnasia de Berlín por el gran teórico y fundador sionista Max Nordau. Nordau aplaudía a los jóvenes judíos del club por su capacidad atlética. Ellos ya no eran esos judíos mansos en "la oscuridad de sus casas sin sol" (guetto), que leían los tratados talmúdicos de la mañana a la noche. Estos jóvenes vuelven "su rostro a un pasado glorioso" en el que Bar Kokhba fue un héroe que se negó a reconocer la derrota.

Nordau acuñó el término "muskeljuden" - "judíos fornidos" - para alabar el énfasis en su fuerza física y en su orgullo de ser capaz de defenderse a si mismos. Sin duda Nordau tenía razón, pero su visión no era totalmente exacta.

Bar Kokhba no solamente puede permanecer como un líder militar que fue un precursor del sionismo político. Bar Kokhba fue un judío que estuvo apegado a las creencias y rituales judíos, rogando al Dios de Israel, y luchando para detener la profanación romana de la ciudad más sagrada de Israel.

La secularización de la vida y de las hazañas de Bar Kokhba quizás hiciera necesario hace un siglo para un movimiento sionista que tenía que subrayar la importancia del heroísmo militar y la soberanía política en la Tierra de Israel. Pero ahora, 65 años después de que los judíos crearan increíblemente un Estado judío, podemos empezar a mirar más allá de la ideología sionista para buscar el verdadero Bar Kokhba.

Bar Kosiba no trabajó en un kibbutz de los Hashomer Hatzair (organización política sionista de extrema izquierda). Tampoco fue un militante clandestino del Irgun. Ni siquiera fue un estudiante de la Yeshivat Merkaz HaRav. Y finalmente tampoco fue uno más de esos mesías fallidos condenados a menudo en la literatura rabínica por traicionar "la verdadera Torah”.

La vida de Bar Kokhba nos debe inspirar, pero a la vez su fallida rebelión debe ser una advertencia de que el activismo mesiánico a menudo puede ser un fenómeno muy peligroso.

Vayamos más allá de nuestras visiones y concepciones ideológicas de Bar Kokhba y descubramos en él al judío heroico y piadoso que realmente fue, dejando atrás las apariencias de nuestras ideas preconcebidas y nuestros conceptos erróneos.

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