Wednesday, June 17, 2020

¿Anexión de territorio? "Regreso" es más preciso - Jerold Auerbach - JNS



El NYTimes recientemente dedicó una página completa a una decisión de la Autoridad Palestina de romper las relaciones con Israel. Representaba un intento "desesperado" de "disuadir a Israel de anexionarse el territorio ocupado", también conocido, pero no reconocido, como la patria bíblica del pueblo judío.

Para los palestinos, escribió el jefe de la oficina del NYTimes en Jerusalem, David M. Halbfinger, "la anexión viola la prohibición de la apropiación unilateral de tierras acordada en los Acuerdos de Oslo en la década de 1990". Tampoco estaba solo el NYTimes. Un coro de críticos, incluida la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, el ex vicepresidente y candidato presidencial demócrata de 2020 Joe Biden, y los ministros de Asuntos Exteriores egipcio y ruso denunciaron el plan israelí de "anexionar tierras palestinas".

El Times of Israel también se desbordó en críticas. El corresponsal Judah Ari Gross advirtió siniestramente que la anexión podría conducir a un colapso en las relaciones con Jordania y los estados del Golfo Pérsico, mientras podría provocar ataques contra Israel por parte de Hezbollah y Hamas. Los comandantes (guardianes) por la seguridad israelí describieron el plan de soberanía del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu como "una amenaza para la naturaleza de Israel como país judío y democrático".

Para mantener un "cierto equilibrio", el Times of Israel incluso habló con el "colono radical" Ira Rappaport, anteriormente miembro de "una infame célula terrorista judía clandestina", quién advirtió que Netanyahu estaba "cortando la Tierra de Israel de los judíos" al limitar el alcance de su plan de anexión.

Curiosamente, el Times of Israel también publicó un mensaje especial para los "miembros de la comunidad y lectores de la edición diaria". Para el periódico no estaba claro por qué, "después de 14 años de expandir silenciosamente la presencia de Israel en Cisjordania", Netanyahu se "empeñaba ahora en llevar a cabo la anexión". Los riesgos eran grandes, advertían, incluida una violencia intensificada, poniendo en peligro el tratado de paz de Israel con Jordania y provocando a "gran parte de la comunidad internacional".

La anexión unilateral "invitaba a las acusaciones de que Israel estaría torpedeando las perspectivas de un acuerdo negociado", lo que socavaba su "presencia hasta entonces tolerada en silencio en cualquier lugar y en todas partes de los territorios en disputa".

Netanyahu, consciente del riesgo de alienarse a los aliados, se ha retirado (por ahora) para concentrarse en retener tres bloques con la mayor población de colonos: Gush Etzion, justo al sur de Jerusalén (24,000 habitantes); Ma'ale Adumim, entre Jerusalén y Jericó (40,000); y Ariel, a 25 millas al este de Tel Aviv (20,000). Es inconcebible que Israel abandone cualquiera de estas comunidades muy establecidas y prósperas, con yeshivás, universidades, hospitales, centros comerciales y apartamentos de gran altura, bajo ninguna circunstancia. Del mismo modo para Kiryat Arba, que está adyacente a Hebrón, lugar de entierro de los patriarcas y matriarcas judíos donde gobernó el rey David antes de trasladar su trono a Jerusalén.

Los Times, ya sean de Nueva York o de Israel, ignoran notablemente, e ignoran a sabiendas, el derecho internacional, con su legitimación inequívoca de la soberanía judía al oeste del río Jordán. Comenzó con la Declaración Balfour (1917) declarando: "La opinión del Gobierno de Su Majestad a favor del establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío, ... se entiende claramente que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina… ”. Sin embargo, los derechos nacionales para estas comunidades fueron omitidos deliberadamente.

Cinco años después, el Mandato de la Liga de las Naciones para Palestina reconoció inequívocamente que la Declaración Balfour reconocía "la conexión histórica del pueblo judío con Palestina y ... los motivos para reconstituir su hogar nacional en ese país". El Mandato garantizaba "un asentamiento cercano por parte de los judíos" en la tierra al este y oeste del río Jordán. Pero el secretario colonial Winston Churchill eliminó la tierra al este del río para que se convirtiera en el Reino de Jordania, gobernado por el Emir Abdullah. No se mencionaba en ningún caso a los "palestinos", los árabes que aún no habían surgido con una identidad nacional distintiva.

En 1948, en medio de los esfuerzos árabes para aniquilar al incipiente Estado judío, la bíblica Judea y Samaria quedaron bajo el control jordano. Ningún judío, o de hecho palestino, vivía en lo que se conoció como la "Cisjordania" de Jordania. Había árabes jordanos y refugiados árabes. Solo cuando los judíos israelíes, identificados como "colonos", comenzaron a regresar a su patria bíblica después de la Guerra de los Seis Días, surgió una identidad nacional "palestina". Luego, las organizaciones y los medios internacionales, ajenos a la historia judía y al derecho internacional, comenzaron a reprender al Estado judío por privar a los palestinos de "su tierra natal".

En el debate actualmente furioso sobre la "anexión israelí", los Times de Nueva York e Israel ignoran un siglo de derecho internacional. Nunca rescindido, protege el derecho de los judíos a habitar la Tierra de Israel al oeste del río Jordán. Ambos diarios tampoco parecen darse cuenta de que el Reino de Jordania comprende dos tercios de Palestina, que Churchill le regaló a Abdullah hace un siglo. Y que, según el censo más reciente, más de la mitad de la población jordana es de origen palestino. Por lo tanto, la ubicación de un estado palestino se sitúa más bien al este, no en el oeste, del río Jordán.

Es probable que Israel siga afrontando un desafío imponente, confrontando tanto la oposición externa como la interna, para justificar su "anexión" de Judea y Samaria, aunque el término "regreso" sea más preciso. Extender la soberanía israelí sobre los asentamientos no supone una anexión de tierra "palestina". Es, por historia y según el derecho internacional, territorio judío. Y dado que los palestinos comprenden al menos la mitad de la población de Jordania, y por lo tanto viven en dos tercios de la "Palestina" tal como se demarcó por el derecho internacional hace un siglo y nunca se rescindió, es difícil imaginarlos como una población "sin hogar".

Y uno entonces podría preguntarse, ¿cómo puede ser que Israel se "anexione" precisamente la tierra que es su patria bíblica e histórica?

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