Sunday, January 15, 2006

Centro del Universo - David Kimche

Centro del Universo - David Kimche - Jerusalem Post

Un aspecto asombroso de la hospitalización de nuestro primer ministro ha sido la atención que ha evocado en todo el mundo. Los informes médicos son diseccionados en los canales de televisión principales; su condición médica encabeza las primeras páginas no sólo en los EE.UU y Europa, sino hasta en China, Japón e India.

Aúnque Israel sea una mota comparativamente diminuta de la tierra. Nuestra población es pequeña, y apenas tenemos materias primas. Somos sólo un poco más grandes que Qatar, que tiene las segundas reservas de gas más grandes del mundo. Somos aproximadamente del mismo tamaño de población que Dinamarca, pero esta es un jugador influyente en la Unión Europea, mientras que Israel es el único país del mundo no afiliado a cualquier bloque de países. Guinea ecuatorial puede señalar orgullosamente su ingreso en un bloque regional. Nosotros no podemos.

¿Entonces, por qué todo este interés? ¿Por qué Israel tiene permanentemente más corresponsales extranjeros en su suelo que cualquier otro país a excepción de las grandes potencias? ¿Es ello debido a nuestro conflicto con los palestinos? El embrollo de Cachemira entre India y Paquistán no es menos letal, pero en cambio posee mucha menor cobertura.

Para una respuesta parcial tenemos que ir a hasta el más improbable de los sitios, la Universidad de Pekín. Allí, una "facultad para la paz, la seguridad y el desarrollo internacional" arrancó recientemente en su escuela de estudios internacionales. La conferencia que la abrío fue dada no por un profesor chino, sino por Giancarlo Elia Valori, un prominente académico italiano y personalidad notable. Él es el presidente de Lazio Confindustria, la cámara de industrias de la región de Roma.

Valori es una figura influyente en la escena italiana, un fabricante de opinión importante y con conexiones cercanas a los ministros del gobierno y a la élite comercial de Italia.

Europa como la conocemos, declaró Valori en su conferencia, es un producto de la interacción entre el catolicismo, su espíritu, la reforma y hebraismo. Si usted quita la tradición judía y la identidad de la ecuación, "Europa fallecería como un modelo geo-cultural y por lo tanto como una unitaria identidad geopolítica."

Es por eso que, para Valori, "la defensa de sionismo y del mundo judío coincide con la defensa de nuestra identidad occidental."

Hay otro lado en esta moneda europea. Europa tiene mala conciencia respecto al pueblo judío. Esa conciencia puede ser limpiada (liberada) si el estado judío es encontrado inmoral y culpable por la persecución de otra pueblo.

Israel, por lo tanto, esta sujeto a un mucho mayor escrutinio que otros países. Según Valori eso quiere decir "crear otra vez la imagen del cabeza de turco que carga con todas las faltas y limpia así todas las conciencias culpables."

He aquí, entonces, la fórmula que marca una vía de explicación del interés excesivo de muchos países por Israel: el papel de los judíos en la identidad europea, la culpabilidad de la Europa contemporánea por el Holocausto y su necesidad de prescindir de esta culpa mostrando que los judíos son tan inmorales como lo fueron los propios europeos.

Más allá de todo esto, esta es la tierra de la Biblia, reclamada y dirimida por dos pueblos. Qué gran espectáculo para los medios. El drama sigue al drama en esta épica tierra nuestra. No es sorprendente pues que los periodistas quierán ser destinados aquí.

Hay aún una razón adicional del gran interés que el mundo tiene en la salud de Ariel Sharon: vivimos en un mundo global. Estos ya no son los días cuando los líderes del mundo podrían decir "que una plaga inunde ambas casas" y alejarse por tanto del conflicto israelí palestina.

El conflicto de Cachemira ha avanzado dramáticamente hacia una solución en el año pasado en gran parte debido a la presión exterior. Lo mismo puede ser dicho sobre los Balcanes.

Nuestro problema es visto como particularmente importante porque - correctamente o incorrectamente - es percibido como responsable de poder tener repercusiones más allá de la Tierra Santa. Lo que ocurra aquí es contemplado - a veces injustamente, a veces hasta con malevolencia - como capaz de afectar las relaciones entre el occidente y el islam; de estimular el antisemitismo europeo; y hasta de ser culpabilizado del terrorismo mundial.

Claramente, el conflicto de Israel-Palestina es visto como la disputa local más insuperable del mundo, y el mundo muestra una impaciencia y una resolución creciente por encontrar una solución para él.

El alto grado de interés mostrado por la condición de Sharon es una expresión de aquella impaciencia así como de aquella resolución. Él se convirió, en las mentes de muchas personas, en la "gran esperanza blanca" para traer la paz a nuestra tierra; un líder que podría conducir a los hijos de Israel del páramo salvaje - de los territorios ocupados - hacia la Tierra Prometida del Israel necesario y apropiado.
De ahí el gran interés y preocupación. Ariel Sharon, la persona, ha desatado la imaginación como un gran líder en un mundo donde los grandes líderes son difíciles de encontrar. Pero ese interés primario por Sharon lo contempla como un instrumento para traer la paz.

Y esta es también la actitud de la mayor parte de los israelíes.

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