Wednesday, April 19, 2006

Respuesta limitada en Israel y más de lo mismo en la Europa 'políticamente correcta'.










Funeral por Rachel Cohen, Jerusalem.

Respuesta más o menos razonable al atentado de Tel-Aviv en la prensa española, excepto en el auto pretendido diario de referencia e "independiente" de la mañana, El País.
Para que la cosa no alcance niveles de critica inadmisibles sobre los palestinos, este diario, junto a la foto reproducida en casi toda la prensa de los estragos del atentando con un anciano caído en el suelo en primer plano, adjunta otra foto para 'matizar' los hechos. La de un joven palestino muerto tras una represalia israelí.
Aun más políticamente correcto es el editorial de El País, donde se reseña que este atentado ha venido precedido por la muerte de 18 palestinos, entre ellos varios niños, en los días previos. Pero sí a los muertos israelíes no se les priva de su condición de civiles a los palestinos en cambio se les retira, muy injustamente, su condición de militantes y mártires de la causa palestina al igual que las circunstancias de su muerte, yendo o viniendo de practicar esa especialidad olímpica palestina del tiro con Kassam. Será para que los lectores no se pierdan en los hechos subalternos y privilegien la visión correcta del conflicto.

No es sorprendente toda esta deriva, no hace mucho los mayores apologistas de Arafat silenciaban o negaban como propaganda israelí las noticias sobre la enorme corrupción existente dentro de su administración. Sin embargo tras la muerte del padre de la patria palestina y la victoria de Hamas, todos ellos se abalanzaron a celebrarla (sin duda, un justo castigo a los israelíes por no haber colaborado lo suficiente con Arafat) reivindicando y reconociendo como la causa principal de dicho triunfo la enorme corrupción que regía la ANP. Claro que todo ello tras la muerte del antiguo y añorado patrón y relegando y difuminando las responsabilidades en la propia administración y en sus lugartenientes, ocultando el papel determinante y monopolizador de Arafat en su actividad diaria y en la utilización de sus fondos.

Así que prepárense para las nuevas añoranzas por la ausencia del patrón. Algunos hasta se atreverán a formular que esto no hubiera pasado con el "rais", único dique ante los islamistas y "único valedor de la verdadera paz, la paz de los valientes".

Pero todo ello durara poco, porque las lamentaciones pasarán rápidamente y la defensa cerrada de dar una oportunidad a un Hamas democráticamente elegido será la nueva política del 'buenismo' inasequible al desaliento sobre la bondad de su causa, que en definitiva es dar aval y constante satisfacción a la histórica estupidez de los dirigentes palestinos.

Así que sí ustedes llegan a preguntar a esa corriente de opinión europea y occidental cuantas oportunidades serían necesarias conceder a Hamas, su respuesta será, "las que sean necesarias".

Pero mejor que yo lo cuenta hoy Florentino Portero, por eso le cedo la palabra:

"Como era de esperar, el presidente Mahmoud Abbas, máximo dirigente de Fatah, ha condenado el acto. Como era de temer, los dirigentes de Hamás han calificado el acto de respuesta legítima a la agresión israelí.
No hay voluntad de cambio, sino firmeza en sus posiciones tradicionales. Son fundamentalistas y están sinceramente imbuidos de una ideología radical que les lleva a asumir riesgos que para los aburguesados europeos resultan difíciles de creer.
En esta orilla del Mediterráneo damos por sentado que se avendrán a razones porque en el fondo pensamos que ellos son como nosotros. Pero no es así. Nunca lo han sido. A lo largo de la historia encontramos innumerables casos de fanatismo, con consecuencias a menudo desastrosas.
Más aún, ellos están convencidos de que nuestra decadente conciencia nos llevará a rectificar y a ceder ante sus demandas humanitarias. Ahora nos mantenemos firmes, pero cuando las imágenes de desorden y miseria lleguen a nuestros hogares no seremos capaces de mantener la misma posición. No son los únicos que piensan así. Tanto en Estados Unidos como en Israel se desconfía de la cohesión europea, más aún cuando determinados gobiernos, como el español, trabajan en favor del entendimiento con los islamistas.
No podremos decir que nos han engañado. Los dirigentes de Hamás han repetido a menudo que rechazan la existencia del Estado de Israel, que no piensan negociar la paz y que el terrorismo es legítimo. Tampoco han negado el formar parte de una corriente islámica que está en contra del entendimiento con Occidente, que exige nuestro respeto a sus creencias a cambio de que nosotros renunciemos a nuestros valores constitucionales. No tenemos más opción que decir no, en Ramala, en París o en Madrid."

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