Thursday, June 29, 2006

El camino unilateral - Yoel Marcus - Haaretz

Una visión positiva del camino emprendido por Ehud Olmert:

En sus viajes por América y Europa, Ehud Olmert fue acogido con respeto y mucha compasión. Ellos le aplaudieron y le dieron palmaditas en el hombro, pero detrás de esos gestos de respeto y estímulo, escondieron un desacuerdo con los pasos unilaterales encarados por Israel, que lindaba con un veto a dicho plan. No a una iniciativa unilateral, dijeron, si, en cambio, a un acuerdo por medio del diálogo y las negociaciones.

Pero con Hamas en el gobierno palestino y las organizaciones terroristas bombardeando, generando enfrentamientos, disparos, matanzas y secuestros, no existe ningún compañero para el diálogo.
Israel evacuó la Franja de Gaza hasta el último milímetro de las líneas 1967. ¿No fue esta una señal suficiente para los palestinos de que tras ello hay algo de que hablar? Después de la emboscada realizada por el Hamas y el secuestro del soldado Gilad Shalit, Olmert me comento que el momento decisivo del presidente palestino, Mahmoud Abbas (Abu Mazen), ha llegado y ahora es el momento de verificar sí aquí puede existir un movimiento hacia el diálogo.

Al contrario del consejo de sus anfitriones en el exterior, Olmert acentuó que la convergencia es su única opción. Él se atiene a ella, y la pondrá en práctica. Desde el establecimiento del estado hasta este día, la mayor parte de las decisiones y movimientos importantes de los gobiernos de Israel han sido tomados unilateralmente, sin escuchar al consejo de los líderes mundiales.

David Ben-Gurion decidió el establecimiento del estado el 14 de mayo rechazando las demandas y presiones del Ministerio de Asuntos Exteriores "para posponer la fecha." Desde entonces hasta la decisión del primer ministro Ariel Sharon de "acabar con el sueño del Gran Israel," la mayor parte de las decisiones importantes de Israel han sido unilaterales, a veces frente a una oposición política interna y sobre las objeciones internacionales.

La liberación de Jerusalén y la ocupación de los Altos del Golán en 1967 iban contra la opinión pública internacional. La Guerra de Seis Días fue realizada a pesar del ultimátum de Charles de Gaulle: "no hagan el primer disparo." Posteriormente, nos castigaría con un embargo de armas y la inversión de su política, favorable a Israel, por otra favorable esta vez a los Árabes. No podía perdonarnos él haber ganado.

La Campaña de Sinaí de 1956, que iba dirigida a acabar con los ataques terroristas sobre Gaza bajo dirección egipcia, fue realizada con la oposición y las amenazas de EEUU y la Unión Soviética. A los pocos meses nos obligaron a retirarnos de todo el Sinaí, pero conseguimos 10 años de tranquilidad.

Construimos nuestra fuerza nuclear sin el acuerdo de los EEUU, y el ataque al reactor nuclear iraquí fue realizado basándonos únicamente en nuestro propio juicio. Los EEUU no estaban al tanto cuando Moshe Dayan y Menachem Begin preparaban secretamente la visita histórica del presidente egipcio Anwar Sadat a Jerusalén - la administración americana, que estaba preparando la convocatoria de una cumbre internacional, se entero de dicha visita por el noticiario de Walter Cronkite. La administración americana, que había estado asegurando que Israel no reconocería a la OLP y a Yasser Arafat, no sabía como se cocinaba el acuerdo de Oslo.

Y para terminar esta el movimiento histórico de Sharon de aplazar el sueño del Gran Israel – unilateralmente y ello sin conocimiento previo de EEUU, de su partido y de su gobierno.

Pero la mayor parte de la gente aceptó la retirada unilateral con un suspiro de alivio. Por fin una chispa de esperanza. Nos marchamos unilateralmente. Si ellos quieren, ellos comenzarán a negociar con nosotros; y sí no quieren, permanecerán en la pobreza y el sufrimiento que trajeron y traerán sobre ellos.
La convergencia no es para los palestinos, sino para nosotros. Más esta usted separado, menos puntos de fricción habrá con los palestinos. Los países occidentales temen que de esta manera establezcamos nuestras fronteras permanentes. Pero no es así. La intención es converger en fronteras temporales convenientes, hasta que los palestinos recobren el juicio.
Cuando el rabino Ovadia Yosef preguntaba que conseguíamos a cambio de la retirada, demostraba, quizás, ser un gran erudito de la Torah, pero no tener una visión política. Son los palestinos los que deberían tener miedo de la continuación del terrorismo, del no reconocimiento de Israel, de plantear condiciones irrazonables para el diálogo, y con ello, pierden todas sus cartas a la hora de las negociaciones.
Israel no puede estar en una situación en la cual cada terrorista le dicté su orden del día. El lema que surge de las palabras de Olmert es simple y lógico: sí no nos ocupamos de nosotros mismos quién lo hará por nosotros.

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