Wednesday, October 25, 2006

La habitación de Rodinsky - Es tiempo de partir de Sylvain Marcelli























Yo he visto una placa en un barrio gris de Cracovia. Una placa discreta, había que inclinarse para descifrar su contenido. Una placa sobre la cual se podía leer que allí estuvo el guetto judío de la ciudad. Podíamos pasar sin verla, de hecho, centenares de personas debieron pasar sin reparar en ella. Al día siguiente, me dirigí a Auschwitz, Oswiecim en polaco. El lugar se parece a las fotos que ustedes conocen. Vías férreas. El pórtico. El trabajo nos hace libres. Montañas de zapatos, montañas de cabellos humanos, montañas de maletas. Eso es lo que queda de ellos. De toda esa gente. Algo que nos habla. Después, ya no habrá nada para contar.

Centenares de personas vienen a Auschwitz para reencontrar el rastro de un abuelo, de un padre, de un hermano, de una madre, de un familiar, y ellos sólo tienen un nombre, una foto. Vienen para buscar un rastro. Frente a ellos, montañas de zapatos, de cabellos, de maletas. Y aquellos a quién buscan están allí.

Cuando volví a Cracovia sentía un vacío horrible, después de Auschwitz todo estaba frío, helado. Pienso en toda esa gente que desapareció, de los que ya no hay ningún rastro. Ellos desaparecieron. Su vida no existe más para nadie.

Ahora veo una habitación. Una pequeña buhardilla. El hombre que la ocupó dejó los trajes en el armario, el pijama sobre la cama, las cacerolas sobre la cocina. Una taza de té le espera. Hay libretas de apuntes cubiertas de palabras, papeles dispersados sobre la mesa, libros por todas partes, periódicos también. Viejas guías de viaje, paquetes de cigarrillos, cajas de cerveza. Y luego el hueco en la almohada, allí donde descansó la cabeza. Y todavía el calendario con el Ángelus de Millet puesto sobre la chimenea. Todo está allí, como si se acabara de cerrar la puerta, pero todo esta inmóvil, cubierto de polvo y de telarañas.

Ubicada en el 19 de Princelet Street, en una antigua sinagoga londinense, esta habitación ha sido descubierta en 1979. El hombre que vivía allí se llamaba David Rodinsky; había desaparecido desde hacía diez años. Nadie se había inquietado por su suerte.

Es empujando esa puerta de la buhardilla, un poco por casualidad, como sabemos que alguien había vivido allí. Esa habitación, vacía durante tanto tiempo, se llenó entonces de curiosos. Los visitantes se suceden, la prensa acude en masa, las leyendas nacen. Sobre Rodinsky no sabemos nada, salvo que es judío, desde entonces podemos imaginarnos todo sobre él. Ese ser en negativo se vuelve sobreexpuesto. El diario Guardian publica un artículo titulado: « El hombre que se hizo una habitación. » Esta firmado por el escritor Ian Sinclair. « Un día, un hombre que vivía sólo en un edificio muerto, en una parte olvidada de la ciudad, salió, desapareció. Pero no era una verdadera desaparición, porque nadie la percibió. Era un juego de manos sin espectadores. Una desaparición retrospectiva. Allí residía su poder. La habitación, encerrada, sellada con todos sus libros, trajes, calendarios, era la única entrada al relato. »

Diez años pasan todavía, se diría un cuento. Una joven artista, Rachel Lichtenstein, descubre la sinagoga, en el marco de un estudio consagrado a « la inmigración de los Judíos de Europa oriental en el East End de Londres ». « Me adelanté a tientas en el pasillo y abrí la puerta del fondo. Los rastros de pinturas de la sinagoga fueron alumbradas por la luz amarilla y caliente de las velas. » Alguien cuenta la historia de la habitación de Rodinsky. Ya, la joven artista estaba emocionada y fascinada por el lugar.
Cuando descubre que sus abuelos vivieron en Princelet Street y se casaron probablemente en esta sinagoga, ella sabe que una parte de su historia se juega aquí. La habitación de David, parece una " tumba abandonada », confiesa Rachel. Como si este lugar había sido creado para ella, como sí la sombra que había vivido allí la esperaba. « Rodinsky, la idea de Rodinsky, se había hecho un dybbuk. El alma de un muerto que penetra el cuerpo de un vivo y dicta su conducta. » Rachel decide lanzarse sobre el rastro de este hombre – de perforar el misterio de su vida y de su desaparición. Ella se convierte en el último testigo. Ella cuenta en un libro inquietante y emocionante y coescrito con Iain Sinclair, esta caza del fantasma que la llevará hasta Israel y a Polonia.

El Secreto de la habitación de Rodinsky valora tanto la novela policiaca tanto como la novela de aprendizaje. ¿Si la pregunta original es « que fue de David Rodinsky? », ¿el lector pasará rápidamente a preguntarse: « que hará Rachel Lichtenstein? » Porque, como escribe Iain Sinclair, la artista « se había lanzado a su propia búsqueda y rápidamente se hizo evidente que su viaje tocaba más a la autobiografía que a la biografía. » A través de Rodinsky, Rachel Lichtenstein querría hacer revivir un mundo desaparecido: el barrio judío donde vivieron sus abuelos. La búsqueda de Rodinsky la hará encontrar los últimos habitantes judíos del barrio, interrogar a un rabino en Israel, e irse en peregrinación a Auschwitz. Para descubrir de donde viene, que es y sobre todo que quiere ser.

Durante meses, la artista fotografía los objetos personales de Rodinsky. Es una manera de apropiárselos, de acercarlos por lo menos: « Al principio, este trabajo de arqueólogo, arbitrario en apariencia, se reveló poco fructuoso, porque, privados de la voz de su creador para facilitarnos una explicación, los objetos parecían mudos. Pasé horas innumerables en esa buhardilla. » Rodinsky dejó decenas de libretas de apuntes manuscritas escritas en una quincena de lenguas (algunas, incluso, con jeroglíficos egipcios). « Desembalé centenares de objetos, millares de pequeños pedazos de papel cubiertos de mensajes codificados, en diversas lenguas, escritos por él. Sobre el reverso de envoltorios de chocolatinas, deslizados dentro de sus agendas y de sus libros, había planos trazados a mano, notas de expediciones a los alrededores de Londres, de Hainault a Chigwell, de Clapton a Hendon, sin que se indique el motivo. » Rodinsky poseía también un diccionario inglés-hebreo donde traducía conversaciones imaginarias. Éstas por ejemplo:
"¿Os vaís ya? ¿Estáis obligados a iros ahora? ¿Es necesario que os vayáis? Yo estoy muy ocupado. Tengo mucho que hacer. Debo tomar numerosos caminos. Perdón, vengo con retraso. Es tiempo de partir. No os molestare más ..."
Por poco, nos creeríamos en una historia inventada por Paul Auster y Sofía Calle. ¿Rodinsky era un erudito? ¿O estaba enfermo, era un psicotico, un obsesivo, un autista?
Cansada de construir hipótesis contradictorias pero totalmente creíbles, desesperada de la idea de encontrar una sola foto que representará al fantasma, Rachel decide fijar anuncios de búsqueda que coloca « por todas partes, del escaparate del vendedor de bagels de Bricbarca Lane, al asilo judío de Stepney, en Toynbee Hall (donde todavía se dan recitales de poesía yiddish semanales para lo que queda de la comunidad judía), en los cafés y en los comercios del barrio. » Iain Sinclair: « Pero nadie podía describir la apariencia de Rodinsky. Rachel, a pesar de todas sus investigaciones, de todas sus visitas a ancianos y veteranos del lugar, no encontró la menor fotografía de este hombre. »
Sin embargo, si esta encuesta minuciosa no aporta, en un primer momento, las respuestas buscadas, abre, en cambio, decenas de pistas apasionantes. Los estudios talmúdicos enseñaron a Rachel que era posible hacer varias lecturas de un solo hecho, de una frase única, de un acontecimiento particular. La joven artista descubre así que David Rodinsky vivió mucho tiempo con su familia, con una hermana muy dotada a la que se imagina « frustrada y desilusionada» porque no habría tenido derecho a la instrucción que su inteligencia reclamaba y con una madre, memoria del éxodo, que « llevaba siempre su guardarropa con ella, como si temiera constantemente tener que huir con urgencia. »

Poseída por su sujeto, trastornada por los escasos rastros del pasado, angustiada por la idea de destrucción, Rachel lucha contra el olvido: gracias a ella, Whitechapel recupera algunos de sus colores de antaño. La artista organiza visitas al barrio. « Por esta época, quedaban pocas cosas del East End judío: edificios que se caían en ruinas, lugares abandonados, letreros que no tardaban en borrarse. " Aquí se encontraba … ahora, esto es un aparcamiento de coches. " " Aquí, mirando muy atentamente, usted casi adivinará el rastro de una mezuzah. " Después de haber deambulado por las calles de Spitalfields, mis grupos de turistas, hacia el fin de la visita, estaban consternados invariablemente. Entonces yo los llevaba a Kosher Luncheon Club. Era un lugar vivo y alegre. Manteles blancos almidonados, tintineos de vasos, sopa tragada ruidosamente sobre fondo de yiddish y de risas. El lugar había conservado esta atmósfera calurosa que a menudo era evocada por los que describen el mundo judío del East End. »

Y luego, a fuerza de obstinación, ella descubrió lo ocurrido. Liberando a Rodinsky de la noche en estaba sumergido. Devolviendo con su trabajo biográfico la forma humana del fantasma. Una intimidad delicada se instala entonces entre ambos seres: « Cuanto más sabía sobre él, más real se volvía para mí y más estuve motivada en hurgar en sus efectos personales ».
Así viajó a Polonia, Cracovia y a Auschwitz, en lo que para Rachel suponía que la desaparición de Rodinsky simbolizaba la de todos los judíos de Europa, incluso si él mismo no fuera víctima de la Shoah. El desconocido de Whitechapel tal vez era un santo. « Tal vez Rodinsky era verdaderamente el eterno Judío errante, y tal vez hubo, en el curso de los siglos, millares de habitaciones abandonados como ésta ».
« Según un mito pre-hassídico », « siempre hay treinta y seis justos viviendo en el mundo. Por sus buenas acciones, ellos impiden la destrucción del mundo. Su poder descansa en el hecho que nadie sabe quiénes son ni donde viven. Ellos cumplen su tarea en secreto y sin recompensa. Cuando uno de ellos muere, otro nace. » Rachel, dará a su hijo el nombre del que buscó durante tanto tiempo. David.

1 Comments:

Blogger Iojanan said...

Pero qué blog tan magnífico..!!
Delicioso leer todos y cada unoo de los comentarios. Animo..!!

9:48 PM  

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