Friday, December 01, 2006

Reforzar la oferta de Olmert - Ed. JPost

Ayer, en la tumba de David Ben-Gurion, en Sde Boker, el primer ministro Ehud Olmert ofreció una rama de olivo a los palestinos de parte del pueblo de Israel.
Los palestinos deberían saberlo: la oferta es verdadera. Tómenla. Apuesten por un sí por respuesta.
La oferta de Olmert es simple - dejen de atacarnos y liberaremos a miles de presos, les daremos un estado y les ayudaremos económicamente.

Pero, ¿que nos ofrecerían realmente? podrían preguntarse los palestinos.
Bien, la frontera entre Israel y Palestina tendría que ser negociada, y no iría exactamente a lo largo de las líneas del alto el fuego de 1949. Los palestinos tendrían que estar de acuerdo que el "derecho de retorno de sus refugiados" estaría limitado al nuevo estado palestino en sí mismo (como los judíos sólo podrían "volver" a Israel), así no habría ninguna opción de destruir Israel inundándolo de refugiados palestinos. Esto esta claro y se da por descontado.
Así, la asunción de la paz, supondría para el nuevo estado la llegada de multitud de ayudas de parte occidental y la creación de zonas industriales árabes, y Olmert, explícitamente, declaró que los ingresos fiscales que Israel ha estado reteniendo durante años debido a los ataques terroristas palestinos serían liberados.

En esencia, Olmert acaba de dar a los palestinos la posibilidad de aceptar la oferta que Israel propuso en la cumbre de Camp David de 2000, oferta rechazada por Yasser Arafat. Esto es importante, dado que el rechazo de Arafat supuso una etapa, de más de seis años, de atentados suicidas palestinos y ataques con cohetes que continúan hasta hoy. Israel ha demostrado otra vez que todavía esta comprometido con la creación de un estado palestino, localizado en medio de la patria bíblica judía y al lado de Israel.

Algunos palestinos podrían decir que Israel no habla en serio y que solamente esta ganando tiempo. Alguien que piensa así, sin embargo, no es un buen observador de la política israelí, ni de las acciones israelíes. Desde 1993, cuando los Acuerdos de Oslo dividieron a Israel en campos amargamente contrapuestos sobre la cuestión del estado palestino, nuestro paisaje político ha cambiado completamente. ¿Han notado los palestinos que Ariel Sharon, antes un opositor del estado palestino y campeón de los establecimientos, abrazó dicha idea estatal y desmántelo a estos? ¿O que Ehud Olmert, que vino con un pedigrí más derechista que Sharon, lo rebasó por la izquierda y se convirtió en su sucesor?

La verdad es que cuantos más israelíes han apoyado la existencia de un estado palestino, más palestinos se han alejado de esa idea, hacia sueños, al estilo de Hamas, de erradicar a Israel. Puede que este bien que una proporción mayor de israelíes, ciudadanos y líderes, apoye la estructura de un estado palestino que la existente entre los palestinos, en particular al nivel de su dirección.
La cuestión está en el lado palestino. ¿Realmente quieren los palestinos un estado al lado y en paz con Israel o un estado que sustituya a Israel?

Lo mismo vale para el mundo árabe. Olmert, debería reseñarse, citó aspectos "positivos" del plan saudita que él mismo había ignorado antes. Lo que Olmert también debería haber hecho es desafiar directamente a esos gobiernos árabes, partidarios del plan saudita, para que den ejemplo y muestren a los palestinos el rumbo que ellos predican en dicho plan.
Más bien que sacar a relucir, constantemente, resoluciones anti-Israel en las Naciones Unidas, estos estados podrían comenzar a favorecer contactos diplomáticos, que finalmente condujeran a reuniones y visitas entre los líderes israelíes y árabes. ¿Si los estados árabes fueran serios sobre la paz, qué mejor modo de reforzar y estimular a los palestinos que quieren convivir de veras con Israel?
Los Estados Unidos también podrían desempeñar un papel crítico. Aunque el presidente Bush, el 14 de abril de 2004, lo recogiera en una carta a Sharon, debería respaldar más abiertamente y con regularidad la exigencia de Israel de que los palestinos abandonen "el derecho de retorno de los refugiados" a Israel, y empujar a los estados árabes a conducir con su ejemplo un proceso de normalización con Israel.
Si los EE.UU, Europa y los países árabes participan alentando a los palestinos para que acepten la oferta de Israel, hay una posibilidad de invertir finalmente la tendencia hacia una radicalización palestina.

Todas estas fuerzas externas aseguran apoyar la solución de dos estados. Ahora el apoyo de Israel a esta misma solución es más explícito que lo fue nunca. Lamentablemente, a menos que la comunidad internacional tome la oportunidad de respaldar y reforzar la oferta de Israel, la tendencia hacia un rechazo palestino seguirá probablemente.

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