Thursday, January 25, 2007

Una facultad de extrema izquierda - Amnon Rubinstein - JPost

¿La Facultad de Derecho de la Universidad de Tel-Aviv ha autorizado una conferencia, este 8 de enero, titulada "presos terroristas o presos políticos?" De acuerdo al plan original, todos los oradores previstos eran de izquierda, con una pequeña representación de la extrema izquierda antiisraelí. Cuando esto provocó una protesta clamorosa, los dirigentes de la facultad añadieron apresuradamente dos o tres oradores más que representaban al Israel dominante y a sus instituciones.

Pero esto no cambió nada.

Como ha observado Ben-Dror Yemini en el Ma'ariv, la conferencia era de naturaleza completamente política, y, de hecho, se proporcionó una acogida especialmente calurosa a un invitado particular: Tali Fahima, quién fue liberada recientemente de la prisión trás ser acusada de ayudar a terroristas palestinos.

Yemini comparó la conferencia de la Universidad de Tel-Aviv a la conferencia negacionista del Holocausto recientemente celebrada en Teherán: "el hecho de acoger a los que niegan el derecho de la empresa sionista a existir, por parte de la Universidad de Tel-Aviv, no es muy diferente de la acogida a los negacionistas del Holocausto por la Universidad de Teherán. El pretexto de "la libertad académica y de expresión", comienza a parecer cada vez más manoseado y hueco. No sólo en Teherán... sino también en Tel-Aviv."

Las conferencias "científicas" carentes de cualquier equilibrio no son exactamente noticia en las universidades israelíes. Las conferencias en el área de las ciencias sociales raramente invitan a cualquier conferenciante que represente la opinión más común, la sostenida por la gran mayoría de los ciudadanos de Israel y los miembros de la Knesset.

La novedad en la conferencia de la Universidad de Tel-Aviv era su objetivo: presentar a los terroristas palestinos como presos políticos. A fin de hacerlo así, un terrorista que había sido condenado a 27 años de prisión por lanzar un cóctel molotov a un autobús, fue invitado y tuvo su asiento en el estrado del hall del auditorio de Justicia.

Eso es nuevo. No hace falta decir que no se les ocurrió, a los dirigentes de la facultad, invitar a ese mismo estrado, además del terrorista, a una víctima del terror que apunta a los judíos porque son judíos; porque, como sabemos, los judíos no tienen derecho a los derechos humanos.

Además, la conferencia tuvo otros aspectos interesantes. Una sesión entera fue dedicada a las familias de palestinos con dificultades a la hora de visitar a sus parientes encarcelados por terrorismo.

Tres soldados israelíes están secuestrados por terroristas y llevan mas de medio año siendo utilizados como rehenes. A ninguno de sus familiares se les ha permitido visitarlos, y, en violación completa de la ley internacional, tampoco se ha permitido a los representantes de la Cruz Roja. Ninguna señal de vida ha sido recibida de los tres soldados, convirtiendo las vidas de sus seres queridos en un infierno cotidiano.

¿La Facultad de Derecho de la Universidad de Tel-Aviv esta dispuesta a celebrar una conferencia que destaque la violación de los derechos humanos de los israelíes por parte de criminales de guerra palestinos? No me hagan reír.

Aún otro aspecto de esta conferencia "científica": no presentó nada "científico" - ni un solo trabajo de investigación o teórico. Lo que presentó realmente eran opiniones políticas que vienen del campo de la extrema izquierda - todo exactamente como ha relatado Ben-Dror Yemini, quién estuvo allí. En circunstancias normales, una conferencia de esta clase, sería mas propia de un mitín político o de una discusión en una cervecería.

¿Qué es lo que concede a ese tipo de acto el status "de ejercicio de la libertad académica"? ¿El hecho de que se celebró en el auditorio de la Facultad de Derecho y fue organizado por miembros de la facultad?

¿Proporciona un edificio de la universidad protección para opiniones - racistas, fascistas, antisemitas - que en otras partes serían consideradas inaceptables?

Estas preguntas no son teóricas. Este escritor ha apoyado y apoya aún el establecimiento de un colegio árabe; él también autorizó, cuando fue ministro de educación, el establecimiento de tales colegios para la formación de profesores.

¿Sería aceptable para un colegio árabe-israelí sostener una conferencia de negacionistas del Holocausto, u otra de defensores de los Protocolos de los Sabios de Sion? ¿O peor aun, invitar a alguien que predica el nazismo, simplemente porque fuera una conferencia organizada por una institución académica y celebrada dentro de ella? Basado en el precedente impuesto por la Facultad de Derecho de la Universidad de Tel-Aviv, la respuesta tendría que ser sí.

Yo estoy convencido que la mayor parte de los conferenciantes de la facultad se disociarían de tal resultado. Estoy también convencido que tampoco se identifican con los terroristas. Y, tampoco pongo en duda que la mayoría de los miembros de la facultad sea leal a Israel y sirva como reservista en el IDF.

¿Entonces, qué condujo a esta gente a prestar su apoyo a esta conferencia?
La respuesta esta en que esa es la moda dominante en las universidades israelíes. Esta en pleno apogeo. Ser postsionista es ’cool’. Y alguien que no este en esa onda esta fuera de juego.

Este hecho da que pensar más seriamente sobre los organizadores de la conferencia en la facultad. Mientras uno puede entender a esos cuyo celo ideológico les conduce a abandonar todos los principios académicos de un debate científico equilibrado, no hay ningún perdón, por el contrario, para aquellos que abandonan sus convicciones y traen la vergüenza sobre su profesión, simplemente, a fin de estar a la moda. Mentirse simplemente para ganar la aceptación de los círculos antiisraelíes de moda es indefendible.

Escribo estas palabras con la cólera entremezclada con el dolor. Yo estaba entre los fundadores de la Facultad de Derecho de la Universidad de Tel-Aviv, y fui su primer decano. Entre los otros fundadores estaban los profesores Ze'ev Zeltner, Gualtiero Procaccia, Yoram Dinstein, Daniel Friedman y Uriel Reichman. Estoy convencido que ninguno de ellos podría haber imaginado que el instituto que ellos fundaron se hundiría tan bajo invitando a un terrorista a hablar desde el estrado del hall de Justicia. Esto es una vergüenza y un ultraje.

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