Monday, January 21, 2008

! Joder que tropa ! Otra de corresponsales españoles en Oriente Medio.

Este post tiene un aire a "justicia poética" con el diario El País. Generalmente considerado dentro de la blogosfera favorable a Israel (y en muchos casos, conservadora y liberal) como un diario que da cabida a multitud de opiniones y comentarios anti Israel, está acusación, aún no siendo del todo injusta, ignora a otro diario sorprendentemente más “protegido”. El diario español de ámbito nacional más anti Israel de todos, sin dudar, es El Mundo. Y la blogosfera más comprensiva con Israel parece mirar para otro lado y no plantearle, de momento, parecidas críticas.

El Mundo es el segundo diario nacional y, a parte de cierto populismo, mantiene una posición política dual. Con ello quiero decir que dentro del panorama político español, o dentro del ámbito interno, se sitúa en la defensa de las posiciones políticas del partido representativo de la derecha nacional, en cambio, dentro del ámbito exterior o internacional, su posicionamiento es claramente de izquierdas y, respecto a Israel, claramente contrario a la inmensa mayoría de sus políticas casi por sistema.

Por otro lado esto no es nada sorprendente, sus acuerdos de colaboración con otro periódicos internacionales dan preeminencia a los que se sitúan dentro de la izquierda y en posiciones muy críticas con Israel, como es el caso de The Guardian, y en mucha menor medida, Liberation.

El posicionamiento a la derecha de éste periódico dentro de la política nacional es más que nada un posicionamiento estratégico. Taponada su vía de acceso a la izquierda nacional por la prensa del grupo Prisa (El País), cuya estrecha colaboración o simbiosis con el partido representativo de la izquierda española es totalmente evidente y está muy consolidada, la única posibilidad para El Mundo y para su grupo editorial de competir con ese poderoso grupo político, mediático y financiero en la búsqueda de un mayor grado de influencia y de poder, ha sido tratar de representar o patrocinar a la derecha nacional, pero manteniendo en ciertas cuestiones temas y obsesiones muy características de la izquierda, por ejemplo Israel, en su afán de no desesperar a la hora de arrebatar parte del favor de esa izquierda monopolizada hasta ahora por El País y su grupo mediático anexo.

Por otro lado, no deja de ser divertido que éste último periódico, tan escasamente dado a ejercitar la modestia y que se tiene a sí mismo como el periódico de “referencia” (compruébense sus similitudes con el Haaretz, más allá del nombre), sea tan aficionado a temas como el del lobby pro Israel, ignorando muy oportunamente el papel de gran lobby político, financiero y mediático que juega su empresa editora a nivel nacional.

Todo esto viene a colación de una ya larga serie de artículos publicados en El Mundo por algunos de sus corresponsales y comentaristas, el último el de hoy, y que llevan la vitola anti Israel como bandera, haciendo ya necesaria su justa equiparación con su rival en su juicio crítico, independientemente de sus vinculaciones y estrategias políticas nacionales.

Este verano, por ejemplo, dedicaron toda una página a una entrevista con una profesora sudafricana ignorada por el resto de la prensa, se supone que de visita para presentar su libro o para participar en algunos de los numerosos simposios anti Israel que se desarrollan en las universidades españolas, y que, como no podía ser de otra manera, defendía la solución de un estado binacional a pesar de los aparentes deseos contrarios de los afectados. Ya se sabe que para cierta izquierda occidental los que entienden de los conflictos y de sus soluciones son ellos, y no los implicados. Debe ser que la distancia aclara las ideas sobre lo que realmente desean los demás.

La última novedad proviene de un reincidente corresponsal español, Javier Espinosa, caracterizado a lo largo de sus crónicas, anteriores y actuales, por mantener una especial deferencia con el régimen sirio.

Todos conocemos ya la historia de amor de ciertos corresponsales occidentales con el régimen sirio. No es ninguna novedad. Pero nuestro hombre ha sido el único de los nacionales que a lo largo de los últimos atentados en el Líbano contra políticos libaneses anti sirios, ha insistido en poner al mismo nivel, a la hora de las sospechas, a Siria y sus aláteres libaneses (sospecha generalizada en casi todos los casos) e Israel (acusación únicamente sostenida por Siria y Hizbollah).

En el ataque de hace unos días del IDF contra milicianos de Hamas, y que costó a estos últimos la vida de 16 de sus hombres, nuestro corresponsal se desgarraba las vestiduras e “ironizaba” sobre el peligro que conllevaban los "artesanales" Qassam y los 12 muertos que habían ocasionado en 7 años. Se supone que nuestro corresponsal considera que Israel debe dejar de defenderse y aceptar de una vez por todas que debe convivir, diaria y resignadamente, con unos cuantos Qassam más o menos sobre las cabezas de sus civiles.

La cantidad de Qassam lanzados en los últimos tiempos sobre ciudades y comunidades israelíes, más de 1000, no deja de ser para él una cuestión “estadística”. Despreciable en todo caso con respecto a la "otra estadística" de milicianos puestos fuera de combate. Quizá el problema estribe en los ciudadanos de Sderot, afectados por algún tipo de obsesión enfermiza, como la de querer vivir tranquilamente en su ciudad.

Hoy nuestro corresponsal rizaba el rizo. Entrevista generosa con un activista palestino de los derechos humanos en donde las preguntas eran esbozadas cariñosamente para que la respuesta fuera la apropiada y diera lugar a la difusión del mensaje propagandístico.

En ningún caso, ninguna pregunta molesta o incomoda sobre el contrabando de armamento, inclusive el camuflado bajo el aspecto de ayuda humanitaria, y mucho menos mención alguna sobre los Qassam y su utilidad y responsabilidad en los hechos.

Pero lo mejor de todo era otro artículo que ocupaba casi dos páginas, y que representaba otra vuelta de tuerca. La consabida retórica de que todo esto llevará a una implantación final de Al-Qaeda en Gaza que "hará buenos" finalmente, ¿aún más?, a los chicos de Hamas. Y la culpa ya saben de quien será.

A fin de cuentas, todos conocemos que el Islam, por definición, es "moderado". Que siempre lo ha sido. Y que todos lo movimientos fundamentalistas e integristas que han surgido como una constante a lo largo de toda su historia sólo han tenido un culpable, Israel, pues ya desde hace siglos esos movimientos fundamentalistas intuían lo que daría de sí la historia posteriormente. No busquemos pues, otras causas o motivos internos.

Todo esto recuerda a todos esos corresponsales y comentaristas que defendían a capa y espada a Arafat, ignorando los usos y los abusos del padre de la patria, y la profunda corrupción existente bajo su patrocinio. Fallido el líder y su organización, se pasaron con armas y bagajes a los chicos de Hamas, reconociendo milagrosa y repentinamente las deficiencias del anteriormente adorado líder, antes tan difíciles de apreciar, ya que estos chicos parecían poner más empeño en conseguir lo que el anterior no pudo. Ahora nos auguran una nueva generación, que a no dudar, pasarán a comprender y apreciar indefectiblemente, ya que la culpa ya saben ustedes de quien es es...

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1 Comments:

Blogger Iojanan said...

No había tenido la oportunidad de leer este artículo que comparto en su totalidad. He denunciado hasta la saciedad a El Mundo, le he escrito en diferentes ocasiones, he dejado de comprar ese diario y se lo dije, no entro en el digital sino ocasionalmente y todo por las noticias y las opiniones sesgadas,cuando no puras mentiras, sobre Israel y el conflicto con los llamados palestinos; el corresponsal que tienen en la zona, ese tal Espinosa es un miserable que se ampara en la protección que le ofrece un estado serio como Israel para escupir de forma continua sobre su gobierno y sus gentes mientras les ríe la gracia a los asesinos fascistas de Hamás , Hizbolá, Irán u otros países de corte fascisto-musulmán. Por eso me alegro de la coincidencia de opiniones.

10:56 PM  

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