Wednesday, November 26, 2008

Las histerias de "Lulú Malena" Almudena Grandes

Milicianos Progresistas - Hermann Tertsch - ABC

¿Imaginan el goce que sentiría (la monja -santa para los católicos- Maravillas) al caer en manos de una patrulla de milicianos jóvenes, armados y -¡mmmmm!- sudorosos? Eso es lo que se pregunta, textualmente, una escritora del régimen en la contraportada de un periódico que aún se pretende homologable a los productos civilizados de la prensa europea. No hace setenta años. Fue ayer. Y esa contraportada la leyeron antes de ser publicada los responsables de ese diario. Y no les pareció mal. Tampoco se molestaron cuando la misma autora dijo que todas las mañanas desayunaba con ganas de fusilar a algunos que escriben en otros periódicos. Ni les pareció mal que el historiador irlandés de la zeja, Ian Gibson, confesara su íntima obsesión por poner una bomba en la basílica del Valle de los Caídos. Queda elegantísimo eso de manifestar que se levanta uno con ganas de quemar la iglesia de Los Jerónimos. Y después, un par de fotografías con las momias de las tumbas profanadas y los cristos mutilados al hombro. Fotos para un buen recuerdo. Mejores que la de Carod Rovira y Maragall en Jerusalén con la corona de espinos, que es una foto acomplejada y maricona. Gibson no parará hasta posar con la calavera -supuesta- de García Lorca.

Lo destacable en esta inmundicia es que hemos cruzado ya el Rubicón. A nadie escandaliza que un periódico en España que se dice digno y de calidad publique en su contraportada, desde luego como divertimento, una apología de la violación de una monja, santa o no. Esto el día antes de la muy solemne «jornada internacional contra la violencia de las mujeres», a la que dedican ya páginas y que aprovechan las amigas de la patrona de los milicianos violadores para clamar que todas las chicas son buenas y los maltratadores unos mierdas de derechas. Porque los milicianos que violan a una monja son unos progresistas magníficos que todos debiéramos sentar a nuestra mesa.

Tampoco le ha escandalizado a esta prensa la chica castiza Almeida cuando se ha mostrado partidaria de quemar, no ya el Corte Inglés, que es un buen anunciante, sino los libros que expone y vende y que a ella no le gustan. Tan antifascistas ellos que algunas hoguerillas de letra impresa les parecen mejor que otras. Pero volvamos a la monja y santa Maravillas. Ha sido imposible poner una placa en honor de esta mujer en el Congreso de los Diputados. Realmente no creo que la necesite, ni ella ni quienes en ella creen. Y habría soliviantado a los socialistas sensibles. Pero volvamos a nuestro país. Al país. Que ayer se hace muy seriamente desde una tribuna privilegiada la siguiente pregunta: ¿Imaginan lo que disfrutaría esa monja si la violara todo un pelotón de aguerridos soldados de nuestra república democrática impecable e impoluta? ¿Se dan Ustedes cuenta qué juerga, para nosotros y para los demás? Todos ellos sudorosos -¡mmmmmmm!- y estupendos luchadores a favor de la democracia y la libertad de todos los seres humanos. Aquellos hombretones fraternales de la izquierda progresista sólo violaban para hacer favores, nos dice Almudena. Una santa laica más del país que parece añorar que se repita.



¿Chistes viejos? - Antonio Muñoz Molina - Cartas al Director - El País

En su artículo del 24 de noviembre, Almudena Grandes hace lo que tal vez intente ser una broma acerca de una monja en el Madrid del comienzo de la Guerra Civil: "¿Imaginan el goce que sentiría al caer en manos de una pandilla de milicianos jóvenes, armados y -¡mmm!- sudorosos?". ¿Estamos ante la repetición del viejo y querido chiste español sobre el disfrute de las monjas violadas? No hace falta imaginar lo que sintieron, en los meses atroces del principio de la guerra, millares de personas al caer en manos de pandillas de milicianos, armados y casi siempre jóvenes, aunque tal vez no siempre sudorosos.

Basta consultar a historiadores fuera de toda sospecha o -ya que nos preocupa tanto la recuperación de la memoria- recuperar el testimonio de republicanos y socialistas sin tacha que vieron con horror los crímenes que se estaban cometiendo en Madrid al amparo del colapso de la legalidad provocado por el levantamiento militar.

Ni a Manuel Azaña, ni a Indalecio Prieto, ni a Arturo Barea, ni a Julián Zugazagoitia les costó nada imaginar la tragedia de tantas personas asesinadas por esas pandillas no siempre incontroladas que preferían mostrar su coraje sembrando el terror en Madrid en vez de combatiendo al enemigo en la sierra. Casi todos ellos hicieron lo poco que podían por salvar a inocentes: a Juan Negrín no le fue nada fácil evitar que asesinaran a su propio hermano fraile. Y todos ellos sabían el daño que esos crímenes estaban haciendo internacionalmente a la justa causa de un régimen legítimo asaltado por una sublevación sanguinaria e inicua. Almudena Grandes habla de exiliarse a México: cuando leemos artículos como el suyo y como tantos otros que por un lado o por otro parecen empeñados en revivir las peores intransigencias de otros tiempos, algunas personas nos sentimos cada vez más extrañas en nuestro propio país.


PD - Para los susceptibles, indicar que ignoraba todo de esta monja beatificable y milagrera hasta que aparecieron en la prensa los deseos del "social-cristiano" Presidente del Parlamento. Aún conociendo con posterioridad que había residido en ese lugar, lo de la placa no deja de ser una patochada manchega. En todo caso, confieso estar algo sorprendido ante la manifiesta exposición de las ensoñaciones de una adicta a la cosa esa del progreso solidario, sostenido y sostenible, y que para más divertimento adjudica a una religiosa sin venir a cuento. Qué gran paciente se ha perdido don Segismundo Freud. !! La histeria, la histeria, seguro que repetiría alborozado !! Y todo ello en vísperas del Día de la Violencia de Género. No me digan que esta "letraherida de progreso" no es una mujer almodovariana en pleno ataque de nervios.

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3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

una apología de la violación de una monja, santa o no. Esto el día antes de la muy solemne «jornada internacional contra la violencia de las mujeres

Qué vergüenza siento de que esta tiparraca sea una representante de la intelectualidad de izquierdas!

3:47 AM  
Blogger Irene Adler said...

eso: vergüenza.

9:47 PM  
Anonymous Anonymous said...

Morgana:
eso: vergüenza

Tu comentario es confuso...

Qué quieres decir con eso...?
Que te da verguenza eso...?
O que eso es una verguenza...?
O que qué verguenza que eso sea una verguenza...?
O verguenza, eso qué es...?

Hablas en código...?

Lo dicho, confuso me hallo...

:|

11:15 PM  

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