Los judíos y los peluqueros - Tomás Cuesta - ABC
Esta noche mataremos a los judíos y a los peluqueros.
-¿Y por qué a los peluqueros (*1)?
El chiste -que es más antiguo que la tos- sigue viniendo al pelo de la rabiosa actualidad; al pelo miserable de la dehesa del presente. Tanto es así que valdría la pena incorporarlo al repertorio de los titiriteros de la lengua que (dentro de un momentito, no se vayan, unos cuantos consejos y volvemos) nos van a dar las uvas y la sobrecena. Y aquellos que se escandalizaren, bienaventurados sean porque no habrán perdido ni la vergüenza ni el oremus. Tan nauseabunda es la campaña antisemita teledirigida por los inquisidores posmodernos que, hoy por hoy, lo que te pide el cuerpo es poner una estrella amarilla en el belén para que los señores Magos no se desorienten. No fuera a ser que les quedase alguna duda del terreno que pisan sus camellos.
Según los que se arrogan la representación del humanismo y agitan el mondongo de la mala conciencia, Israel es el único estado del planeta que no tiene derecho a defenderse. Israel es Herodes, metidos en belenes. Un reyezuelo aciago, codicioso y herético que degüella criaturas a voleo, expolia a los que están en la indigencia y sólo rinde culto al Dios de los Ejércitos. Tal es la imagen que los mastines del progreso difunden, urbi et orbi, por todos los canales y por todos los medios. Y puesto que son, a fin de cuentas, los dueños y señores del latifundio de los medios (el lati-infundio, sería lo correcto), la simiente prospera y la mentira medra.
En «El discurso del odio», el pensador André Glucksmann se planteaba una pregunta que viene, también, al pelo. ¿A santo de qué los terroristas palestinos disfrutan de un estatus de impunidad ilimitada a los ojos miopes de Occidente? «La violencia en éste caso - escribía el francés a guisa de respuesta -, se justifica e, incluso, se jalea. No es únicamente que se haga una excepción, sino que se concede una exención que legitima el crimen, o lo disculpa, al menos». Aunque nadie se atreva a formularlo el cuento es el de siempre: un judío muerto es un judío menos. Varían los cuentistas o, por mejor decir, se alternan. Antes, solían embestir por el pitón derecho y ahora escupen veneno por el colmillo izquierdo. Va por rachas, depende. Lo significativo, actualmente, es que los paladines del antisemitismo sean los valedores del discurso antieuropeo. Porque Israel, por si no lo recuerdan, es el fortín de Europa en el Oriente Medio.
El ritual prescribe, en cualquier caso, que se dicte sentencia de inmediato, sin enjuiciar la causa y sin analizar los hechos. No es necesario instruir proceso alguno, sino aplicar el libro de instrucciones al pie de la letra. Israel es culpable por principio, amén de por sistema. Y, a partir de ahí -establecido que un judío nunca es inocente-, se intenta hacer de Gaza un Auschwitz inverso. Los corderos de antaño se han transformado en hienas. Y los carros de combate del Tsahal -temibles, cierto es, como un ciclón de acero- asumen la función del Zyklon B, son el punto de gas que inflama la tragedia. El Holocausto está servido, damas y caballeros, pasen y vean los noticiarios de las nueve. Vean a un matarife de Hamás coronado de espinas igual que el Galileo.
No existe, sin embargo, ninguna aberración que se llegue a extinguir por falta de clientes y el aberrante espectáculo de la judeofobia ha colgado el cartel de no hay billetes. El drama es real, por descontado; desmesurado el sufrimiento. La farsa sanguinaria es la puesta en escena. ¿Quién esconde la mano detrás de los chiquillos que se encargan de arrojar las piedras? ¿Quién convierte a sus hijos en escudos humanos y alquila sus cadáveres a los reporteros? Niños descabalados, malheridos, gimientes. El horror, qué inmenso horror, ajeno a las fronteras y a los credos. ¿O es que acaso ríen los niños de Israel cuando llueven cohetes?
En Varsovia (anota Hillel Seidman en «Du fond de l´abîme», un diario del gueto) la infancia no existía, los niños no eran niños, eran, aterradoramente, «judíos pequeños». A muchos les parece que continúan siéndolo.
(*1) - N.P.: Existen multitud de versiones, la más popular en Francia en esta:
- !! Qué época nos ha tocado vivir, Señor !! Habéis visto todo lo que está pasando en el mundo. !! Y todo por culpa de los judíos . . . . . y de los ciclistas, por supuesto !!.
- Cuanta razón tiene usted (le responde el otro) . . . . . (y tras unos instantes de ligera duda) ¿Y por qué de los ciclistas?
-¿Y por qué a los peluqueros (*1)?
El chiste -que es más antiguo que la tos- sigue viniendo al pelo de la rabiosa actualidad; al pelo miserable de la dehesa del presente. Tanto es así que valdría la pena incorporarlo al repertorio de los titiriteros de la lengua que (dentro de un momentito, no se vayan, unos cuantos consejos y volvemos) nos van a dar las uvas y la sobrecena. Y aquellos que se escandalizaren, bienaventurados sean porque no habrán perdido ni la vergüenza ni el oremus. Tan nauseabunda es la campaña antisemita teledirigida por los inquisidores posmodernos que, hoy por hoy, lo que te pide el cuerpo es poner una estrella amarilla en el belén para que los señores Magos no se desorienten. No fuera a ser que les quedase alguna duda del terreno que pisan sus camellos.
Según los que se arrogan la representación del humanismo y agitan el mondongo de la mala conciencia, Israel es el único estado del planeta que no tiene derecho a defenderse. Israel es Herodes, metidos en belenes. Un reyezuelo aciago, codicioso y herético que degüella criaturas a voleo, expolia a los que están en la indigencia y sólo rinde culto al Dios de los Ejércitos. Tal es la imagen que los mastines del progreso difunden, urbi et orbi, por todos los canales y por todos los medios. Y puesto que son, a fin de cuentas, los dueños y señores del latifundio de los medios (el lati-infundio, sería lo correcto), la simiente prospera y la mentira medra.
En «El discurso del odio», el pensador André Glucksmann se planteaba una pregunta que viene, también, al pelo. ¿A santo de qué los terroristas palestinos disfrutan de un estatus de impunidad ilimitada a los ojos miopes de Occidente? «La violencia en éste caso - escribía el francés a guisa de respuesta -, se justifica e, incluso, se jalea. No es únicamente que se haga una excepción, sino que se concede una exención que legitima el crimen, o lo disculpa, al menos». Aunque nadie se atreva a formularlo el cuento es el de siempre: un judío muerto es un judío menos. Varían los cuentistas o, por mejor decir, se alternan. Antes, solían embestir por el pitón derecho y ahora escupen veneno por el colmillo izquierdo. Va por rachas, depende. Lo significativo, actualmente, es que los paladines del antisemitismo sean los valedores del discurso antieuropeo. Porque Israel, por si no lo recuerdan, es el fortín de Europa en el Oriente Medio.
El ritual prescribe, en cualquier caso, que se dicte sentencia de inmediato, sin enjuiciar la causa y sin analizar los hechos. No es necesario instruir proceso alguno, sino aplicar el libro de instrucciones al pie de la letra. Israel es culpable por principio, amén de por sistema. Y, a partir de ahí -establecido que un judío nunca es inocente-, se intenta hacer de Gaza un Auschwitz inverso. Los corderos de antaño se han transformado en hienas. Y los carros de combate del Tsahal -temibles, cierto es, como un ciclón de acero- asumen la función del Zyklon B, son el punto de gas que inflama la tragedia. El Holocausto está servido, damas y caballeros, pasen y vean los noticiarios de las nueve. Vean a un matarife de Hamás coronado de espinas igual que el Galileo.
No existe, sin embargo, ninguna aberración que se llegue a extinguir por falta de clientes y el aberrante espectáculo de la judeofobia ha colgado el cartel de no hay billetes. El drama es real, por descontado; desmesurado el sufrimiento. La farsa sanguinaria es la puesta en escena. ¿Quién esconde la mano detrás de los chiquillos que se encargan de arrojar las piedras? ¿Quién convierte a sus hijos en escudos humanos y alquila sus cadáveres a los reporteros? Niños descabalados, malheridos, gimientes. El horror, qué inmenso horror, ajeno a las fronteras y a los credos. ¿O es que acaso ríen los niños de Israel cuando llueven cohetes?
En Varsovia (anota Hillel Seidman en «Du fond de l´abîme», un diario del gueto) la infancia no existía, los niños no eran niños, eran, aterradoramente, «judíos pequeños». A muchos les parece que continúan siéndolo.
(*1) - N.P.: Existen multitud de versiones, la más popular en Francia en esta:
- !! Qué época nos ha tocado vivir, Señor !! Habéis visto todo lo que está pasando en el mundo. !! Y todo por culpa de los judíos . . . . . y de los ciclistas, por supuesto !!.
- Cuanta razón tiene usted (le responde el otro) . . . . . (y tras unos instantes de ligera duda) ¿Y por qué de los ciclistas?
Labels: Antisemitismo, Antisionismo, Prensa
posted by José Antonio at 12:36 PM
5 Comments:
¿A santo de qué los terroristas palestinos disfrutan de un estatus de impunidad ilimitada a los ojos miopes de Occidente?
Tal vez por el bolsillo de occidente.
Me explico.
Los palestinos son la niña de los ojos de Arabia Saudí simple y llanamente porque sirven a sus intereses antijudíos.
Ergo, occidente y especialmente Europa, tiene mucho cuidado de gritar "Terrorista!" contra los palestinos no sea que los petrodólares se enfaden.
No obstante, los amantes de las conspiranoias apuntan que una de las razones de la artificial (por lo buscada) crisis económica que estamos sufriendo se debe al intento de occidente de disminuir su dependencia petrolífera, especialmente del mundo árabe.
Recordemos la salida airada del jeque Comosellame en la última reunión de los jerifaltes...
Así pues, siendo optimista, en unos años -décadas quizás- occidente ya no tendrá que reirle las gracias a los petrodólares y la situación en Israel cambiará... a mejor.
No estoy de acuerdo, Renton
La relación de la OLP con los movimientos de la extrema izquierda europea se remonta a los 70. De ahí nace el apoyo de los "ojos miopes", trasladado ahora al sector más islamista por considerar que la oposición más directa a Occidente, y a su sistema político y económico, en este caso representado por Israel.
Es por eso que bastantes movimientos de la extrema izquierda, comos los troskistas, convergen hacia una necesaria una alianza con los islamistas por valorar su oposición al sistema. Son "aliados", dicen que circunstanciales.
Esto es bastante peligroso, en el sentido de que lo que preconizan a nivel interno y externo los islamistas no tiene nada que ver con lo que preconiza la extrema izquierda, los primeros buscan un universalismo islámico y los segundos un universalismo progresista y dígamos socializante.
Pero ahí, de esa alianza, quien tiene algo que ganar serán los islamistas, por la fascinación que desprenden a sus aliados por su "entereza" y radicalidad, y porque aportan el grueso de la tropa. No olvides que la extrema izquierda en Europa, hoy en día, son gente jugando a ser de izquierdas pero sin actividad directa alguna. Van por la vida de vanguardia del proletariado, así venden sus servicios para captar al público musulmán europeo, pero ese proletariado no cree en sus utopías, sino en la de su religión.
Yo no descarto que esta convergencia, y el muy factible fracaso adicional, empuje a mucha de esa vanguardia del proletariado en brazos del Islam, como actitud o reacción "lógica consecuente".
Es como esa fascinación, no reconocida, por el Islam en ciertas partes de las Iglesias europeas, por su capacidad de dirigir e influir aún en sus fieles, por el poder que conservan en ellos, por la disciplina y ambición que mantienen frente a unas iglesias que ven a sus fieles desaparecer o envejecer.
Esa capacidad de "resistir" frente a la modernidad relativista y avasalladora, es admirada secretamente, aunque no se ignora la gran competencia que representaría, y ya no hablo de lo sucedido con los cristianos en Oriente. El famoso ecumenismo está sirviendo también para que algunos sostengan sorprendentemente tejer una alianza, frente a la modernidad laica. Para mí me resulta claro que esa alianza, al dar más visibilidad y aceptación, al promover su normalización sin garantías (nuevamente sólo se quiere ver lo que se desea ver), sólo beneficiará, como en el caso de la extrema izquierda, a los movimientos islámicos.
Por supuesto que hay sectores que se dan cuenta del peligro que representa, más aún en un momento de decadencia de la filiación. Creo que no hace falta que te diga los efectos que los movimientos evangelistas están produciendo en parte de la "grey" católica, y como están intentando ser contrarrestados con movimientos neocatecumenales de inspiración activista similar a los evangelistas (aunque en capas más acomodadas de la sociedad, en contraposición con los otros).
No te digo nada si el Islam entra en esa competencia, y su posible atracción entre las capas más olvidadas (emigración, etc...).
De hecho, puede existir ya un lugar donde se puede haber iniciado esa pugna, ya que las antiguas minorías árabes en Latinoamerica y la nueva emigración árabe hacia allí, junto la política de algunos que ya conocemos, están sirviendo de introducción y expansión del Islam en la zona.
Imagino que tú estarás más enterado de esas lides
Jantonio:
La relación de la OLP con los movimientos de la extrema izquierda europea se remo....
Pero qué porción de poder tienen esos movimientos de extrema izquierda a la hora de diseñar las políticas internacionales de los países europeos?
Ninguna.
Le das a la extrema izquierda un protagonismo por el que ella mataría.
El famoso ecumenismo está sirviendo también para que algunos sostengan sorprendentemente tejer una alianza, frente a la modernidad laica
Irónicamente, el ecumenismo es fruto del relativismo, el hermano mayor del postmodernismo, el primo segundo de los movimientos de izquierda, el vecino del quinto de...
No te digo nada si el Islam entra en esa competencia, y su posible atracción entre las capas más olvidadas (emigración, etc...)
Que entren, es mejor iglesias casi vacías con auténticos creyentes que iglesias llenas de falsos cristianos ocupados y preocupados por lo mundano.
A diferencia de otras religiones, no es cristiano quien dice que es cristianos, si no quien cree en Dios y obedece a Su Ley.
Un cristiano cultural no es cristiano.
las antiguas minorías árabes en Latinoamerica y la nueva emigración árabe h[...]irviendo de introducción y expansión del Islam en la zona
No me asusta eso Jantonio, no me importa que todo el mundo avance hacia el islamismo por una razón muy simple: Dios es fiel y fiel es Su Promesa.
La Voluntad de Dios no depende de los hombres; no se puede ni acelerar ni oponerse a Sus designios por tanto, pasará simple y llanamente lo que Dios quiera que pase y cuando quiera que pase.
Vuelve a estudiar la Torah y ten Fe en Él que de eso va la vida.
"Le das a la extrema izquierda un protagonismo por el que ella mataría"
La extrema izquierda marca objetivos u opiniones testimoniales a la izquierda en general en ciertos temas, y al público que se considera como tal, para que aún se sienta, o actúe, de izquierdas, con un sentido de "conciencia moral" estrechamente ligada a su concepción de superioridad moral sobre el resto, y que la izquierda oficial debe recoger al menos, quizá matizándolas a consecuencia de su búsqueda o ejercicio de un poder real y lo que ello conlleva de transacciones, y todo ello porque a fin de cuentas se trata de su clientela oficial para las elecciones.
Son aspiraciones u objetivos testimoniales porque los verdaderamente principales, el cambio del sistema, etc..., son irrealizables para una izquierda que desee acceder al poder en estas sociedades. Son, por así decirlo, "posicionamientos" que consolidan o mantienen una identificación.
"no me importa que todo el mundo avance hacia el islamismo"
No sabes lo que dices. Yo, desde luego, no tengo ninguna predisposición al martirio, a la dhimmitud o a vivir en sociedades feudales y medievales. No se que pensarían de ello tus correligionarias femeninas.
Jantonio:
La extrema izquierda marca objetivos u opiniones testimoniales a [...] ansacciones, y todo ello porque a fin de cuentas se trata de su clientela oficial para las elecciones
Creer que Europa permanece miope al conflicto por seguimiento de la opinión de la extrema izquierda continental es un análisis muy pobre de la realidad europea...
no tengo ninguna predisposición al martirio, a la dhimmitud o a vivir en sociedades feudales y medievales
Lo dicho, estúdia su Palabra y aprende qué quiere Dios de ti que de eso va todo...
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