Saturday, May 29, 2010

Criticar a Israel no es difícil (por arriesgado y costoso), es muy fácil (por comodo y rentable) - Shmuel Rosner

En la interminable saga generada por el artículo de Peter Beinart, Noé Pollak también ha contribuido con su pieza de cinco centavos que se inicia con este axioma: "En los debates políticos, sigue siendo cierto que el mensajero, por lo general, es más importante que el mensaje". Y desde el punto de vista de Pollak, el mensajero Beinart es el culpable para sus lectores más críticos:
El requerimiento más importante que une a todos los despotricadores de Israel es acusar a Israel de mala fe en lo que respecta al curso de los esfuerzos por llevar la paz a la tierra entre el río Jordán y el Mediterráneo, esa acusación es el pegamento que mantiene unidas las diversas narrativas y que hace que las recriminaciones parezcan justificarse. Este cargo tiene dos principios subordinados: el revisionismo a la hora de tratar con el pasado y la teoría de la conspiración para hacer frente al presente actual . Así, según nos dice Beinart, un gran número de israelíes son racistas y autoritarios y nunca han deseado realmente la paz, mientras que sus líderes políticos son unos fanáticos que manipulan a los estadounidenses inocentes y a los palestinos mientras las principales organizaciones judías estadounidenses se lo permitan contemplando la escena desde la barrera.
Mi párrafo favorito (y uno con el que estoy totalmente de acuerdo):
Aún más importante es la imputación de Beinart de que los críticos de Israel en el seno de la comunidad judía y en otras partes se han vuelto mudos e ineficaces frente al poder de los judíos conservadores y el lobby de Washington, los cuales supuestamente controlan. Beinart sugiere un pesado fardo el hecho de tener que convertirse en un crítico de Israel: "Lo más difícil que he escrito", dijo al anunciar su ensayo en su Twitter.

Por favor. Como las reacciones sorprendentemente amables a su artículo lo han demostrado, hay pocas posturas hoy en día más cómodas y ventajosas que apelar a la preocupación y a la angustia propia de un crítico judío de Israel. Las filas están llenas de personas que han hecho carrera a fuerza de presentarse como profetas contemporáneos que advierten a los israelíes que su arrogancia y sus pecados están invitando a la catástrofe. La diferencia clave es que los profetas bíblicos eran frecuentemente figuras despreciadas y perseguidas, mientras que los profetas actuales gozan del apoyo y sostén de los fuertes brazos de una amplia gama de instituciones, fundaciones y publicaciones.

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1 Comments:

Blogger Renton said...

Cada vez que algún español -de extrema izquierda o extrema derecha- critique las acciones militares de Israel, se le puede dirigir a esta entrada.

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4:54 AM  

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