Wednesday, August 25, 2010

No aprenden ni secuestrándoles... Y es que la "buena conciencia" y la "superioridad moral" tiene estas cosas



El asunto de los cooperantes catalanes solidarios adquiere cada vez más tintes ridículos y esclarecedores sobre la mentalidad de estos "viajeros hombres de progreso solidarios". Y es que tras hablar del sufrimiento soportado nada más llegar a casa, aparecen ahora unas imágenes grabadas por un canal mauritano donde el secuestrador, Omar Saharaui, al volante de un vehículo, y a su lado los secuestrados, Pascual y Vilalta, aparecen sonrientes y en animada conversación en la que los catalanes bromean con su secuestrador.

¿Síndrome de Estocolmo? Estos sujetos de progreso hace ya mucho tiempo que viven con, y de, su particular síndrome de Estocolmo, siempre estupendamente subvencionado, y ahora con el plus del pago del secuestro, suceso que les permitirá plasmar sus "proezas solidarias" en libros y quizás hasta en algún film. La solidaridad siempre recompensa a sus profesionales.

Adjunto a continuación dos despiadados artículos de Salvador Sostres aparecidos en El Mundo sobre nuestro "par de héroes" y sobre todos aquellos que viven de la cosa solidaria políticamente correcta y orientada. Sostres pasa por ser un catalanista/independentista de buena familia, elitista y bon vivant, pero al menos parece conocer bien a toda esta fauna que, compartiendo parecidos orígenes acomodados, han preferido el deporte subvencionado de la buena conciencia financiada políticamente... por todos nosotros, a nuestro pesar.


Que paguen su rescate - Salvador Sostres - El Mundo

Han sido finalmente liberados los dos cooperantes catalanes secuestrados en Mauritania desde noviembre. Parece que habrían sido intercambiados por uno de los condenados por su secuestro. Me alegro de que hayan vuelto, sobre todo por sus familias. Y espero que hayan aprendido algo.

Algo sobre el valor de la libertad, y sobre quien la defiende y quien la ataca. Algo para que sepan con quién tienen que ser solidarios la próxima vez. Quien son los buenos y quien son los malos.

Espero que hayan aprendido, también, los peligros de este turismo solidario que practicaron. La inutilidad de su ayuda y el peligro que se corre. Espero que la próxima vez no sean tan temerarios de escoger destinos turísticos donde la vida humana no vale nada. Si quieren ayudar, tienen colas de pobres cerca de su casa.

Espero que los dos chicos hayan tomado nota, también, de lo que nos ha costado liberarlos. De las gestiones diplomáticas y políticas que han sido necesarias, del precio del rescate que en su día se pagó y que además no sirvió para nada, y que por culpa de ellos, un secuestrador ha sido puesto en libertad y puede volver sin problema a cometer otras fechorías.

Espero que todo esto lo aprendan lenta y minuciosamente, tanto Roque como Albert. Que cuiden, en el futuro, un poco más la vida que les ha sido concedida, y que usen su libertad con más cerebro. Espero que sus ideas geopolíticas evolucionen con rapidez y no tengan tanta dificultad como antes de su secuestro para distinguir víctimas de verdugos.

Espero que trabajen duro para poder devolver el dinero que su liberación nos ha costado, en tanto que el secuestro era perfectamente evitable evitando ir a países de riesgo. Les secuestraron “fuera pistas” por decirlo en el argot del esquí, fuera de las pistas de la democracia y la libertad, y en un país al que no se tiene que ir si no quieres que te pasen cosas como esta.

Espero que paguen lo que nos ha costado liberarles, entre otras cosas porque sería muy cínico hacerse el solidario de la caravana mientras que esto, a los demás, nos cuesta una pasta.

Espero que crezcan, que se curen de su relativismo naïf, que se vuelvan personas normales y que dejen de molestarnos. Bienvenidos a casa.


No aprenden ni secuestrándoles - Salvador Sostres - El Mundo

Quieren volver. No aprenden. Cuando yo digo que son unos idiotas, mucha gente se enfada. Pero son unos idiotas. Es la idiotez general de la izquierda, que nunca aprende. La realidad le desmiente a cada paso, pero nunca aprende. Hasta cayó el Muro, pero no aprendieron nada.

Estos tontorrones de la oenegé solidaria, los que han sido liberados y los que dirigen la cosa desde Barcelona, viven de espaldas a la realidad y a lo que ocurre. Hay que ser muy tonto, pero que muy tonto, tonto de verdad, para decir que “el mejor homenaje a Roque y a Albert es organizar otra caravana solidaria inmediatamente”, que es lo que ha soltado el director de la oenegé, Francesc Osán.

Si hubieran comprendido algo, se habrían dado cuenta de que el mejor homenaje, para empezar, no hay que tributárselo a los dos secuestrados y liberados, sino a sus familias, que son quienes han sufrido sin tener ninguna culpa. Y al conjunto de los españoles, que son los que han pagado, también sin habérselo buscado.

Y por lo tanto el homenaje mejor, y más oportuno, es aprender a usar la inteligencia, y a ser generosos de un modo efectivo, a través de los cauces establecidos y seguros y no estas charlotadas de gente que se busca a ella misma en los dramas ajenos y que acaban no aportando ninguna ayuda y costando 7 millones de euros.

Pero es inútil decirlo y hasta gritarlo. La izquierda nunca aprende nada. La izquierda, como en una ocasión escribió Arcadi Espada, es una llamada perdida. No aprende nada. Ni tan siquiera de una experiencia tan dura y lamentable como un secuestro. No son héroes, son unos idiotas que se niegan a comprender como funcionan las cosas.

No han ayudado a nadie en nada y han perjudicado a mucha más gente de la que conocen. Y todo por el capricho de sentirse más solidarios. El director de la oenegé, en busca desesperada de protagonismo y de notoriedad, insiste en el error que tan dramáticas consecuencias ha tenido.

Mientras tanto, no he escuchado ni a los liberados ni a ningún miembro de Acció Solidària pedir perdón por el dolor causado ni por la terrible situación internacional en que España, por su culpa, ha quedado. No he escuchado a ninguno de ellos disculparse por haber obligado al Gobierno de España a negociar con terroristas, y a pagarles 7 millones de euros con los que van a financiar, seguro, nuevos actos demenciales. Ninguna conciencia del daño que nos han hecho, ninguna intuición del bien ni del mal.

Y lo que es aún más grave, tampoco he oído de las bocas de Albert ni de Roque, ni de ningún miembro de su oenegé, condena alguna al terrorismo de Al-Qaeda y lo que este terrorismo representa como amenaza para el mundo libre.

La izquierda no aprende nunca. No hay modo. Ni secuestrándoles.

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