Saturday, December 25, 2010

Apaciguando que es Navidad



Que uno esperaba y espera más afirmaciones de este tipo resulta evidente después de la declaración sinodal claramente decantada hacia un antijudaísmo primario - de hecho, casi un marcianismo revivido - del último Sínodo de los Obispos para el Oriente Medio, declaración no refutada por el propio Vaticano y que deja en evidencia que el supuesto acercamiento al judaísmo y a sus "hermanos mayores" (los judíos) del Vaticano parece ser un episodio temporal, y a lo que parece rápidamente reversible.

Hoy leo las declaraciones del Papa Benedicto XVI en su mensaje de Navidad y uno no puede más que sacar esa conclusión, ya que la exigencia de una libertad religiosa solamente se solicita para China, estando exentos de ella, por lo que parece, todos los países musulmanes, los cuales se ahorran cualquier tipo de reprobación sobre dicha falta de libertad religiosa.

Pero es que además, parece ser que el conflicto israelí-palestino - y el lenguaje ciché utilizado, muy habitual en una de las partes, deja traslucir a quien se responsabiliza de la situación - es el único responsable de la persecución de los cristianos en el Oriente Próximo, ya que su resolución "ayudaría a consolidar las comunidades cristianas". Es decir, el Islam no tiene nada que ver en la represión de esas comunidades, y sólo con la resolución del mencionado conflicto las minorías cristianas del Oriente Medio volverían a su consideración de dhimmis "no expulsables o eliminables", siempre y cuando sepan cual es su lugar subalterno dentro de las sociedades musulmanas.

Apaciguando al Islam que es gerundio y estamos en Navidad.
Ante una plaza llena de creyentes resguardados por la intensa lluvia que cae sobre Roma desde hace días, el Papa ha instado a que la Navidad "inspire a los israelíes y palestinos a buscar una convivencia justa y pacífica" que ayude a consolidar las comunidades cristianas "en Irak y en todo Oriente Próximo".

(...)

El Papa ha querido recordar en su mensaje a China, pese a que las relaciones entre el Vaticano y el país asiático han empeorado en los últimos meses. Así, el Papa ha pedido a los cristianos de este país que no pierdan la fe "a pesar de la discriminación y persecución que sufren" y ha instado a los líderes religiosos chinos a que "trabajen por el pleno respeto de la libertad religiosa de todos".

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