Wednesday, May 25, 2011

Jiri Mordejai Langer y la identidad homosexual judía - The Book of Doctrines and Opinions



A comienzos del siglo XX, el joven de 19 años Jiri Langer escandalizó a sus liberales padres al convertirse en un baal teshuvá (el que retorna la judaísmo ortodoxo) del hasidismo Belz. Langer, finalmente, abandonó el mundo hasídico para convertirse en un judío moderno pero observante y halájico. Langer fue un poeta, un psicólogo, un sionista y un hebraísta, así como un buen amigo de Kafka. Él escribió un relato magnífico de la vida en una corte hasídica titulado "Las nueve puertas a los misterios hasídicos", el cual sigue siendo uno de los relatos más exitosos de una auténtica experiencia hasídica. Deben leerlo [N.P.: Para mi vergüenza, hace tiempo que lo tengo, pero las críticas de Scholem a su otro libro, “La erótica de la Cábala”, me hicieron relegarlo constantemente. Será lectura veraniega]

En la nueva edición de la revista JQR (Jewish Quaterly Review), hay un artículo titulado “Saliendo del armario hasídico: Jirı Mordechai Langer (1894-1943) y la forja de la identidad judía homosexual”, escrito por Shaun Jacob Halper (JQR vol. 101, Nº 2). El autor, un doctorado en Berkeley y postgrado de la Yeshiva de Flatbush y de Har Etzion, analiza la homosexualidad de Jiri Langer y dentro del hasidismo, pero las preguntas planteadas en su artículo lo convierten en un testimonio de la corrupción dentro de las modernas ortodoxias y en las modernas yeshivas. El artículo tiene extensas notas sobre muchos temas. No estoy seguro aún de mis pensamientos sobre este artículo.

Halper observa que la ruptura entre Jiri y sus padres formaba parte de un patrón de esa época. Pero Jiri decidió optar no solamente por la poesía y el sionismo, rechazando la vida de la clase media liberal, sino que también optó por la ortodoxia. Langer halló una inmensa felicidad en la Yeshiva. Más tarde se convirtió en un líder y escritor sionista, y más adelante escribió su “Die Erotik der Cábala”, una obra ignorado por los estudiosos a pesar de que ya trataba de las tendencias eróticas dentro del misticismo religioso muchas décadas antes de que lo hicieran los expertos actuales en la Cábala.

Langer defiende la Halajá como necesaria para los judíos a la hora de contener sus pasiones abrumadoras. Ofrece razones para los mandamientos, muestra como resultaba obvio que las mujeres quedaran excluidas de la homo erótica de los mizvot. La vida de la familia ortodoxa sirve para atar esas pasiones, aunque sin embargo a veces con resultados trágicos.

[Las palabras de Shaun Jacob Halper están en cursiva, las de Jiri Langer en negrita]
La generación de judíos de habla alemana a la que pertenece Jiri Langer experimentó un agudo desarraigo cultural y político. Durante la agitación cultural que experimentaron, la triple marginación de sus padres (como hablantes en lengua alemana, como judíos y como personas liberales) les dejó atrapados entre el retroceso de la cultura alemana liberal y la presencia cada vez más prominente del nacionalismo alemán (volkisch) y el nacionalismo checo.

Jiri había abandonado el ambiente familiar: él era ahora un hasid, el cual entre otras cosas era estrictamente kosher y se negaba a hablar o mirar directamente a las mujeres. Max Brod describe cómo la conversión de Jirı conmovió los límites de la sensibilidad judía de Praga. Piensen ahora en como retrata a los estudiantes de una yeshivá hasídica en "Die Erotik der Cábala":


Tan pronto como él llega y se determina si su interés es serio, es recibido con los brazos abiertos por la “Chevre" [el grupo social]. Pronto se encuentra en el centro de un círculo de amigos que se aproximan a él a través de una ternura diferente, y no requiere mucho tiempo el que encuentre a un estudiante mayor, “un alma gemela”, para estudiar, y que lo acepta con gran alegría. Cómo se siente de bendecido.

En esta descripción del apego homoerótico al Rebbe, Langer evoca su propio relato autobiográfico de cuando dejó Praga para acudir a Belz, en el primer capítulo de sus “Nueve puertas a los misterios hasídicos”. El comentaría más tarde que su año entre los hasidim fue uno de los más felices de su vida.

Al principio, Langer regresa a su casa ya que se sentía frustrado por su insoportable soledad entre los hasidim, pero una noche recibió la visita en la cocina familiar del Rebbe de Belz, Yisashar Dov Rokeah, a través de una visión profética, y eso le inspiró su regreso. Estas reflexiones autobiográficas explican por qué Langer dedica una parte considerable de "Die Erotik der Cábala" a explicar el homo erotismo dentro del mundo hasídico. Lo que sigue es aún más explícito:

Para entender qué clase de amor habitaba entre los “yoshvim" [los eruditos talmúdicos, literalmente, “quien están sentados"], sólo hay que entrar en la habeit midrash (la casa de estudio), en la que están ensimismados en sus estudios. Ahí se encuentran dos jóvenes, con una barba que apenas comienza a cubrir sus barbillas, "estudiando" asiduamente sobre sus gruesos Talmud. Uno de ellos atusa la barba al otro, le mira profundamente a los ojos, y de esta manera le explica un complicado pasaje del Talmud. Y allí los dos amigos (yedidim) se mantienen aislados en una profunda conversación, mientras se mantienen abrazados. (Durante las comidas se les puede ver cenando en los mismos cuencos ajenos a los demás). En un rincón oscuro permanecen de pie. El más joven de los dos descansa su espalda contra la pared, el de más edad deja caer la parte frontal de su cuerpo, literalmente, contra él, mirándose con amor a los ojos, pero permaneciendo quietos. ¿Qué puede estar pasando dentro de sus almas puras? Ellos mismos no lo saben.

Que vivió el mundo hasídico (o se imagino su experiencia) como una experiencia homoerótica resulta innegable. El hasidismo, tal como él lo imaginaba, era una incubadora del deseo homosexual. La siguiente metamorfosis de Langer fue transformarse en un activista sionista. Langer se convirtió en un co-organizador de las primeras hakhsharas (programas de formación y preparación) para los emigrantes sionista de Mukacheve

¿Cómo afronta Langer, un homosexual afiliado al judaísmo halájico hasta su muerte, la cuestión de la consumación corporal (es decir, el sexo) en su obra?

En "Die Erotik der Cábala", Langer se relaciona con los discursos culturales, psicoanalíticos y sexológicos de la homosexualidad dominantes en su época, pero sobre todo y más directamente con el trabajo de Hans Bluher, el teórico principal de la German Wandervogelbewegung. La deuda intelectual de Langer con Bluher es profunda.

Bluher afirmaba que históricamente los judíos fueron incapaces de la homosexualidad. Los compromisos legales y/o religiosos limitaban la expresión homosexual mediante la canalización de los judíos exclusivamente en torno a los intereses de la familia.

El compromiso de Langer con la ley judía era sin duda muy profundo. Durante una digresión (su texto está llena de ellas), Langer defiende vigorosamente la Halajá de los repetidos ataques contra ella durante la década de 1920 por parte de sionistas, escritores de la Haskalá y otros muchos grupos judíos, los cuales acusaban a la ley judía de ser opresiva, ascética y causar una decadencia espiritual:


Cuando el poeta hebreo moderno Saúl Tschernichovski se burlaba de su pueblo por “atarse a los divinos tefilín", él se refería a los "profundos secretos" de los mandamientos. Pero sus burlas estaban fuera de lugar. El poder de los tefilín para "amarrar" lo divino es digno de la más alta admiración. Erróneamente, creía que una vida desenfrenada, impulsada de manera extrema hacia una dirección, era un signo de fuerza interior. Al contrario, todas las formas extremas o apasionadas de vida o de ideología, son trágicamente un síntoma de incertidumbre espiritual, o de lo contrario que se pretende, son una señal de debilidad interior. Encontrar un compromiso satisfactorio, siempre y cuando las propias fuerzas no se pierdan, es en realidad lo más difícil de alcanzar. Siempre es un trabajo que requiere una especial profundidad espiritual y una inquebrantable voluntad de vivir. Por lo tanto, sólo los más nobles hombres y razas lo pueden lograr.

En defensa de la ley, Langer afirma la capacidad de la Halajá para equilibrar las pasiones extremas con una buena dosis de moderación: la Halajá da lugar a un “feliz compromiso" entre las unidades compulsivas y las responsabilidades civilizadoras.

Pero ¿qué pasa con la expresión del deseo homosexual? ¿Se le ofrece al homosexual un “feliz compromiso” como solución a la negación de su satisfacción emocional y física a través del sexo? De hecho, el problema de la homosexualidad y la ley judía extiende la fe de Langer hasta sus límites:

La posición oficial que emerge obra coercitivamente sobre los individuos, ya que requiere que cada individuo que busca cumplir con la ley deba suprimir sus tendencias sexuales y vivir él mismo en armonía con las ideas acerca de la preservación de la sociedad. La tragedia que se inflige a cada individuo es proporcional a su deseo sexual.

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