Wednesday, August 03, 2011

"Ecumenismo a la oriental". Los cristianos del Oriente Medio y el antisemitismo - Aymenn Jawad Al-Tamimi - JPost



Hace poco me contaba mi tía en Bagdad que existía una creencia generalizada entre los iraquíes de que alguna fuerza externa estaba detrás de las protestas y levantamientos en todo el Oriente Medio. ¿Así que una conspiración dirigida desde el exterior, me preguntaba, podría ser la responsable de la “Primavera árabe”? No obstante, no hay que investigar demasiado, George Saliba, el obispo de la Iglesia sirio ortodoxa del Líbano, ya nos ha ofrecido una respuesta sencilla a nuestras inquietudes. En una entrevista con la Al-Dunya TV, el 24 de julio pasado, Saliba declaraba que "la fuente... detrás de todos estos movimientos, de todas estas guerras civiles, y de todos estos males en el mundo árabe no era más que el sionismo, profundamente arraigado en el judaísmo". “Los judíos", continuaba, "eran los responsables de financiar e incitar a los disturbios, de acuerdo con los Protocolos de los Sabios de Sión”.

Estas observaciones no son un caso aislado entre los cristianos del Oriente Medio. La tendencia antisemita se ha convertido en especialmente evidente tras las postrimerías del asalto cometido en octubre pasado a la Iglesia católica siriaca de Nuestra Señora de la Salvación, en Bagdad, dejando 58 muertos y 67 heridos, en lo que representa el peor ataque contra la comunidad cristiana de Irak desde 2003.

Así, dos meses después de tal atrocidad, el patriarca griego melquita Gregorio III Laham caracterizaba los ataques terroristas a los cristianos de Irak como formando parte de una "conspiración sionista contra el Islam". Más adelante afirmaba: "Todo este comportamiento no tiene nada que ver con el Islam..., en realidad es una conspiración planeada por el sionismo... y su objetivo es socavar y dar una mala imagen del Islam". A continuación, afirmaba que la masacre "es una conspiración contra los árabes y el mundo árabe de mayoría musulmana, y tiene como objetivo presentar a los árabes y musulmanes en los países árabes como asesinos terroristas y fundamentalistas, a fin de negarles sus derechos, y especialmente los de los palestinos".

Mientras que el patriarca seguía advirtiendo de los peligros de una emigración de cristianos y de la formación de una "sociedad únicamente musulmana", atribuía únicamente ese riesgo de "extinción demográfica" al conflicto palestino-israelí.

Del mismo modo, en una entrevista con la televisión NBN el 9 de noviembre de 2010, el sacerdote iraquí padre Suheil Qasha afirmaba que los "judíos consideraban a todos los gentiles como bestias", y denunciaba que el "verdadero peligro" para los cristianos de Oriente Medio "era el sionismo". Incluso llegó a aseverar que los que perpetraron el ataque a la iglesia de Nuestra Señora de la Salvación de Bagdad eran ciertamente musulmanes, pero probablemente eran personas "capacitadas y supervisadas por el sionismo mundial".

El antisemitismo también se extiende por la Iglesia copta ortodoxa, la cual siendo la de cerca del 10% de la población de Egipto, es la iglesia más grande en el Oriente Medio y África del Norte. Como el blogger liberal egipcio Samuel Tadros nos señala, un tal padre Marcos Aziz Khalil escribió lo siguiente en el periódico Nahdet Masr: "Los judíos se dieron cuenta de que la Iglesia es su enemigo nº 1, y que sin el sacerdocio la Iglesia pierde su componente más importante. Así, detrás del movimiento masónico estaba la mano secreta sionista para crear una revolución contra el clero".

Llegados a este punto, muchos sin duda se inclinarán a explicar este antisemitismo cristiano señalando que los sentimientos anti-judíos conforman la corriente principal entre las poblaciones musulmanas de la región. Viviendo en tal ambiente, el razonamiento que se hacen los cristianos, naturalmente, es tener mucho cuidado a la hora de criticar y/o chocar con las convicciones profundas de sus vecinos musulmanes, por temor a que la persecución se pudiera volver contra ellos.

Sin embargo, el cáncer de la hostilidad hacia los judíos entre los cristianos del Oriente Medio es mucho más profundo que eso.

De hecho, hay otras minorías no musulmanas que han sufrido discriminación y violencia a manos de los islamistas, incluyendo los yazidíes, mandeos y los bahá'ís, y ellos nunca han culpado a los judíos o al sionismo de su persecución, ni en sus respectivas religiones han aparecido doctrinas antisemitas.

El caso de la comunidad bahá'í es especialmente importante, ya que el centro mundial de dicha religión se encuentra en Haifa, y la acusación de colaboración con Israel podría hacerse fácilmente efectiva contra los bahá'ís. Sin embargo, la Casa Universal de Justicia nunca se ha quejado de una conspiración judía/sionista en contra de las comunidades bahá'ís en Irán y en la región. Al contrario, siempre ha identificado correctamente el problema como derivado de la aplicación de la ley islámica tradicional en lo referente al tratamiento de los no musulmanes y la apostasía, junto con las actitudes racistas promovidas por la promoción de la Sharia.

En definitiva, la fiebre del antisemitismo entre los cristianos del Oriente Medio está muy arraigada a consecuencia de las acusaciones de deicidio (es decir, de haber matado a Jesús) contra el pueblo judío en su conjunto. Como el obispo sirio ortodoxo Saliba afirmó, las conspiraciones judías son algo "natural", y es que los judíos replicaron a Cristo por sus milagros crucificándolo. En particular, el Papa Shenouda III, de la Iglesia copta ortodoxa, arremetió contra las iglesias occidentales por exonerar a los judíos de la muerte de Cristo en una entrevista televisada el 8 de abril de 2007. Allí sostuvo que los judíos fueron los "asesinos de Cristo" porque el "Nuevo Testamento dice que lo fueron".

Parece evidente que, en líneas generales, las iglesias orientales deben ir más allá de sus nocivas motivaciones antisemitas repudiadas por el Vaticano en su declaración Nostra Aetate emitido en 1965, tras el Concilio Vaticano II. Si el antisemitismo en el Oriente Medio y África del Norte debe ser erradicado, la carga de la reforma teológica, evidentemente, no es sólo una tarea para los musulmanes.


Aymenn Jawad Al-Tamimi

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1 Comments:

Blogger Lior said...

Cuando leí La mentira que no ha querido morir de Hadassa Ben-Itto, uno interpretava el caldo de cultivo que permitió el éxito de este pamfleto perverso, como algo del pasado, dificilmente repetible. Hoy, cuando oigo mencionar Los protocolos... como un referente actual, veo ese mismo caldo de cultivo, esa obtusidad, esa obcecación, que parecia del pasado, más vivo que nunca. De echo, ahí tenemos a los indignados con su pamfletito Hesseliano, i con referentes como este. En fin, parece que seguimos viviendo en las mismas cavernas; eso sí, con aire acondicionado.

4:00 PM  

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