Monday, November 28, 2011

España, definitivamente, a la deriva: Krisis en la Kultura



No soy un gran consumidor de revistas literarias, lo fui hace ya tiempo. Ahora me contento con algunas pocas revistas culturales. Regularmente compro Raíces (a pesar de ciertos números que dejan bastante que desear), muy habitualmente Revista de Libros, y, ocasionalmente, Letras Libres. Luego, números sueltos de Claves para la Razón Práctica, Litoral, Revista de Occidente, Clarín, Pasajes, Ínsula, Quimera...(esta enumeración adicional final es de carácter pedantesco, pero me gustaría recalcar que el consumo es sumamente ocasional, no llega a 6 o 7 ejemplares al año sumando todas ellas).

Quimera fue hace unos años mi revista literaria preferida. Tengo de ella una gran cantidad de números de hace más de una decena de años. Me parecía que era la revista literaria imprescendible, aunque fuera editada por una editorial que daba buena cuenta de sus productos.

Lamentablemente, la ficción literaria está en absoluta crisis, y sobre todo la novela. Hoy en día solo tiene vigencia la ficción histórica, sobre todo la más oportunista y localista, con un clara orientación hacia el best-seller, y de autorías bastante sospechosas (los negros son legión).

Quimera, como la ya hace mucho fenecida Urogallo, ha debido orientar sus números hacia los números especiales (patrocinados) de las diversas literaturas nacionales, y a las supuestas y reiterativas jóvenes generaciones de escritores, esas que parecen demandar el mercado literario. Recuerdo cuando leyendo las páginas literarias del viernes de Le Monde comencé a descubrir la importancia del marketing publicitario literario con la exposición descarada de los rostros favorecidos de los autores. Es el signo de estos tiempos, rostros atractivos y vulgares y oportunistas ficciones históricas con un interés inversamente proporcional a los gastos publicitarios.

Esta tarde, en un kiosko, observo que Quimera lleva el rostro de Messi "intelectualizado" para la ocasión, y para el medio, con unas gafas, como enganche de su número de Diciembre. Y quiero decir que no me importa darle publicidad, aunque solo sea por todos esos números de Quimera de hace ya más de una decena de años que atesoro, y que esperaba ansiosamente cada mes en los kioskos.

Messi, un gran futbolista aunque bastante corto de retórica - como la gran mayoría por otro lado, quizás porque no se espera más de ellos y porque no desean meterse en lios y perjudicar su posición (!! deben intentar ganar cantidas ingentes de dinero y, a la vez, ser un ejemplo para la supuestamente ingenua e inocente infancia !!) -, es el objeto de una biografía del periodista Leonardo Faccio, la cual llevará el título de "Messi. El chico que siempre llegaba tarde [Y ahora es el primero]", en la que se "intenta mostrar el perfil más humano e íntimo del mejor jugador del planeta".

Y es que, “lejos de la pelota, Messi es una persona de rutinas, predecible, es consciente de su genialidad y con una personalidad en construcción”, dice el autor del perfil en la entrevista publicada por Quimera. Faccio asegura que Leo, hombre sencillo, tiene también aficiones sencillas, “no le gusta leer, él tiene una misión de vida y considera distracciones indeseables casi todo lo que pueda apartarlo de su objetivo”.

Qué mejor que un hombre sencillo al que no le gusta leer para una revista literaria que también parece descreer definitivamente del futuro de la literatura.

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