Thursday, December 29, 2011

En busca de la tumba de Judah Macabeo – Shmuel Rosner – Jewish Journal



La tarde del pasado lunes, tan sólo veinticuatro horas antes del inicio de Hanukkah, y en el camino de Jerusalén a Tel Aviv, existen una serie de señales a la derecha de color marrón que anuncian “Las tumbas de los Macabeos”. Era casi la puesta del sol, la luz y el viento soplaba entre los árboles mientras caminaba por el pequeño sendero sin pavimentar desde el coche a el lugar donde los Macabeos - aquellos rebeldes y devotos judíos que derrotaron a las fuerzas de Grecia alrededor del 100 a. C. - casi seguro no fueron enterrados.

Escribí un breve artículo acerca de este corto viaje en el International Herald Tribune, pero el espacio era limitado, así que hay mucho más que decir sobre este breve viaje a lo largo de una bella tarde. Los árabes vecinos llamaron a este lugar Kubbur Al-Yahud - las tumbas de los Judíos -, de ahí la asunción errónea.

Todos los arqueólogos coinciden en que no importa lo que diga el cartel, este lugar no es el lugar donde descansan el padre, Matatías, y sus cinco hijos guerreros - Judah, Yochanan, Jonathan, Shimon, Elazar -. Es, sin embargo, el lugar donde sus más famosas batallas se libraron.

Donde Matatías, obligado por un funcionario del gobierno para que ofreciera sacrificios a los dioses griegos Selucidas, comenzó una guerra contra la idolatría y en contra de la potencia ocupante, exponiendo sus más famosas palabras: "Todo aquel que sienta celo por la Ley, y que asuma la Alianza, que me siga".

Recorrer el sitio, seguir a un pequeño grupo de ultra-ortodoxos que rápidamente se apresuró a desviarse media milla al norte, donde otro tumba – la conocido como del Sheikh Irabawi - erróneamente es celebrada como el lugar de enterramiento de Matatías. Los miembros del grupo de piadosos hasídicos de Breslav habían marcado esta tumba con un graffiti y colocado una lápida en la parte superior: Mattityahu Ben Yochanan, Cohen Gadol - Sumo Sacerdote -, añadiendo el acrónimo hebreo “Za'yin Yod A'lef”: "Tenga a bien protegernos". Uno de los Breslav llevaba dos cubos llenos de pintura y dos pinceles con los que decorar el techo.

¿Por qué estás aquí?”, le pregunto. "Estoy en una misión", me contesta. ”¿Enviado por quién?”. "Hay gente buena", me dice. “¿Es realmente el lugar donde fue enterrado Mattityahu?". “Los judíos acuden aquí a rezar, así que... ¿quién soy yo para eliminar todas estas oraciones poniendo en duda la autenticidad de este lugar?", me responde, y luego se sube a la cúpula redonda armado de la pintura y los pinceles.

Alrededor de Israel muchos lugares son señalizados y visitados a menudo por miles de creyentes. Es la tierra sagrada de las tumbas sagradas, donde la gente busca consuelo, bendiciones, buena suerte o bien estímulos espirituales, en las tumbas de los rabinos y los líderes y/o tzadikim, los justos. La víspera de Lag Ba’Omer, cientos de miles de personas van a la tumba de Rabí Shimón (o Simeón) Bar Yochai en las montañas de Galilea, un sabio del siglo I de nuestra era. Cerca de la tumba de Rabi Akiva (Akiba), otro sabio del siglo primero, oraciones tradicionales solicitando lluvia se suelen llevar a cabo. Nadie sabe a ciencia cierta donde fue enterrado Akiva. El lugar no está lejos de Tiberiades, el Mar de Galilea, pero algunos estudiosos creen que Akiva fue enterrado en el Monte Carmel, cerca del Mediterráneo. Algunas tumbas son una mera curiosidad, o para algunos una molestia, pero otras tienen un carácter más problemático. La tumba de José - resulta muy poco probable que el José bíblico fuera enterrado realmente en esta tumba de José - se ha convertido en un punto de controversia política. Se encuentra en el interior de la ciudad palestina de Nablus, y los celotes judíos tienen el hábito de acceder a ella a hurtadillas durante la noche, poniendo en peligro sus vidas y las de otros (los palestinos están obligados por sus acuerdos con Israel a permitir estas visitas, pero no se siempre lo hacen con mucho entusiasmo).

A través de la historia traicionera de esta tierra, las tumbas de los santos han sido identificadas por viajeros que buscaban aventura, por líderes religiosos que buscaban fortalecer una comunidad y por aquellos políticos que necesita reforzar el sentido de la nacionalidad. Rumores, leyendas, errores de cálculo, hay muchas razones para pensar que ciertos lugares sitios han sido identificados erróneamente. Los arqueólogos parecen conocer la verdad y debaten ferozmente la autenticidad de tal y cual tumba, pero a muchos fieles no parece importarles demasiado. Ellos favorecen fácilmente la tradición ante la sospechosamente secular "ciencia".

Encontrar las tumbas reales de los Macabeos resulta complicado y puede tardar años en conseguirse. Las fuentes históricas insisten en que fue un monumento notable, así que no podrían ser las tumbas de tipo medio que se hallan en muchos lugares de la zona de Modi'in. Amit Re'em, el arqueólogo en jefe regional de la Autoridad de Antigüedades de Israel, me cuenta que son necesarios fondos para que los arqueólogos puedan excavar las decenas de sitios posibles en dicha zona - pero sobre todo uno, no muy lejos de la falsa tumba de Matatías, donde Re'em y otros muchos creen que se haya la tumba monumental real. La búsqueda de estas tumbas es una especie de obsesión para un pequeño grupo de profesionales, debido entre otras cosas al gran interés no sólo de los judíos sino también de los cristianos. Re'em nos explica que los cristianos consideran a algunos miembros de la familia de los Macabeos como los primeros mártires.

Para los judíos, sin embargo, no hay escasez de tumbas de mártires, ni tampoco escasez de sabios, rabinos y tzadikim. Si las tumbas de los Macabeos son diferentes, si la historia de Hanukkah también es diferente, no es a causa de un significado religioso especial, sino más bien por su carácter nacional, tribal, es decir, la lucha de un pueblo oprimido y su búsqueda de la libertad. Sí, la diáspora judía celebra esta fiesta en todo el mundo como la fiesta de las luces, y los judíos religiosos celebran con esta fiesta la reconsagración del Templo Sagrado en Jerusalén, la fiesta de un milagro. Pero la mayoría de los judíos israelíes contemplan a los Macabeos de una manera algo diferente.

Pocos héroes militares pueden ser conmemorados tras una larga historia y tradición judía de exilio y opresión. Y menos aún encontrar héroes con una historia concreta de acciones valerosas de los podríamos esperar encontrar restos reales. La tumba de los Macabeos no podrá traer la lluvia, ni ayudará a la fertilidad de las mujeres, ni curará lo incurable. Pero puede ser un lugar en el que se conmemore el orgullo judío y se celebre la independencia y el triunfo. Aunque sólo fuera por esto, las tumbas de los Macabeos deben ser encontradas: para servir como una alternativa optimista a ese otro famoso lugar donde se reivindica la gallardía judía – el lugar más conocido del heroísmo judío, pero también del suicidio final -, Masada.

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