Thursday, April 12, 2012

Lo que el "Nunca Más" significa para Günter Grass - Petra Marquardt-Bigman - Warped Mirror



En un "poema" torpe y repleto de tópicos el premio Nobel alemán Günter Grass ha anunciado al mundo que ha tenido que romper su silencio sobre un tema que le "pesa desde hace demasiado tiempo": aun a riesgo de ser tachado de antisemita, simplemente tenía que hacer sonar la alarma sobre la terrible amenaza que para la paz mundial representa Israel

Su extraño "poema" ha desencadenado abundantes críticas y muchas ellas hacen alusión a la última vez que Grass rompió un período de silencio muy amplio y también recibió amplias críticas: en agosto de 2006, poco antes de la publicación de su autobiografía, Grass revelaba en una entrevista que había servido en su juventud en las Waffen SS.

Esta fue una revelación verdaderamente sensacional dadas las circunstancias de que Grass había cultivado cuidadosamente la imagen de ser una autoridad moral que siempre estaba dispuesta a amonestar a los alemanes para que se enfrentaran a su pasado nazi. Como era de esperar, Grass alude ahora también a la oscura historia de Alemania pero lo hace con un giro que se ha convertido en muy popular últimamente: muchos alemanes y europeos parecen creer que pueden afirmar que han aprendido las tantas veces invocadas "lecciones" del Holocausto mucho mejor que los propios judíos, y en particular mucho mejor que los judíos en Israel.

De hecho, la idea que nos está vendiendo Grass es muy popular: ¿Recuerdan la controvertida encuesta del Eurobarómetro de otoño de 2003 que reveló que el 59% de los ciudadanos de la Unión Europea consideraban a Israel como la mayor amenaza para la paz mundial? En aquel entonces, los desconcertados funcionarios europeos trataron de enterrar la mencionada encuesta como una especie de aberración, pero obviamente ese no era el problema, ya que otras encuestas mostraron unos resultados similares. Para citar sólo un ejemplo, una encuesta de la BBC publicada en marzo de 2007 revelaba que Israel era contemplado como el país – dentro de los seleccionados por la encuesta - con una influencia más negativa en el mundo, y, curiosamente, Alemania era el país europeo con mayor porcentaje de encuestados que refrendaban esa suposición: el 77% de los alemanes veían a Israel de una manera negativa, e inclusive en algunos países musulmanes Israel llegó a cosechar unos resultados un poco mejores.

Si bien está documentado que existe una clara correlación entre las actitudes sumamente críticas con las políticas de Israel y una propensión a adoptar puntos de vista antisemitas, Grass, por supuesto, trató de protegerse contra las acusaciones de antisemitismo anunciando de entrada que esperaba dichas acusaciones y haciendo hincapié en que mantiene un "fuerte lazo" con Israel. Pero muchas de las reacciones a su extraño "poema" demuestran que sus “factores de protección” no han funcionado convenientemente. Un ejemplo excelente es el comentario de Josef Joffe en Zeit Online, donde Joffe sostiene que "Freud habría estado muy satisfecho al comprobar esa demostración de resentimientos largamente reprimidos que finalmente salen a la luz".

Pienso que Joffe expone una dinámica que traté de explorar en un ensayo escrito hace unos cinco años después de que Grass revelara finalmente su secreto silenciado durante tantas décadas: su servicio en las Waffen SS. Argumenté entonces que los esfuerzos para ajustar cuentas con el pasado nazi de Alemania - y los muchos casos de colaboración de la población europea con los nazis - dieron lugar a una "gran narrativa" que estructuraba la historia en términos de víctimas y victimarios.

Dentro del prisma de esta "gran narrativa", los alemanes - y, en cierta medida, también los europeos -, contemplaron inicialmente a Israel como el Estado de las víctimas que sobrevivieron a los crímenes perpetrados por los nazis. Pero con el tiempo, los alemanes y los europeos también comenzaron a considerarse a sí mismos como "víctimas de los nazis", mientras que el Estado judío - que se había convertido en una "potencia ocupante" después de su victoria en la guerra de los Seis Días - era criticado cada vez más a menudo criticado como victimario.

Llevado al extremo, las inversiones resultantes son demasiado familiares: Gaza es el Ghetto de Varsovia, los soldados israelíes son los nuevos nazis y los palestinos son los nuevos "judíos", es decir, las víctimas. Incluso si solamente una minoría sostiene totalmente esta inversión, todo el mundo sabe que existe y que ha sido legitimada por muchos intelectuales y figuras públicas, y lo que implica de “descarga de culpas” - por el comportamiento europeo durante el Holocausto - representa un factor implícito de enorme importancia.

Günter Grass probablemente se opondría a la idea de que el cariz de sus críticas le acercaría a aquellos que demonizan a Israel como una especie de nuevo victimario nazi. Sin embargo, eso se desprende con toda claridad cuando se refiere a un posible ataque israelí contra el programa nuclear de Irán, representándolo como un delito predecible y potencialmente "genocida". Su "poema" es su intento de evitar cualquier posible “culpa” alemana por este nuevo "crimen", ya que la preocupación de Grass se focaliza en la posible utilización por parte de Israel de los submarinos de fabricación alemana para atacar a Irán. Esta preocupación se sitúa en un marcado contraste con el aparente silencio de Grass sobre el papel de las empresas alemanas en la facilitación del programa nuclear de Irán.

En última instancia, Grass demuestra en su "poema" que su alusión a la promesa de un "nunca más" – clara referencia al Holocausto – tiene poco que ver con sus perpetradores y víctimas históricas: para el ex recluta de las Waffen SS lo más importante es que Alemania nunca pueda ser identificada nuevamente como parte del bando victimario, y ya que él cree firmemente que Israel está dispuesto a lanzar un ataque devastador contra Irán, no tiene duda de quién debe ser culpado como perpetrador.

Es revelador, según parece, lo poco que le importa a Grass que Irán sea dirigida y gobernada por un negador del Holocausto, alguien que ha repetido una y otra vez las amenazas más feroces contra Israel, o que uno de los principales analistas del régimen iraní haya publicado un artículo de relevante importancia donde explica que "El Fiqh [la jurisprudencia islámica] proporciona ​​las razones de la necesidad de una aniquilación de Israel”. Para Grass, Ahmadineyad es solamente "un bocazas, un fanfarrón” que oprime a su pueblo – ese mismo pueblo que, en opinión de Grass, se enfrenta a una amenaza "genocida" de parte de Israel simplemente porque en algún lugar de Irán pueda existir una "presunta" bomba atómica -.

Cuanto más tiempo se reflexiona sobre el curioso hecho de que Grass no crea que valga la pena preguntarse si los teócratas de Irán pudieran estar tan ansiosos como los nazis de hacer valer sus amenazas en contra de los judíos, todo se vuelve más claro: su afirmación de que se siente conectado a Israel no puede ser más hueca – él, de hecho, no sabe nada acerca de Israel y no tiene ni idea de lo que realmente significa "nunca más" para los descendientes de aquellos a los que los antiguos camaradas de Grass tanto esfuerzo dedicaron en destruir -.

Su necesidad más urgente es considerar a los judíos de Israel como gente peligrosa: los posibles autores de un nuevo crimen nazi.

Como un joven al final de la Segunda Guerra Mundial, Grass fue lo suficientemente inteligente como para deshacerse rápidamente de su uniforme de las SS antes de que pudiera ser capturado, pero parece que nunca se deshizo de lo que aprendió allí sobre los judíos mientras vestía dicho uniforme: "Die Juden sind unser Unglück" (Los judíos son nuestra desgracia).

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