Sunday, May 27, 2012

Gran artículo: Los nuevos "orientalistas" de la izquierda bienpensante (Un profesor diserta sobre la paranoia israelí - Petra Marquardt-Bigman)



Peter Beinart, autor del muy discutido libro - pero aparentemente menos leído - "La crisis del sionismo", no se hace responsable de lo que escriben sus admiradores en sus revisiones. Sin embargo, si un autor tuitea una revisión y celebra su elocuencia, creo que es justo concluir que da la bienvenida a esta revisión.

La revisión en cuestión se publica en la edición de junio del The New York Review of Books (NYRB ) bajo el título de "Israel en peligro". Está escrita por David Shulman, un profesor de Estudios Humanísticos de la Universidad Hebrea, y como nota biográfica de Shulman, el NYRB añade que también es "un activista de Ta'ayush", un grupo que se describe como "un movimiento de base de los árabes y de los judíos que trabajan para derribar los muros del racismo y la segregación mediante la construcción de una verdadera alianza entre árabes y judíos".

Shulman comienza su revisión ridiculizando la respuesta de Israel a una planificada "Air Flotilla" organizada por diversas organizaciones supuestamente "pro-palestinas", y que realmente son grupos que se oponen rotundamente al derecho de Israel a existir como Estado judío. Ignorando el hecho de que según las previsiones de los organizadores del "Air Flotilla" tenían la esperanza de lograr que unos 2.000 activistas llegaran al aeropuerto Ben Gurion, Shulman se pregunta por qué "un puñado de inocentes manifestantes" debía "provocar una reacción israelí tan grave", y luego procede a contestar su propia pregunta afirmando que hay "una lógica - la interminable guerra entre los Hijos de la Luz y los Hijos de las Tinieblas - que también subyace en la constante alusión de Netanyahu al Holocausto en relación con Irán".

Shulman pasa luego a afirmar:
"Al igual que muchos israelíes, él [Netanyahu] habita en un mundo donde las fuerzas del mal están siempre a punto de aniquilar a los judíos, los cuales deben devolver el golpe de una manera audaz y heroica con el fin de arrebatar la vida a las garras de la muerte. Creo que muchos otros israelíes están enamorados de esta visión del mundo, y que la reinventarían incluso si no hubiera ninguna amenaza seria desde el exterior".
Así que aquí lo tienen, y de un profesor de estudios humanísticos nada menos: Los judíos - al menos la mayoría de los judíos de Israel - son idiotas paranoicos que sólo desean imaginar un mundo lleno de amenazas terribles, lo cual les permite fantasear sobre su "audaz y heroica defensa" frente a estas amenazas. Por otra parte, en su estupidez, estos paranoicos judíos no se dan cuenta que son sus propias políticas, específicamente la ocupación de Jerusalén o Cisjordania, las que representan el mayor peligro para la existencia de Israel como un Estado judío.

Para estar segura, traté de verificar si Shulman verdaderamente comparte esos temores ante un inevitable escenario de un solo Estado, a causa de las equivocadas políticas de Israel, tal como el párrafo parece traslucir. Sin embargo, no está del todo claro si el entusiasta activista de Ta'ayush realmente está comprometido con una solución de dos estados. Según la propia página web de su organización, "Ta'ayush" es una palabra árabe que significa "vivir juntos", y el grupo fue fundado en el otoño de 2000 - es decir, al comienzo de la llamada Intifada de Al Aqsa, sobre la cual pude encontrar tan poco en su página web como sobre el terrorismo palestino y el rechazo palestino a la existencia de Israel -. De hecho, parece que Ta'ayush cree que su supuesto objetivo de "construir una verdadera alianza árabe-judía" debe centrarse exclusivamente en la denuncia de las políticas de Israel en la Ribera Occidental, y como quizás era de esperar, el grupo también cuenta entre sus partidarios a un activista extremadamente controvertido como Neve Gordon (favorable a un boicot general a Israel).

No hay absolutamente nada en la web de Ta'ayush que estaría en contradicción con la conclusión de que "los muros del racismo y la segregación", que el grupo quiere "romper", son exclusivamente culpa de Israel. Por lo tanto, apenas debe ser una sorpresa que la mayoría de los palestinos presentados por David Shulman en su artículo sean pobres víctimas indefensas a causa de la "malévola campaña" de Israel para que sus vidas sean "lo más miserable posible". Así los lectores de NYRB se encuentran ante una "pobre viuda palestina, con nueve niños huérfanos, que en un frío y lluvioso día", se encuentra de pie, descalza, aún conmocionada y traumatizada, ante la tienda de un vecino, "porque Israel cruelmente ha destruido su destartalada choza". Pero entonces aparece un cavernícola amigo de Shulman, quien - gracias a los "benevolentes y generosos donantes europeos", cuyos proyectos se oponen generalmente a las políticas de Israel - logra colocar una bombilla en su habitáculo. Según Shulman, esto la lleva a declarar con gratitud: "Por primera vez en mi vida me siento como un ser humano completo".

El mensaje es claro: los palestinos son maravillosos, son gente sencilla e inocente, cuya lucha por ganarse un magro sustento es cruelmente saboteada por el malvado Israel.

Este punto de vista unidimensional revela no sólo hostilidad hacia Israel, sino también una actitud profundamente paternalista hacia los palestinos. Una nota publicada por Shulman en la web de Ta'ayush en abril nos ofrece un excelente ejemplo. Después de una descripción detallada de un día ayudando a los palestinos a desafiar las restricciones israelíes sobre el uso de la tierra cercana a un asentamiento, Shulman concluye su mensaje con la descripción de un encuentro con algunos muchachos palestinos del pueblo:
Permanecemos en el wadi junto con las ovejas y los niños del pueblo. [...] Los niños de la aldea parecen interesados en la teología. "¿Cuál es tú nombre?", me preguntan. "Daud", les digo. "!El nombre del profeta Da'ud! ¿Eres musulmán?". "No, soy judío". "¿Sabes cómo orar?". "Tal vez algo, puedo recitar la Fatiha, la introducción al Corán". Esto les da una impresión positiva. "Recítalo", me dicen, "tal como lo hace el Mu'ezzin". Lo intento. Ellos me corrigen. No es tan fácil conseguir que mi voz de el registro más alto requerido para la segunda frase, pero parecen felices con mis esfuerzos. "¿Por qué no te conviertes en un musulmán?", me preguntan. "Yo no quiero", les digo, "ya les he dicho que soy judío". "Pero en el Día del Juicio, Yaum al-qiyama, sólo los musulmanes irán al Paraíso, Al-Jannah. El resto se quemará en el fuego", me contestan. "Me gusta el fuego", les digo.

Se ríen. Esto tiene que ser una puesta a prueba, me piden prestado un encendedor y lo acercan a mi dedo. No paso la prueba. "Bueno, tal vez los judíos no sean echados al fuego", les digo. "Tal vez haga frío en el infierno". "!De ninguna manera!", me contestan. "El fuego significa fuego. Los creyentes y sólo los creyentes no se quemarán", afirman. " OK", les digo, "pero no podría ser también ser un judío un creyente de algún tipo?". "Por supuesto que no", me contestan.

Insisten de nuevo: "¿Por qué no te conviertes al Islam?". Estoy teniendo problemas para explicarme en mi vacilante árabe sobre la razón de mi elección. [...] "En una cosa si que podemos estar todos de acuerdo: en el Día del Juicio, los colonos serán enviados a la hoguera". Los chicos se ríen de nuevo con el alivio que les trae la certeza. Para ellos los pecadores son pecadores, y Dios sabe quién es bueno y quien es malvado.

También espero que sea así, aunque a veces no estoy seguro. O tal vez esta sea la definición de Dios, a la que hemos llegado juntos, con simpáticas bromas entre unos y otros en esta colina de rocas y espinas. Es mediodía: un sol feroz ofrece un sabor ligero, aún soportable frente al fuego del infierno. Yo les prometo que, incrédulo como soy, voy a estar de nuevo aquí la próxima semana o la otra.
Imagínense ahora lo que Shulman podría escribir sobre un encuentro con algún grupo de muchachos judíos de alguna aldea interesados "en la teología" como estos muchachos musulmanes... Bueno, en realidad, no hay necesidad de imaginar demasiado: si los chicos judíos vivieran en una aldea de Judea o Samaria, Shulman ya ha acordado con los muchachos musulmanes que "en el Día del Juicio, los colonos serán enviados a la hoguera".

Eso debería contar para algo, sobre todo si procede de un profesor de Estudios Humanísticos del Departamento de Religiones Comparadas de la Universidad Hebrea... Es realmente una lástima que los lectores del artículo del Shulman en el NYRB no sepan que éste feroz crítico de Israel reacciona divertido - y hasta parece encantado - cuando se encuentra con unos niños musulmanes "interesados en la teología", y que están absolutamente seguros de que los no musulmanes merecen arder en el infierno. Fuera de la Torre de Marfil (en donde viven estos nuevos orientalistas de la izquierda israelí y occidental), muchos entienden que millones de jóvenes musulmanes están siendo educados en esta certeza, y que esto tiene y tendrá consecuencias nefastas para las minorías en el mundo musulmán y en la bien documentada y endémica hostilidad musulmana hacia los judíos.

En marcado contraste con las afirmaciones sin fundamento del profesor Shulman sobre el supuesto afán de muchos judíos de Israel de disfrutar de fantasías paranoides sobre la vida en un mundo hostil, la mayoría de los israelíes de hoy sueñan con el día en que los jóvenes musulmanes sean educados para aceptar a los judíos, al menos como creyentes "de una especie" que no merece el fuego eterno del infierno.

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