Wednesday, August 29, 2012

Tremendo: La beatificación secular de Rachel Corrie resume todo lo que hay de malo en la moderna solidaridad con Palestina - Brendan O'Neill - Telegraph



Un tribunal de Israel ha dictaminado que la muerte de Rachel Corrie, una activista americana de un movimiento de solidaridad con Palestina, que fue aplastada por un bulldozer israelí en Rafah, en 2003, se debió a una fatal y desgraciada casualidad, en lugar de ser provocada por una negligencia del ejército israelí. El fallo no agradará a los partidarios de Corrie. Durante la última década, ellos la han elevado a la condición de santa, convirtiéndola en un dechado de virtudes que pretendía simplemente "proteger a los palestinos" de la furiosa máquina de guerra de Israel. Durante mucho tiempo han representado su muerte como un simple caso de "asesinato" por parte de las mereodeadoras fuerzas del Estado de Israel, que al parecer no solamente son felices si matan a los palestinos, sino también a los arrogante y virtuosos americanos de buena familia que sólo quieren "ayudar a los palestinos". Esta beatificación secular de Corrie, que en realidad la han convertido en la "Santa Rachel mártir de los palestinos", es un ejemplo evidente de todo lo que está mal en la actual solidaridad con Palestina.

Los participantes en el culto de Corrie - entre los que se incluye el actor Alan Rickman, quien dirigió una exitosa obra sobre sus escritos -, parecen no darse cuenta de la similitud existente entre la santificación de Corrie y el viejo deseo de cruzada cristiana para salvar a los extranjeros de la maldad. Corrie es presentada como una maravillosa y singular occidental, cuya única motivación era la de "salvar" a los palestinos, especialmente a los niños palestinos, de lo que la propia Corrie describió como el intento de Israel de "borrarlos" . Así, entre los miembros del culto, hay un escritor que alaba la pureza del alma de Corrie, el hecho de que ella evitara malgastar su vida "pasando un buen rato experimentando con drogas, alcohol y el sexo", e inclusive le diera la espalda a su "Universidad de la Ivy League", y todo ello para recorrer miles de kilómetros y "dar su vida para salvar a las casas y familias palestinas". Aquí, Corrie se convierte en una especie de figura semejante a Cristo, rechazando los placeres superficiales de los privilegiados occidentales, en favor de aventurarse en el desierto para "dar la vida" a los demás.

Corrie, se nos dice, era un "espíritu generoso y bendito". "Ella murió por ellos" y cometió un "sacrificio sublime". "Pensé que la gente como Rachel Corrie sólo existía en los libros y en las películas". Este "escudo humano" para las familias palestinas estaba "lleno de idealismo" y de determinación a la hora de poner fin a la "odiosa e insidiosa crónica del genocidio" perpetrado por Israel. En parte una especie de Oskar Schindler, en parte un Rudyard Kipling, en parte una versión femenina de Jesús de Nazaret, Corrie es presentada como una persona bendecida que se entregó para salvar a los menos afortunados, a los desposeídos y a los oprimidos de esos "otros lugares" por las fuerzas brutales de la represión.

La transformación de la vida y muerte de Corrie en una fábula moral en blanco y negro - una joven blanca y adinerada americana, pura de corazón, y que se desvive por unos pobrecitos de tez más morena que no tienen esperanzas en su lucha contra una entidad sionista supremamente malvada -, resume la ideología moral de muchas cabezas de chorlito actuales en su manifestación de solidaridad con Palestina. Hubo un tiempo en el que el apoyo a Palestina significaba mirar a los palestinos como un pueblo capaz de gobernar su propia vida, capaz incluso de crear su propio estado, libres de la intromisión y de la supervisión de los extraños. Ahora mismo, la solidaridad con Palestina se basa fundamentalmente en tratar a los palestinos como en las víctimas por excelencia, totalmente indefensas, como criaturas desgraciadas de ojos tristes que necesitan imperiosamente los desvelos de los occidentales decentes, de gente idealista y bien educada criada en hogares donde se apoya a organismos como Amnistía International, y que acudan a "salvarles" de una manera no muy diferente a cómo, Biblia en mano, los blancos una vez trataron de guiar a los "salvajes de África".

La Solidaridad con Palestina se ha convertido en algo espeluznantemente antropológico. Cada vez más se trata a los palestinos, no como personas que simplemente necesitan su independencia política, sino como una tribu amenazada e indefensa que debe ser protegida de los terribles daños que la acechan por unos "escudos humanos" occidentales y progresistas. Vestidos con sus keffiyas al estilo Arafat, y poseedores de una convicción que se corresponde a la superioridad que transmite el color blanco de su piel, armados con sus iPhone occidentales para exponer los "genocidas crímenes" de Israel ante los medios de comunicación mundiales, estos activistas de la solidaridad que viajan hasta los territorios palestinos se están convirtiendo cada vez más en la versión secular y políticamente correcta de los cruzados de antaño.

Ellos, efectivamente, necesitan ir a Palestina para encontrarse, para tratar de dar sentido a unas vidas que observan como potencialmente poco profundas, y todo ello imaginando que pueden "salvar" a todo un pueblo y poner fin a un "genocidio" poniéndose de pie delante de un tanque, o escribiendo algunos posts sobre lo trágica que es la vida de lindos niños palestinos. Es una forma peculiar de solidaridad que reduce a todo un pueblo extranjero al nivel de un pueblo víctima infantilizado que precisa de los desvelos de unos occidentales de la talla de una Santa Rachel para salvarse.


El tremendo artículo de Brendan O'Neill

Labels:

2 Comments:

Blogger A. said...

Le paralelismo con las Cruzadas no es correcto, en mi opinión.

Las Cruzadas eran la defensa de una visión contra todo lo que se le opusiera; cruzadas contra albigenses, cataros, judíos, musulmanes… e incluso cristianos ortodoxos. Es uno contra (casi) todos.

La moderna solidaridad con Palestina no es la defensa de una visión contra todo lo que se oponga. Es el ataque de todos (católicos, ortodoxos, musulmanes, marxistas, etc.) contra una visión del mundo: la judía / sionista / israelí. Es (casi) todos contra uno.

A.

11:08 AM  
Blogger José Antonio said...

No se trata tanto de las Cruzadas, sino de "cruzados", alguien esclavo de una manera irracional y totalitaria a una causa, y que en este caso proviene de la nebulosa de los periclitados ideales izquierdistas - al menos en lo que se refiere a su supuesto futuro o destino manifiesto para toda la humanidad -, y donde muchos de ellos proceden de clases acomodadas por provenir del ámbito occidental, y que básicamente tratan de buscar una razón progresista por la que vivir que justifique una apuesta ideológica que ven imposible e irrealizable en su propio medio ambiente.

Una especie pues de misioneros que tratan de ver plasmado su ideal o religión en unos extraños, y que para ello, para imponérselo y poder obviar las propias aspiraciones de esos extraños, proceden a infantilizarlos - no son responsables de sus propios actos - y víctimizarlos, para justificar su labor de padrinazgo.

Los palestinos son la escusa que les permite ver cumplida su razón de ser, luego están esos otros para quienes son la escusa que les permite ejercer su odio contra los judíos

12:22 PM  

Post a Comment

<< Home