Wednesday, December 04, 2013

El asesinato de un alto comandante de Hezbollah intensifica la guerra encubierta de Arabia Saudí contra Irán y su aliado libanés - Debka



El ametrallamiento de Hajj Hassan Hollo al-Laqqis, un comandante de alto rango de Hezbollah y cercano compinche del Secretario General Hassan Nasrallah, ha subido las apuestas de la guerra clandestina que discurre entre Arabia Saudita e Irán, dos semanas después de que dos atacantes suicidas se inmolaran frente a la embajada iraní en Beirut.

El oficial de Hezbollah fue asesinado por cinco disparos en la cabeza y en la garganta en el estacionamiento subterráneo de su casa, en el barrio de Hadath, en el suroeste de Beirut, cuando volvió a su casa del trabajo después de la medianoche. La declaración de Hezbollah, que dijo: "Israel es automáticamente el responsable del crimen", describía a al-Laqqis como un miembro de la élite del ala militar de la organización, que durante muchos años estuvo dedicado a la tecnología y era el jefe de armamento.

Una foto publicada por la agencia estatal de noticias libanesa muestra a un hombre de unos 45 años con ropa militar.

La fuentes antiterroristas consultadas por Debka nos informan de lo siguiente:  Parece obvio que el asesinato de al-Laqqis estaba programado para llevarse a cabo poco después de que el líder de Hezbollah saliera al aire durante una entrevista televisiva con unas formas extraordinariamente arrogantes, durante la cual hizo puntualizaciones burlonas tras cada referencia a los EEUU, Arabia Saudita o Israel. Él también pareció autoglorificarse por el estatus de gran potencia  otorgado a la República Islámica (y a él mismo) por la administración Obama después de la firma del acuerdo nuclear de Ginebra.

Nasrallah elogió ese acuerdo como una señal del "fin del monopolio de EEUU como potencia" y de prevención de una guerra en la región. También afirmó que Israel ya no podría bombardear las instalaciones nucleares de Irán sin la luz verde de los EEUU, pero, añadió, los Estados Unidos están cansados de la guerra. La guerra de Arabía contra Irán, según dijo, nunca se ha detenido. Acusó a "un grupo apoyado por Arabia" de estar detrás del atentado contra la embajada de Irán en Beirut.

El asesinato de este importante colaborador de Nasrallah pretende ilustrar a los miembros de Hezbollah y del resto de la región que las vanaglorias del líder de Hezbollah son huecas, que su propia élite de altos mandos está profundamente penetrada, y que el que envió a los asesinos podría en cualquier momento volver a golpear en el interior más secreto de las filas de la organización pro-iraní.

También mandó un mensaje más amplio a Teherán y al general al-Soleimani (el jefe de los Guardianes de la Revolución): "Tu fiel Hezbollah tiene una gran influencia sobre el Líbano y su capital, sin embargo no puede mantener los símbolos del poder iraní en el Líbano, y a sus comandantes, seguros, ni puede garantizar la seguridad del presidente sirio Bashar Assad en Damasco".

Acusando a Israel de haber firmado el asesinato y amenazándolo con la venganza, Hezbollah, aparentemente, evita acusar abiertamente a Riad, que se encuentra fuera de su alcance para un posible castigo. Sus líderes parecen incluso dispuestos a permitir que la gente crea que la inteligencia israelí ha penetrado las filas más destacadas de Hezbollah y el centro del gobierno en Beirut con la suficiente profundidad como para poder liquidar a sus comandantes.

Hay pocas dudas en Teherán o en Beirut de que la mano de Riad está detrás del asesinato del comandante de Hezbollah, o que las agencias de inteligencia saudíes e israelíes están trabajando de la mano en contra de Teherán en Irán, Siria y el Líbano.


PD: ¿No resulta sorprendente que no estuviera protegido? ¿Exceso de confianza o el asesino era alguien cercano para llegar hasta allí sin levantar sospechas?

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