Wednesday, July 30, 2014

"Blanqueando" (europeizando) la imagen de Israel para servir a una maniquea ideología postcolonial - Nathaniel Zelinsky - National Review


Soldado de la Brigada Nahal

A los principales medios de comunicación de Occidente de marcado sesgo políticamente correcto les encanta publicar fotografías de civiles palestinos - nada de milicianos armados de las organizaciones terroristas -, por regla general, en medio de las ruinas de edificios bombardeados. En las raras ocasiones en que los editores incluyen fotos de israelíes, que no sean las de los soldados [NP.: existe un raro morbo por las de aquellos orando y con el chal de oración], esas imágenes tienen una sorprendente similitud entre sí: casi todas las personas en ellas son población blanca de origen europeo.

[N.P.: la mitad de la población judía de Israel es de origen sefardi, levantino o mizrahim, judíos que vivieron en sociedades árabes, por lo que su tono de piel no es demasiado diferente al de los propios palestinos. De hecho hay unidades de la policía utilizadas para dispersar manifestaciones que no requieren ningún disfraz de palestinos]

En realidad, los israelíes - incluyendo los miles de soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) - no son uniformemente de tez blanca o incluso judíos. Consideren al comandante de la Brigada Golani, una de las unidades de infantería de élite del país, actualmente luchando en Gaza como parte de la operación Margen Protector. El coronel Rasan Alian es un druso árabe que ha servido en el ejército israelí durante más de dos décadas. Herido recientemente en un ojo y hospitalizado, regresó a primera línea lo más rápido que pudo para conducir a sus hombres. En las propias palabras de Alian, citadas por la prensa israelí , "Quiero volver a Gaza, y llegar hasta la mayor cantidad posible de terroristas".

¿Encuentran intrigante que un árabe aborrezca a Hamas y haya pasado 20 años de su vida defendiendo al Estado judío? Bueno, a la CNN  no le interesa. Sus periodistas e investigadores prefieren difamar a los israelíes como "escoria". Aparentemente la historia de Rasan Alian no les parece convincente.

¿Y qué pasa con el suboficial jefe Baynesian Kasahun y el sargento Moshe Malko, dos de los soldados israelíes trágicamente muertos en combate? En ambos casos su tez era de color negro. De hecho, lean detenidamente toda la lista de los que han dado sus vidas para detener el reinado de terror de Hamas, hay una gran cantidad de diversidad en ella.

Si nos fiamos de las fotos aparecidas en el New York Times en la última década, ustedes nunca sabrían que más de 125.000 judíos etíopes, de tez de color, viven en Israel , y muchos de ellos han servido en el ejército israelí. O que, además de los drusos, un gran número de beduinos voluntarios se alistan en el ejército israelí, a pesar de que están exentos del servicio militar obligatorio. O que Israel y las IDF cuentan con muchos judíos de ascendencia del Oriente Medio.

En lugar de plasmar esta diversidad, estos medios de comunicación en gran parte la "encubre". Los medios occidentales seleccionan cuidadosamente las imágenes provenientes de Israel para dar la impresión de que los israelíes son todos de origen europeo. ¿Por qué? Debido a la utilidad de un "blanqueamiento" de su población que se ajusta como anillo al dedo a la narrativa post-colonial que la izquierda aplica a Israel. Según esa forma de pensar, el Estado judío es el "colonizador / ocupante", y los palestinos que viven en Gaza y Cisjordania son los "nativos o indígenas". Si los soldados del IDF tienen el mismo tono de la piel de los imperialistas británicos o de Cristóbal Colón, la plantilla es que mucho más fácil de aplicar.

Cada vez que la izquierda mundial ve a un "israelí blanco" que vigila un puesto de control en Cisjordania o que lucha en Gaza, se sabe qué categorías morales se deben aplicar a Israel y a Hamas. No importa cuántos cohetes hayan lanzado o civiles asesinados por su culpa, los terroristas en Gaza son luchadores por la libertad y los "judíos" son sus "blancos opresores", al igual que los franceses en Argelia y los vaqueros anglosajones en las Grandes Llanuras. Uno sospecha que blanquear a Israel ayuda a algunos occidentales a calmar su culpabilidad postcolonial. Denunciando el Estado judío, expurgan los pecados de sus antepasados ​​y fortalecen su superioridad moral.

Pero cuando miras a los israelíes y ves "negros y blancos", "judíos y árabes", "europeos y orientales", todos ellos en contra del terrorismo de Hamas, se hace difícil llamar a Israel un opresor colonialista o un Estado de apartheid. En cambio, vemos la auténtica realidad de la existencia de Israel: se basa en los valores liberales de tolerancia que reprende a su enemigos.

No pretendo sugerir que no hay fricción o disparidad entre los diferentes grupos étnicos existentes en Israel. Israel no es una "nación post-racial" al estilo bennetton, y la discriminación pura y simple, sin duda existe, como sucede en muchos países. Tampoco el hecho de que el ejército israelí cuente con soldados de todos los colores alivia a Israel de su obligación de luchar moralmente, lo que lo hace en gran medida a un coste elevado. Pero al ver cómo nuestros progresistas medios de comunicación retuercen la imagen de Israel para potenciar una ideología postcolonial, sólo destaca aún más su habitual sesgo contra la democracia en el Oriente Medio.

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