Friday, August 22, 2014

Misterios del Oriente Medio: El Estado Islámico no ha despertado la furia desatada contra Israel en Occidente - Norman Bailey - Globes



Los éxitos relámpago del Estado Islámico (IS) en Siria e Irak han dado lugar a dos misterios difíciles de explicar:

El primero, dado el hecho de que el IS es militantemente anti-chií y no ha hecho ningún secreto de su odio por los chiíes y su intención de acabar con ellos donde quiera que gobiernen, resulta extraño que la reacción de la República Islámica de Irán haya sido tan sosa. El comandante de la Fuerza Quds, el ala internacional de la Guardia Revolucionaria iraní, el famoso (o infame) general Suleimani, se dirigió a Bagdad en junio inmediatamente después de que el IS se extendiera por todo el norte y el oeste de Irak, dando lugar a la expectativa de que la Guardia Revolucionaria intervendría de manera masiva para romper el impulso IS y hacerlo retroceder. Pero nada ha sucedido desde entonces, excepto por el envío de algunos asesores militares. Esto resulta particularmente curioso, porque teniendo el control de un vasto territorio de Irak y Siria destruye la gran estrategia iraní de un arco chiíta en todo el Oriente Medio y Próximo, de Irán al Líbano, incorporando para a Irak y Siria.

Igualmente desconcertante es la no menos tibia respuesta ante las masacres, destrucciones, violaciones y robos de la propiedad que ha sufrido la población cristiana de la zona, y la destrucción y profanación de iglesias en toda la región. Dejemos de lado por el momento los cientos de miles de musulmanes de todo tipo que han sido masacrados desde Libia a Irak, o el destino de los yazidíes, circasianos, asirios y otros grupos. La destrucción de las milenarias comunidades cristianas de la región no tiene precedentes en su ferocidad y barbarie grotesca, y sin embargo, los gobiernos, los medios de comunicación y la opinión pública occidental simplemente no parece importarle el tema, a pesar de ser supuestamente países "cristianos".

Sólo el Vaticano expresa su grave preocupación, y no hay mucho que la Guardia Suiza pueda hacer para arreglar la situación. Muchos ardientes editoriales y manifestaciones masivas se han llevado a cabo apoyando la causa palestina en Gaza, donde las bajas civiles ocasionadas en Gaza llegan a centenares de personas. Pero nada de editoriales de cortesía que condenen el trato a los cristianos (y a los otros grupos no musulmanes) en todo el Oriente Medio y el Norte de África. No hay pues manifestaciones que condenen al IS. Sólo hay indignación con Israel.

Las conclusiones son ineludibles. Los países de Occidente que ya no son cristianos bajo ningún sentido significativo, incluyendo el gran incremento de sus poblaciones islámicas junto con una descomposición y ruptura general con los valores tradicionales de la civilización judeo-cristiana relativos a la moral y a la ética, se enfrentan por una multitud de razones a un debilitamiento de los principios básicos de la democracia política. Por esas mismas razones hay un aumento alarmante del antisemitismo, especialmente en Europa. En Oriente Medio, solamente Israel representa los valores políticos, sociales, económicos y morales occidentales tradicionales.

Y es por esa misma razón es atacado y condenado desde Occidente.

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