Saturday, August 30, 2014

¿Una Europa sin judíos? - Elie Barnavi - i24new



Hace un mes, discutía en esta misma columna un artículo que publiqué en el Haaretz y que planteaba ingenuamente la cuestión de la eventual "expulsión" de los judíos de Francia. En un artículo del Sunday Independent del 24 de agosto, el escritor y periodista irlandés Eoghan Harris ampliaba la perspectiva: es Europa en su conjunto la que, según él, podría terminar siendo Judenfrei a finales del siglo. Él también se hacía eco de un reportaje bastante amplio y alarmista del Newsweek del 29 de julio: "Éxodo: ¿Por qué judíos de Europa están huyendo una vez más". El "éxodo" de los judíos europeos se presentaba como un hecho, un hecho del que trataba de comprender las razones.

Harris trazaba un audaz paralelo entre el éxodo de los protestantes irlandeses del sur de la isla durante el período conocido como de los Troubles (1918-1923), y que dio lugar a la proclamación de la República de Irlanda, y el exterminio de los judíos europeos por los nazis. Por supuesto, no se pueden comparar los dos acontecimientos, pero él encuentra un indicio de similitud entre el traumatismo sufrido por las dos comunidades, cada una desde su propia experiencia de post-guerra, y el declive demográfico que sufrieron a continuación, por la emigración o la asimilación. Sin embargo, si la situación de los protestantes en la República de Irlanda se ha estabilizado y si su comunidad "no va a dejar de existir más que a causa de su propia elección", ese no es el caso de los judíos europeos, que se ve acosados por una "tercera amenaza que representa para ellos la inmigración musulmana y el antisemitismo europeo que ha despertó su ira". Por lo tanto, los descendientes de los sobrevivientes del Holocausto ya no se sienten seguros en suelo europeo. De ahí la terrible predicción de la cual se hace eco el artículo, y donde los números declinantes de la comunidad judía francesa sería la ilustración.

Ignoro de donde ha sacado Harris sus números - había 535.000 judíos en Francia en 1980 y hay apenas 500.000 hoy -. Las estadísticas étnico-comunitarias de Francia son aleatorias, pues es un país que se niega a contar a su población de acuerdo a su origen. Pero aceptemos esas cifras. Lo que parece más cuestionable es el propio pronóstico. A los argumentos que oponía en mi artículo en el Haaretz, en particular, la ausencia de una verdadera cultura antisemita Francia y la movilización de las autoridades estatales en contra del antisemitismo, me gustaría añadir dos más que son válidos para toda Europa.

Uno es de orden histórico. Los peores abusos del pasado contra los judíos, desde las masacres de los cruzados a la solución final, pasando a través de los pogromos en tiempos de los zares, se han mostrado impotentes para erradicar la presencia judía en Europa, ¿y ahora una coalición miserable de jóvenes musulmanes sin cerebro y de "tontos útiles" de la ultra-izquierda sí lo lograría? Después de todo, las propias cifras de Harris, tan inciertas como son, demuestran lo contrario. Que los judíos se sienten enojados ante la sensación de inseguridad existente sería absurdo negarlo, y que ante ello cobra importancia optar por la emigración, es algo sumamente cierto. Pero algunos pocos miles de inmigrantes al año, sobre todo entre aquellos que viven en los barrios "sensibles" donde conviven diariamente con una población de inmigrantes, no presagian la eventual desaparición de la comunidad judía en Francia y de otros lugares.

Lo otro es el método. Toda proyección hacia el futuro presupone que las condiciones actuales permanecerán prefijadas durante décadas. Por no considerar más que la principal causa del prurito anti-semita que estamos presenciando en Europa, el conflicto palestino-israelí, la profecía de Eoghan Harris implica que este conflicto no terminará nunca y seguirá alimentando los prejuicios judeofobos. Admitamos que eso sea así, pero entonces, ¿a dónde irán los judíos candidatos a partir, puesto que es Israel, lógicamente, su destino preferido?

De hecho, es probable que Harris tenga razón, y que el judaísmo europeo se vaya marchitando realmente, pero no como él lo entiende. Es la asimilación más bien que el antisemitismo quien amenaza la supervivencia. En primer lugar, porque, a pesar de la agitación de esas franjas judeofobas, las sociedades europeas están, por vez primera en la historia, prestas para integrar a sus judíos. Luego, porque la democracia y el secularismo ambiental debilitan las viejas defensas comunitarias que históricamente aseguraban la cohesión. Por último, debido a que el cemento más poderoso de su cohesión es desde hace tiempo Israel, cuya misma existencia les ofrece, por vez primera desde la dispersión, la opción de permanecer en la diáspora o bien partir hacia el centro nacional restaurado.

Por lo tanto, si finalmente asistimos al final del pueblo judío en Europa, no se deberá principalmente al antisemitismo, sino porque así lo habrán acordado los propios judíos. Como los protestantes de Irlanda.

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1 Comments:

Blogger Marlowe said...

Pues sí. Sin judios y sin mapaches árabes. Europa debe ponerlos en la calle lo antes posible.

5:38 PM  

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