Saturday, September 06, 2014

Regreso a Beit Shemesh, dónde los “no haredis” están luchando otro batalla para una retirada – Shmuel Rosner – Jewish Journal



La ciudad de Beit Shemesh se ha convertido en un símbolo de las tensiones entre las comunidades haredi y no haredi (seculares, pero también sionista-religiosos) de Israel. Hace tres años, la ciudad llegó a los titulares debido a un desagradable incidente en el que unos haredim radicales acosaron a ​​jóvenes muchachas por “falta de modestia” al ir a la escuela. Más tarde, continuó la controversia por unas señales que instaban a la segregación de género, y posteriormente hubo más polémicas ligadas a la problemática victoria del candidato haredi en las elecciones municipales, la posterior orden de los tribunales de que se repitieran las elecciones, y finalmente la segunda victoria del candidato haredi, por desagradable que pudiera ser para muchos de los residentes no haredi de Beit Shemesh, y la constatación de que la ciudad se dirige hacia una dirección determinada (haredi), y que no hay mucho que puedan hacer al respecto.

Ahora hay una nueva ronda de controversia, esta vez sobre la división forzada de una escuela por el municipio. La escuela es laica, y el alcalde decidió separarla por la mitad mediante la implantación de muros dentro de la escuela y dio la otra mitad a una escuela de niñas haredi.

Fue una acción brutal. Los empleados municipales rompieron las cerraduras con el fin de tener acceso a las instalaciones de la escuela Safot Ve'tarbuyot, en el barrio de Ramat Beit Shemesh Alef, erigieron un muro de 2,5 metros en el patio de la escuela y separaron un piso entero del edificio de la escuela para usarlo como la escuela de niñas haredi Mishkenot Daat. Esto se hizo en el último minuto sin mucha consulta con los padres de la escuela o el Ministerio de Educación.

Los padres, el lunes, decidieron ir a la huelga y no enviar el martes a sus hijos a la escuela. Afirman que lo que quiere el alcalde haredi es cerrar la escuela. "Esto se trata de una conquista progresiva de la institución cuyo objetivo final es el cierre de la escuela, ya que los haredi no son capaces de aprender junto con los seculares", dijo Moshe Sheetrit, un miembro secular del consejo municipal. El municipio tiene una versión diferente: la escuela está medio vacía ya que no tiene suficientes estudiantes seculares para llenarla. A los padres se les ofreció que fueran a un lugar diferente, pero se negaron. Las chicas haredi tienen que estudiar en alguna parte y no tenían a dónde ir.

¿Cuál de las versiones es la más acorde con la realidad? Mis conversaciones con varios actores en este drama plantean la sospecha de que ambos relatos tienen algo de verdad. El número de estudiantes seculares que estudian en esa escuela es pequeño. Cerca de 150 de un edificio que puede albergar a 500. También es cierto que las niñas haredi necesitan un lugar donde quedarse, y no pueden seguir estudiando en cuartos provisionales como han hecho en los últimos años. En cuanto a las ofertas ofrecidas, los padres dicen que no eran adecuadas, los funcionarios del municipio dicen que los padres son demasiado engreídos y que sus estándares son más altos de lo razonable. Por mi parte, no examiné personalmente ninguno de los edificios de los que se habla.

Por supuesto, los padres tienen toda la razón al afirmar que la acción de los funcionarios municipales de la administración haredi fue brutal. Pero a decir verdad, si bien dichos funcionarios les hicieron una oferta a principios de este verano y les solicitaron educadamente que se movieran a otra escuela, el resultado final sería más o menos el mismo, una batalla en lugar de un acuerdo. Es válido que los actuales funcionarios municipales sospechen que los padres están reivindicando unos estándares demasiado altos para sus hijos, pero yo no veo nada malo en ello. También resulta deshonesto que los funcionarios haredi no digan explícitamente que tener una escuela laica en medio de un barrio haredi es también, para ellos, una razón para que la municipalidad quiera mover dicha escuela [N.P.: probablemente, porque dicho barrio se ha ido convirtiendo progresivamente en haredi y no lo era inicialmente, de ahí la existencia de la escuela secular]. Y probablemente los padres no están diciendo exactamente toda la verdad cuando dicen que necesitan todo el edificio.

No obstante, el ministerio de Educación se ha puesto del lado de los padres. Se planea emitir una orden de cierre para Mishkenot Daat, la escuela ultra-ortodoxa, "porque se abrió ilegalmente en los terrenos de otra escuela". Este es un detalle técnico. El ministerio de Educación no tiene una solución adecuada para la escuela haredi y no será capaz de custodiar la escuela laica del barrio haredi por mucho tiempo (de hecho, el ministerio de Educación emitió la orden de cierre contra la escuela haredi el martes por la tarde). Es importante recordar a todos los enfadados no haredi - los afectados e indignados por el poder haredi -, que las escolares haredi también tienen derechos, que también necesitan un lugar para estudiar y que también tienen valores que proteger y una forma de vida a preservar. Esta no es una maligna invasión alienígena, es una pelea muy parecida a las luchas que se desatan en todos los países dentro de sus comunidades y agrupaciones sobre los recursos y las prioridades.

Los padres de la escuela laica dicen que están "dispuestos a hablar de mudarse a un nuevo lugar, pero no mediante una brutal acción como esta", señaló Tatiana Illouz, jefa del comité de padres de la escuela laica. Eso significa que la batalla por la ubicación actual de esta escuela laica ha terminado. Este edificio se convertirá en definitiva en una escuela ultra-ortodoxa. La batalla se centra por lo tanto en las condiciones de la evacuación y en la calidad de la ubicación alternativa. Para los residentes no haredi de Beit Shemesh la batalla supone una retirada. Es una fortaleza que se pierde y un nuevo fuerte tiene que ser encontrado.

Hay muchos aspectos tristes en esta historia. Se muestra como los israelíes ultra-ortodoxos y los no haredi actualmente no parecen tener la capacidad entre sí de encontrar un sentido y unas razones para vivir juntos. Los haredis no quieren escuelas laicas en su medio, y los seculares no son mucho más entusiastas a la hora de tener escuelas haredi próximas a sus barrios. Para obtener una coexistencia pacífica hoy en día, y por desgracia, es preciso que las comunidades se mantengan a distancia la una de la otra, con pocas excepciones.

Por supuesto, la gran cuestión que plantea Beit Shemesh no es la separación de los barrios, se trata de si haredis e israelíes seculares (o no haredi) pueden vivir en la misma ciudad. La respuesta aquí no es fácil de tragar: pueden, siempre y cuando la ciudad esté gobernada por fuerzas no haredi, o cuando la ciudad tenga una significativa  población no haredi. Funciona bien con las pequeñas comunidades haredi en el centro de Tel Aviv. Funciona razonablemente bien en Jerusalén, donde los barrios no haredi son muchos y fuertes. Pero cuando las comunidades haredi se hacen cargo, políticamente hablando (y en todo caso la gente no debe olvidar que tienen todo el derecho de asumir el control si vencen en las elecciones), tienen una clara tendencia a asustar a las comunidades no haredi para ponerlas a distancia mediante la imposición de nuevas condiciones que no puedan tolerar.

Algunos funcionarios y políticos haredi exageran este instinto que tiene que ver con un sentido comunal de aislamiento e incluso de persecución. Algunos piensan también que se debe a que los líderes de esta comunidad tienen muy poco respeto por las sensibilidades de otros israelíes. En la práctica, esto significa que cuando una ciudad se convierte en una ciudad haredi, los otros residentes, si son inteligentes y si se lo pueden permitir, corren para escapar de su gobierno. La tragedia de Beit Shemesh es que muchas personas simplemente no pueden abandonar su ciudad. El valor de su propiedad no les llevaría muy lejos en otras ciudades situadas en el centro de Israel. Así que tienen que luchar por su lugar de residencia, y para ello tienen que utilizar todos los medios disponibles, incluidos reclamaciones y quejas que a veces tienen poca sustancia. Mi consejo de cinco centavos para ellos es centrarse en la preservación de un medio ambiente socio-cultural adecuado en áreas no haredi y no insistir en mantener sus fortalezas en áreas haredi. Al igual que en las batalla reales, evitar una línea de suministros demasiado larga y expuesta es esencial para la victoria.

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